Longobardi-Fontevecchia

El Pase: La estupidez humana y la extrema derecha

Los periodistas Marcelo Longobardi y Jorge Fontevecchia compartieron el pase entre sus programas y conversaron sobre el sentido común, las fake news y la relación entre el periodismo y los gobiernos.

Marcelo Longobardi, en la entrevista con Jorge Fontevecchia. Foto: Marcelo Dubini

Durante el pase entre Longobardi y Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), Marcelo Longobardi y Jorge Fontevecchia analizaron la negociación entre Donald Trump y Vladimir Putin y la relación entre el periodismo y los gobiernos y la verdad. 

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Jorge Fontevecchia: Ayer mencionaste el libro “El ensayo de la imbecilidad”. Me hizo reflexionar sobre Trump, que dice que va arreglar de un día para el otro la guerra en Ucrania, que cada vez se hace más y más difícil, como en Gaza. Eso me hizo acordar a un artículo que publicó New York Times del genial periodista David Brooks sobre seis principios sobre la estupidez. Brooks critica la subida de los aranceles en México y Canadá, que dice  que aumentan en los Estados Unidos, pero fundamentalmente vuelve con el mismo tema que vos planteabas ayer: la estupidez. Él tiene seis puntos sobre la estupidez y qué pasa cuando la estupidez nos gobierna. Dice que la ideología produce desacuerdo, la estupidez produce desconcierto, la estupidez suele ser inherente a las organizaciones, no a los individuos, y que las personas que se comportan estúpidamente son más peligrosas que las que se comportan maliciosamente. Plantea también que las personas que se comportan estúpidamente no son conscientes de la estupidez de sus actos, que es casi imposible oponerse a la estupidez y que lo contrario de la estupidez no es la inteligencia, sino la racionalidad.

Me llamó la atención un tuit del hombre más rico de Argentina, Marcos Galperín, el dueño de Mercado Libre. Ahí aparece una especie de gurú hindú, a quien un periodista le pregunta: "¿Cuál es su receta para ser feliz y para tener una vida feliz?". El gurú responde: "No discutir con estúpidos". Yo no estoy de acuerdo, dice el entrevistado, y el gurú le responde: "Usted tiene razón". Es decir, le da la razón, confirmando que no se discute con estúpidos. Esa puede ser una filosofía de vida para una persona que, como decían los griegos, no se meta en política. Ahora, ¿qué pasa cuando los que nos gobiernan son imbéciles o estúpidos? No quiero utilizar la traducción de estupidez o imbecilidad, que en determinados contextos puede ser un insulto, es simplemente como una descripción. A nosotros no nos queda otra alternativa que ocuparnos de ellos y discutir con ellos, ¿no?

X (@marcos_galperin)

Marcelo Longobardi: Sí, claro. Yo sigo muy de cerca el tema Trump porque me resulta inquietante y muy interesante, y vengo a estar en Estados Unidos mucho tiempo. Ayer el tipo hizo un papelón histórico. Nunca he visto algo semejante. Putin lo dejó una hora plantado y Trump tuvo esta posición tan casi matonesca de decir “lo arreglo en un minuto". Finalmente, terminó en un papelón, con Putin poniendo condiciones y llegando a un acuerdo totalmente tonto, que en vez de mejorar, agrava el cuadro de cosas. Yo puedo entender que los argentinos miremos el asunto con mucha distancia, pero acá están en juego muchas cosas.

Está en juego la prevalencia de la violencia contra la democracia y está en discusión hasta qué punto ciertos estados procuran afectar a países democráticos. Finalmente, lo que estamos viendo son regímenes autocráticos del mundo musulmán afectando la democracia israelí y a Rusia afectando la democracia ucraniana. Israel y Ucrania, digamos, víctimas de diversos tipos de ataques, son países democráticos que están bajo ataque. Hay un artículo muy interesante publicado hoy temprano a la mañana por la página de CNN en español que describe este disparate de ayer entre Trump y Putin y habla sobre "el modo en que finalmente Putin desenmascaró a Trump". 

JF: Me parece que el punto crucial es esta idea del gobierno del sentido común, que obviamente es fundamental y necesario, lo que resulta paradójico con la irracionalidad de Trump. Pero la complejidad de la vida es mucho mayor. La economía o la política misma no son cuestión de sentido común. Sería estúpido resolver todos los problemas complejos solo con sentido común. Es comprensible que la audiencia, que no tiene por qué dedicar gran parte de su tiempo a estar informada sobre todos los temas, pueda guiarse por el sentido común, pero no aquellos que son los dirigentes. Es un lujo tenerte aquí con la experiencia que vos tenés de haber hecho periodismo en Estados Unidos con Trump. Me acuerdo aquella vez que te insultó en Florida un comensal en un restaurante porque vos trabajabas en CNN. Sos el único periodista argentino que está en actividad en Argentina que tuvo la experiencia de haber estado haciendo periodismo con Trump.  

ML: Ese episodio fue muy gracioso. Yo estaba de vacaciones en Palm Beach, donde vive Trump en la mansión Mar-a-Lago. Hay un muy antiguo y tradicional restaurante en esa ciudad donde van a comer habitualmente los vecinos ricos de Palm Beach. Yo estaba con mi familia charlando con los mozos, todos peruanos, que me conocían. Teníamos una linda relación con el papá mozo y sus hijos cocineros del restaurante. Entonces, un señor disfrazado con saco verde, pantalón rosa, camisa amarilla, como el arquetipo del norteamericano adulto y muy rico, se acerca a la mesa y me pregunta de dónde era y me preguntó si era el presidente. Al tipo le llamaba la atención que yo tuviera una charla informal con los mozos. Le dije que no, que el presidente se llama Mauricio Macri. Cuando le dije que era periodista de la CNN, el tipo se fue a las puteadas. Me empezó a insultar desde la mesa hasta la puerta, gritando: "Fake news, fake news, fake news".  

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Tuve otro episodio en un banco. Fui a abrir una cuenta en el banco en la ciudad de Key Biscayne, en el Bank of America para que me pagaran el sueldo. Entonces, tuve una cita con el señor gerente de la sucursal. El señor, que no me conocía, que manejaba una de las sucursales con mayor nivel de depósitos de la Florida, me pregunta dónde trabajaba. Cuando le dije que en CNN, me dijo: “¿Y por qué mienten así?. Ustedes no informaron como corresponde sobre la pizzería de Washington”. Es la famosa "Comet Ping Pong", donde los republicanos habían inventado esta fake news de que cada semana había una reunión entre Bill Gates, George Soros y Hillary Clinton para manejar la pedofilia a nivel global. Yo no podía creer hasta qué punto alguien, un gerente de un banco, con un salario importante, con una posición social significativa, se come la historia de que había una pizzería en Washington. Me ha pasado muchas veces que, como consecuencia de trabajar en un medio u otro, la gente confunde lo verosímil con lo verdadero y gente informada se cree unos bulos y unas fake news desopilantes. 

JF: Probablemente, haber tenido la experiencia de hacer periodismo con Trump en Estados Unidos te permitió ver el futuro de muchas de las cosas que están sucediendo en la Argentina, donde hay una jubilada patotera y un fotógrafo herido por el rebote de una bala. De hecho, nosotros nos vemos ahora porque tenemos la primera reunión del año de la Academia Nacional de Periodismo, y allí el debate tiene que ver con la relación entre el periodismo y el gobierno en los últimos meses.

TV/LT