Esteban Paulón: "No sabemos si Caputo es parte del triángulo de hierro o es un fantasma"
El diputado socialista criticó el que alguien con el peso de Santiago Caputo no tenga cargo, ya que queda por fuera de los controles a los que se someten los funcionarios: "Lo único que no hace es poner la firma, y eso lo vuelve un fantasma que recorre la Casa Rosada".
Los legisladores del Partido Socialista, Esteban Paulón y Mónica Fein, presentaron un proyecto de ley para regular las contrataciones de los asesores del Presidente. El diputado declaró que es “grave para la democracia” que Santiago Caputo no figure en la nómina estatal, porque “es la segunda persona más importante” del Gobierno, pero no responde penalmente por sus acciones ni presenta su patrimonio. “Si esta ley es aprobada, el Presidente tendrá que darle el marco legal a la función de Caputo”, explicó en La Previa de Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).
Esteban Paulón es diputado nacional por el Partido Socialista de Santa Fe.
Alejandro Gomel: ¿De qué se trata el proyecto?
No sabemos si Santiago Caputo es parte del triángulo de hierro o es un fantasma. Es una de las tres personas que toma las decisiones más importantes del Gobierno, acumula presupuesto, nombramientos y estructura. De hecho, un candidato a la Corte Suprema de Justicia de la Nación dijo en el Senado que no conocía al Presidente porque a él lo había llamado Santiago Caputo.
Sin embargo, si uno ve la nómina del funcionariado, Caputo no existe. Eso es grave para la democracia, para la transparencia y para el control que los ciudadanos y las instituciones debemos hacer del accionar de los funcionarios.
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Nosotros presentamos un proyecto de ley que modifica la Ley de Ética Pública, orientado a que no se puedan dar este tipo de contrataciones donde una persona, bajo la figura de contrato de locación de obra, toma decisiones, ejerce poder, gobierna y determina cuestiones concretas.
El problema es que esa persona no tiene que responder penalmente por esas acciones, de ser necesario, y no da explicaciones de su patrimonio. Ni siquiera tiene la obligación de publicar el listado de audiencias públicas. Santiago Caputo tiene oficina en la Casa Rosada pero no tiene estatus de funcionario. Parece que esta es otra más de las anomalías institucionales que este Gobierno plantea en su gestión cotidiana.
AG: El presidente Javier Milei dijo que sólo daría conferencias de prensa si los periodistas presentan una declaración jurada…
Parecería que todos tienen que firmar una declaración jurada menos la segunda persona más poderosa del Gobierno.
Claudio Mardones: En caso de que el proyecto se transformara en ley, ¿Santiago Caputo correría riesgo?
El presidente Javier Milei fue votado por la mayoría de la ciudadanía y tiene derecho a implementar su programa de gobierno y elegir sus colaboradores, pero no lo puede hacer al margen de la ley y los controles. El problema en la Argentina es que la política es muy creativa.
Hay otro proceso que se generalizó hace varios gobiernos, y es el de los viceministros que toman decisiones por sobre los ministros. Todos lo hicieron: lo hizo Cristina, lo hizo Macri, lo hizo Alberto y hoy mismo se hace también.
Esta nueva anomalía abre la puerta para que se generalice el problema. El día de mañana, el Presidente podría decir que comenzará a nombrar a los ministros con este tipo de contratos, como el de locación de servicio, y no por la Ley de Ministerio, para que no rindan cuentas ante nada, tomando el caso de los asesores actuales como antecedente.
Si esta ley es aprobada, el Presidente tendrá que darle el marco legal a la función de Caputo, o prescindir de él, pero no corre riesgo. Lo que no puede pasar es que una persona que tiene oficina de Casa Rosada, y la segunda más poderosa del Gobierno, tenga contrato de locación para dejar de pedir autorización todos los días para entrar.
Santiago Caputo, además de sólo tener contrato de locación, no tiene dedicación exclusiva. Él le puede pedir a un ministro o al jefe de Gabinete un contrato para su consultora de opinión pública de 50 millones de dólares, y van y lo hacen. Caputo no tendría que responder por eso porque no es funcionario y el que deja los dedos marcados es otro.
Ayer se conoció el caso de Yanina Nano Lembo, que compró una cafetera de 2 millones de pesos, lo que es obsceno por dónde se lo mire, en especial en un momento en el que los alimentos de Capital Humano se arrumban en los depósitos, mientras ella juega a ser barista. Además, esa cafetera que compró vale 650.000 pesos en cualquier casa de electrodomésticos. Entonces, si yo quiero presentar una denuncia por sobreprecio por la cafetera que compró, ella tendría que responder penalmente.
Ahora, si Santiago Caputo puede pedir 100.000 millones de pesos de fondos reservados de Inteligencia, pero como no le pone la firma, no rinde cuentas y no tiene problemas de transparencia, de conflicto de intereses, de tráfico de influencias y tampoco tiene que presentar la declaración jurada de bienes.
Vemos a Caputo negociando absolutamente todo, como para sostener los vetos de los diputados con peluca. Lo único que no hace es poner la firma y eso lo vuelve un fantasma que recorre la Casa Rosada, que toma decisiones y que está por fuera de los controles que cualquier sistema republicano exige.
AG: ¿Hay negocios detrás de esto?
Totalmente. Por ejemplo, al ministro de Salud, Mario Lugones, lo puso Caputo. Mario Lugones es directivo de una prepaga y ayer firmó un decreto que le genera una transferencia de ingresos monumental a las prepagas.
Me pregunto si no hay conflicto de intereses en que un funcionario, puesto por él y padre de su mejor amigo y socio, firme una transferencia de recursos en detrimento de los recursos de salud. ¿Cómo sé si eso no se transforma en retorno en el día de mañana? No lo voy a saber, porque Santiago Caputo es monotributista y no va a tener que responder ante la Justicia.
Esta anomalía no es innovadora ni disruptiva. Es una puerta a la falta de transparencia, a la corrupción y al enriquecimiento ilícito, del cual tampoco nos vamos a enterar porque tampoco tiene obligación de presentar la declaración jurada de bienes.
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AG: ¿El Congreso lo puede convocar aunque no sea un funcionario?
No. Hemos empezado a juntar firmas en nuestro bloque, y Encuentro Federal va a estar acompañado. También estamos hablando con otros bloques, porque el tema es central. Esperamos que quienes se desgañitaron durante años en las bancas a favor de la transparencia y la buena política acompañen estas medidas.
CM: Estamos a horas de que la comisión de Transporte retome el debate en torno a la privatización de Aerolíneas Argentinas. ¿Cómo están interpretando este nuevo intento de privatización?
El contexto es un conflicto con los trabajadores y trabajadoras que el Gobierno no quiere resolver. Durante meses el Gobierno ofreció el 0% como paritaria, considerando que es un sector que perdió el 90% del valor de sus salarios y que en la competencia tiene salarios dolarizados. Aerolíneas Argentinas compite con empresas que tienen insumos y salarios dolarizados.
En ese contexto, los gremios han tenido una actitud constructiva y han buscado que el paro sea la última alternativa. Obviamente, cuando a un pasajero le cancelan el vuelo entra en desesperación y dice: “Que los echen a todos”, porque se le desordena la vida. Estirando el conflicto, el Gobierno busca implementar un malestar y un malhumor social para generar las condiciones para insistir con la privatización.
Los socialistas y los que formamos parte de Encuentro Federal no vamos a avalar una privatización de Aerolíneas que vaya en un sentido de desguazarla, que es lo que quiere hacer el Gobierno, vendiéndole la empresa a cualquiera y los los pocos activos que le quedan. La privatización que se propone es calcada a la que se implementó en los noventa, que desguazó Aerolíneas y la descapitalizó.
CM: Hay similitudes muy grandes con el modelo de intento de venta de los noventa.
No sólo hay similitudes, sino que algunas partes del proyecto están copiadas del de los noventa. Primero Iberia, y después Marsans, liquidaron los activos y vendieron las propiedades y los aviones. Después no les importa si el avión a Formosa sale o qué es la conectividad en la Argentina. Hicieron el negocio, compraron la compañía, liquidaron los activos y a otra cosa.
Lo que proponemos nosotros es algo inteligente, que es hacia donde va el mundo. Es la incorporación del capital privado, manteniendo la mayoría estatal, para que con ese capital se incorpore la gerencia de alguna de las grandes compañías.
En los ochenta, Aerolíneas viajaba a Tokio, a Nueva York, a Detroit, y cualquier aerolínea también viajaba a muchos lugares. Ahora, la conectividad es con hub. Hay tres o cuatro aerolíneas y van vía Bogotá, Lima, Santiago o San Pablo te llevan a algún lado. Desde el oriente pasa lo mismo con las vías por Dubai o Estambul. El negocio se va concentrando, porque es de baja rentabilidad y altos costos, dependiendo de los conflictos mundiales.
Lo que tenemos que hacer es integrarnos a algunos de esos centros de conexión. Hay muchas aerolíneas internacionales a las que les interesa tener una socia en el sur, sin perder la mayoría accionaria y es un modelo posible. El otro es la desaparición lisa y llana de Aerolíneas y no le vamos a poner la firma.
TV FM