El Editorial de Jorge Fontevecchia

Día 367: Cristina no aprendió la lección de Lula

Mientras Lula unió fuerzas para vencer a Bolsonaro, Cristina agrava grietas en su propio espacio y le tira indirectas a Axel Kicillof. ¿Podrá el kirchnerismo aprender del líder brasileño?

Cristina Kirchner y Lula da Silva Foto: NA / AFP / Miguel SCHINCARIOL

Cristina Kirchner vuelve al centro de la escena política con la asunción a la presidencia del PJ, su enfrentamiento pautado con el Presidente, Javier Milei, y con Axel Kicillof y buena parte de la oposición que la ven como una dirigente que bloquea la renovación en la oposición. Por eso, haciéndonos eco de sus preocupaciones, amenizamos la columna de hoy con Déjame olvidarte, un bolero que canta Michel Blazquez. 

“La política es la continuación de la guerra por métodos no violentos”, dijo el general prusiano Karl Von Clausewitz, en De la guerra, probablemente de los más importantes libros de reflexión militar junto al célebre Arte de la Guerra, de Sun Tzu

Tanto un libro como el otro son tomados como insumo para pensar no solo la táctica en el arte militar, si no también en la política y en la vida misma. En ambos se señala la importancia de la convicción en las propias tropas y en la unidad de las filas del ejército. 

Lula Da Silva logró reunir a casi toda la oposición a Jair Bolsonaro en su propia lista. Es decir, Lula ensanchó su ejército y logró ordenarlo detrás de sí. Trajo incluso a Gerardo Alckmin como su vicepresidente, una figura que fue un eterno opositor a su gobierno y que estuvo de acuerdo con el impeachment a Dilma Rousseff. Solo de esta manera y aprovechando la pésima gestión que hizo Bolsonaro de la pandemia, pudo ganar las elecciones por un escaso 1%

Uno de los consejos del Arte de la Guerra de Sun Tzu dicta que el verdadero general no es aquel que destruye a las tropas del adversario, sin el que las incorpora dentro de su propia estrategia. Exactamente lo que hizo Lula.

Cristina Kirchner, por el contrario, hace tiempo se dedica a debilitar a uno de sus mejores candidatos, el gobernador bonaerense Axel Kicillof, a escenificar la división de su fuerza política y a impulsar una interna que tiene poco interés entre quienes sufren las consecuencias económicas del ajuste que impulsa el presidente Javier Milei.

Tras ganar las elecciones, Lula dió un discurso en el que agradeció a su antiguo competidor, Gerardo Alckmin, por sumarse a su gobierno. 

Quiero agradecer al compañero Alckmin, mi vicepresidente, que proporcionó una contribución extraordinaria”, sostuvo. “Nuestra lucha no empieza y no termina con una elección. Nuestra lucha, por la conquista de un país justo, de un país en el que todos los brasileros puedan comer, trabajar, estudiar, tener acceso a la cultura y a la diversión, será una lucha hasta el final de nuestras vidas. No me canso de decir, no es la cantidad de años que tiene los que envejecen a una persona, lo que envejece a una persona es la falta de tener una causa, la falta de motivación para la lucha, por eso yo decidí que Brasil es mi causa, el pueblo es mi causa, y combatir a la miseria es la razón por la que voy a vivir hasta el fin de mi vida. Un gran abrazo y que Dios bendiga nuestra jornada a partir del primero de enero”, fueron las palabras de Lula da Silva.

La delegación argentina presente en el acto, que fue la primera que recibió Lula tras conocerse el resultado de las elecciones, cuenta que Lula, durante la cena con la comitiva, se sentó en la cabecera de la mesa, cerró los ojos, bajó los brazos, y permaneció dos largos minutos con los ojos cerrados y la cabeza hacia el cielo. Como alguien que llega exhausto tras un esfuerzo físico monumental. Luego, abrió los ojos y dijo: “Estoy muy feliz de ganarle a un ‘energúmeno’ que iba a hacer un daño enorme a Brasil”, creo que esas fueron las palabra que utilizó. Luego agregó: “Pero estoy muy preocupado, porque con todos los defectos que tiene Bolsonaro, apenas ganamos por el 1%, juntando a toda la oposición, para volver a darle tres comidas al día a aquellos brasileños que no las tienen”.

Ese tipo de líder haría falta en una Argentina. Un líder consensual en lugar de divisionista. Lula siempre lo fue, a diferencia del kirchnerismo.

Cristina no solamente no logra incorporar a figuras de la oposición más moderadas, como Horacio Rodríguez Larreta, sino que se pelea con sus más cercanos en términos ideológicos y políticos.

Ayer, Axel Kicillof no participó del acto en el que Cristina Kirchner asumió su nuevo rol como presidenta del Partido Justicialista. La nueva presidenta del PJ lanzó una clara indirecta al gobernador bonaerense: “La historia no empieza cuando uno llega, ni termina cuando uno se va, lo digo por algunos compañeros de peronismo tardío”, sostuvo durante su discurso. 

“Algunos compañeros de peronismo tardío”, dijo Cristina. Axel Kicillof empezó su militancia como activista estudiantil de la izquierda autonomista y durante mucho tiempo, inclusive dentro del kirchnerismo, no se consideró peronista. 

La diferencia entre Lula y Cristina en la táctica de unir es evidente:  mientras Lula tenía completamente unido al PT detrás de su figura y se dedicaba a sumar a dirigentes de otros espacios políticos, Cristina continúa atacando a dirigentes de peso de su propio espacio

Quien observa esta interna y le saca provecho es Javier Milei. Jorge Asís, el 6 de diciembre del 2023, analizó cómo Milei privilegia el enfrentamiento con Cristina, porque eso lo beneficia políticamente.

Lo que hace Milei con Cristina es lo que hacía Menem con Alfonsín y Chacho Álvarez”, sostuvo el analista en Le Monde Diplomatique. “Cuando a Menem lo molestaba mucho Chacho Álvarez, atacaba a los radicales, y eso también le convenía a Alfonsín. Son los privilegios que tenés desde el poder, elegir a tu adversario”, explicó el analista.

El analista político Raúl Timerman, el 11 de diciembre en este mismo programa, hizo un planteo similar: “Javier Milei no habla de Axel Kicillof, solo se refiere a Cristina Kirchner”.

Raúl Timerman: "A los más jóvenes le gusta que Milei maltrate a opositores y despedidos" | Perfil

“El peronismo tiene un problema que, en este momento, está potenciado por el conflicto entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner, que por supuesto, aparece la madre de Máximo ahí, y ahí hay un problema serio, y ese problema va a ser muy difícil de resolver”, sostuvo Timerman y agregó: “Y es muy fácil ocuparse de Cristina Kirchner para un presidente como Milei, porque Cristina Kirchner está acusada de corrupta, y Axel Kicillof está acusado de honesto”.

Mientras esto sucede, Kicillof trata de no sumarse con declaraciones a la interna y de confrontar con las ideas de Milei en relación a las consecuencias que las políticas del Gobierno tienen en la sociedad. 

En su último discurso, el 10 de diciembre en San Martín, dijo: “La síntesis de este gobierno es fiesta para unos pocos, desastre para la mayoría”.

"¡Cómo le cuesta largar el pastel!": La filosa crítica de Pepe Mujica a Cristina Kirchner.

Tuvo poco rebote este acto en los medios y las redes. Tal vez la táctica de elegirse entre sí a la hora de confrontar a Javier Milei y Cristina Kirchner, tuvo su efectividad.

¿Quién es mejor candidato para la oposición en 2027? ¿Quién tiene más posibilidades, Cristina Kirchner o Axel Kicillof? Si ella no va a ser candidata, el candidato más claro es Kicillof. Pero entonces, ¿por qué lo ataca? ¿Creerá que ella puede ser candidata?

Quizás solamente un desastre macroeconómico en la Argentina, que genere nostalgia en la gente por los años anteriores, podría romper la imagen negativa de Cristina y darle las posibilidades de volver a poder. Creo que esa es una lectura bastante primitiva. Lo lógico sería que la gente, aún tras un fracaso de Milei, busque algo distinto.

El gobernador riojano y ex candidato a presidente del PJ, Ricardo Quintela, planteó que Axel Kicillof necesita tiempo para instalarse como candidato. Y hay quienes dicen que, como Kicillof y Cristina se necesitan mutuamente, eventualmente fumarán la pipa de la paz. Si Kicillof fuera candidato a presidente necesitaría de los votantes de Cristina, y Cristina, si no tiene otro candidato, necesita a Kicillof. Quintela apuesta a que el paso del tiempo, los 3 años que faltan hasta 2027, le permitan a Axel Kicillof superar la polarización CFK-Milei.

Kicillof necesita tiempo para ser una alternativa, porque gobierna una provincia muy compleja. La provincia de Buenos Aires no solo concentra el 40% de los argentinos, sino que también tiene una diversidad de complejidades que se deben entender en sus distintas manifestaciones. Me parece que hay que darle tiempo para que se pueda ordenar internamente y ser una alternativa clara y concreta para la República Argentina”, argumentó el gobernador de La Rioja en este mismo programa.

Ricardo Quintela: "Kicillof necesita tiempo para ser una alternativa" | Perfil

Pepe Mujica, quien fue clave en el triunfo de Yamandú Orsi en Uruguay y que fue uno de los dirigentes políticos más escuchados del mundo, vio esta actitud de Cristina Kirchner y la criticó duramente

En una entrevista con la agencia AFP, con su estilo habitual y su vocabulario tan reconocible, Mujica dijo sobre CFK: "Ahí está la vieja Kirchner en la Argentina, al frente del peronismo. En lugar de ponerse de vieja consejera y dejar nuevas generaciones, no, está jodiendo ahí. ¡Cómo les cuesta largar el pastel!".

"Pepe" Mujica cruzó a su estilo a "la vieja Kirchner": "¡Cómo les cuesta largar el pastel!" | Perfil

Pepe y su inteligencia para la síntesis: “Como les cuesta largar el pastel”. Cuatro días después, cuando le volvieron a preguntar por el tema, fue más suave, pero no dejó de marcar sus diferencias. “Mi expresión no fue para nada diplomática, Cristina tiene su fenómeno, probablemente en Argentina no haya otro dirigente que tenga el cariño de las masas, de un 30 o 40% que la quiera tanto”, se disculpó. Sin embargo, Mujica también argumentó que “los cambios actuales de Argentina van a durar y lo que se deben ambicionar no es volver atrás, a la híper inflación, sino a la construcción de una argentina posible que reparta un poco mejor, pero esto que pasó pasó por algo”.

Por otro lado, la táctica que lleva adelante Milei, de subir al ring a Cristina Kirchner, es la misma que impulsó Marcos Peña en la presidencia de Mauricio Macri y resultó ser un error. ¿Tendrá Cristina entre sus cálculos que el carry trade de Milei y Caputo explote más temprano que tarde y eso haga que su piso del 35% o 40% en la provincia de Buenos Aires se ensanche y la lleve de vuelta a la Rosada?

Además, si bien es cierto que la expresidenta tiene una actitud divisionista en sus propias filas, ensaya un discurso más corrido al centro para congraciarse con la idea de otros espacios políticos. Viene hablando de equilibrio fiscal y de impulsar una reforma laboral. En la misma línea, ayer en el discurso de asunción a la presidencia del PJ, dijo: “Hay una aceptación de la sociedad a un ejercicio de ajuste violento”.

Cristina Kirchner asumió este miércoles la presidencia del Partido Justicialista.

¿Qué significan estas palabras de Cristina? ¿Si hay una aceptación social al ajuste, entonces hay que respetar esa actitud de la mayoría de la sociedad? ¿Ella aceptaría entonces un presupuesto mucho menor, del 25% del PBI, por ejemplo? 

Cristina Kirchner asumió la presidencia del PJ | Perfil

Es interesante volver a este punto con otro fragmento de lo que dijo en su discurso de asunción a la presidencia del PJ. “Si a mi me decían que iba a ganar uno con una motosierra, me hubiese metido en mi casa y no salía más”, afirmó la ex presidenta.

Podríamos decir que el kirchnerismo hace rato está guardado en su casa y dejó de salir a manifestarse en la calle. 

¿Cristina, al igual que nosotros en esta columna, se verá en el espejo de Lula? ¿Querrá reunir en un frente amplio y democrático detrás de su figura a la mayoría de la oposición? Si esto es así, ¿puede hacerlo? Además, las elecciones del año que viene son legislativas y pueden funcionar como una gran PASO que escenifique cuántos votos tiene cada sector de la oposición, de cara a un eventual gran frente democratico para las elecciones presidenciales del 2027. En relación a esto, el diputado peronista Carlos Castagneto dijo en este programa que prefiere que Cristina Kirchner se guarde en esta elección para aprovechar su figura en el 2027. “Es una decisión de ella. No sé si Cristina tiene que ser candidata el año que viene, en lo personal, la cuidaría para 2027", expresó.

Por lo pronto, con la derechización del discurso de Cristina y su cada vez más evidente, aunque tácito, pacto con Javier Milei, en relación a elegirse como adversarios, la designación de Lijo como miembro de la Corte y la eliminación de las PASO, parecen debilitar su posición ante los convencidos de su espacio y tampoco se ve que la vuelvan más digerible para dirigentes de otras fuerzas políticas. 

Por otro lado, la interna con el gobernador bonaerense Axel Kicillof, no parece tener ningúna diferencia ideológica. Se ve desde afuera como una disputa por espacios de poder. 

Martín Rodríguez, el editor de la Revista Panamá, sostuvo este 11 de diciembre que “la disputa de Máximo y Axel es más de poder que ideológica”.

Si la disputa es por espacios de poder dentro del peronismo, Cristina Kircher se apoya en la Cámpora, su espacio político y que dirige su propio hijo, Máximo Kirchner. Pero es lícito preguntarse, ¿le corresponden estos espacios de poder a la Cámpora? Por fuera de lo que representa Cristina Kirchner, ¿qué representa la Cámpora? ¿No es una fuerza política más desprestigiada entre propios y ajenos que un espacio que pueda traccionar votos? 

Veamos el análisis que hace el periodista Facundo Pedrini al respecto: “La Cámpora implica la revolución de los incluidos. Son un dispositivo de poder que constituye una franquicia de la gloria ajena, porque La Cámpora quiere capitalizar un momento histórico que no protagonizó, aplaudió. Son nostálgicos de una tragedia que no vivieron: los años 70. Y cuando son opositores, son opositores con goce de sueldo. Tienen una concepción melancólica de la política”.

Y agrega: “La Cámpora nació de arriba hacia abajo y no de abajo hacia arriba. El problema de ese tipo de composición de poder es que tenés cima, pero no tenés bases. Entonces, solo representás al partido político que te da vida. Si no tenés representación social y no tenés iniciativa política, ¿cuál es tu herencia? ¿A quién representamos desde allá, desde el espejo? ¿A quién representa La Cámpora? ¿A los obreros? ¿A los informales? ¿A los estudiantes? ¿A los empleados? ¿A quién?”.

Momentos en los que se consolida una fuerza de extrema derecha en el poder implican una táctica similar a la de Lula en Brasil. Poder unir a todas las fuerzas democráticas en un gran frente social y político que pueda discutir los puntos en los que hay consenso para avanzar en una alternativa que pueda devolverle la esperanza en la política a quienes la perdieron. Aún así, Lula logró ganar apenas por un 1%.

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Esperemos que Cristina Kirchner y el resto de la oposición puedan ver que su accionar es clave en este sentido. Esperemos que no tengan actitudes que hagan que los argentinos se alejen cada vez más de la política, sino que vuelvan a ella.

El espejo de Lula, o en el uruguayo, es en donde se debería mirar Cristina Kirchner. Alguno de los dos, pero que se plantee una alternativa donde ella no tapone a las nuevas generaciones ni sea un factor de triunfo para Javier Milei.

FM