El editorial de Jorge Fontevecchia

Día 366: ¿Del Nobel al aplazo?

La vuelta de Donald Trump y sus políticas proteccionistas a la presidencia de Estados Unidos podrían truncar el plan económico de Javier Milei para el 2025 y su esperanza de recibir un premio Nobel. ¿Cómo impactará esto en el humor social en la economía argentina? 

Cadena nacional del presidente junto a su Gabinete Foto: Captura

Ayer, rodeado de la pompa a la que nos tiene acostumbrados, el presidente Javier Milei hizo un discurso de cuarenta minutos donde se autoponderó y habló, como siempre, del éxito del ajuste más grande de la historia y anunció cómo será la economía en el año dos de su gestión. En este editorial de Jorge Fontevecchia en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), se analizarán cuáles son los riesgos de que la situación económica de la Argentina empeore con la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos. 

Según un proverbio chino, el aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami en el otro lado del mundo. Esta frase fue tomada por el matemático Edward N. Lorenz para hablar del efecto mariposa y cómo las pequeñas variaciones en un lado del mundo pueden generar grandes catástrofes en el otro. 

Ahora, imaginemos que la mariposa de la que hablamos es el hombre más poderoso del mundo, es decir, Donald Trump, que supone que va a ser muy positivo para Milei y para el gobierno argentino, pero quizás nos depare una sorpresa y un problema económico muy grande.

El más prestigioso diario económico del mundo, el Financial Times, dijo que Donald Trump planea subir la tasa de interés estadounidense. Eso significa que los inversores financieros que tienen dinero en los bonos y letras de los países emergentes como el nuestro, migrarán a colocar su dinero en los instrumentos financieros de Estados Unidos porque obviamente es una inversión más segura y rentable. Si eso sucede, los dólares se irían hacia otro lugar. Además, la suba de la valorización del dólar podría presionar por una devaluación. Como siempre que eso sucede, viene acompañado de un rebrote inflacionario. ¿Cómo impactará esto en el humor social en la economía argentina? Eso lo analizaremos ahora.

Ayer, uno de los grandes gurús de Wall Street dijo que sin importar todo el dinero que el Fondo Monetario Internacional esté dispuesto a darle a la Argentina, el país no se va a salvar de una devaluación.

Cabe recordar que Milei había dicho este año que esperaba recibir el premio Nobel de Economía. En junio de este año en una visita a la ciudad de Praga, el mandatario aseguró: “Si nos sale bien, probablemente me van a dar el Nobel de Economía”.

Como decíamos, en el contexto en el que Donald Trump asuma y aplique una política proteccionista y suba de tasas que obligue a devaluaciones masivas en los países emergentes, nos preguntamos qué ocurriría, en el caso de Argentina, si Milei se viera obligado a devaluar, en especial cuando los especialistas señalan la necesidad de dejar de no dejar atrasar el dólar.

Por eso, comenzamos esta columna con algo de humor y con el bolero El Premio Nobel, por la cantante mexicana Martha Eugenia.

Ayer, el Presidente nuevamente mostró los datos económicos de su gestión ponderando la estabilización en marcha. Hoy, ese camino seguramente se corrobore con datos, si no mejores, al menos iguales sobre la inflación de noviembre. El plan de estabilización de la motosierra del libertario, que mostró dosis de pragmatismo heterodoxo, como el control de ciertos precios como el del transporte público y la utilización del carry trade para el control del dólar, se muestra como un éxito. Casualmente, se vuelve a repetir el mismo dúo que en otro momento de sobrevaluación del peso, en 2017: Toto Caputo y Federico Sturzenegger

El video de Victoria Villarruel, las críticas de la oposición y "lágrimas de zurdo": las repercusiones del discurso de Javier Milei 

Otro punto interesante del discurso de ayer tiene que ver con que las personas cometen más errores cuando “más se la creen”. En un trabajo denominado Manía, realizado por los psicoanalistas María P. Manhaes, Enrique Portella Nunes y Adolfo Hoirisch, describen al síntoma maníaco como lo que “ocurriría en una fusión del Yo con el Superyó”. 

Fuera de las tecnicalidades, en la manía hay una liberación de la energía que estaría ligada al conflicto doloroso de duelo y depresión, produciendo así una disponibilidad de libido, es decir que la persona tiene una energía por encima del promedio. Además, el estudio relaciona la manía con el triunfo, agregando que el objeto sobre el cual el Yo estaría triunfando permanece oculto para él. 

Es probable que el Presidente esté viviendo su etapa más maníaca que todos los seres humanos vivimos en los momentos de euforia. Más allá del lenguaje técnico, ante una situación desafiante, las personas maníacas encuentran explicaciones que les permiten seguir adelante, justificar sus actos y  creer que tienen cualquier posibilidad de triunfo. 

La asunción de Donald Trump en los Estados Unidos y su promesa de cambiar la regulación con una política diferente de aranceles y de tasas de interés, va a cambiar el contexto de los países emergentes, muchos de los cuales ya devaluaron su moneda, como Brasil o China. Esta situación se anticipó la semana anterior con la corrección que inició el gobierno de Lula, aún antes del cambio de gestión en Estados Unidos. 

El plan de Beijing de tomar represalias por una nueva ronda de aranceles estadounidenses abrió un nuevo capítulo en la guerra comercial entre EE.UU y el gigante asiático y Donald Trump anunció que incrementará los impuestos a los productos chinos. Para el 1 de septiembre, Washington había anunciado una tarifa del 10% a productos chinos equivalentes a 300 mil millones de dólares. Ahora, ese impuesto será del 15%. 

“Por muchos años, China se ha aprovechado de Estados Unidos en el comercio, robo de propiedad intelectual y mucho más. Nuestro país ha estado perdiendo cientos de miles de millones de dólares al año”, escribió Donald Trump en X tras la confirmación de la suba del impuesto. 

Podemos agregar que es posible que una solución del conflicto Rusia-Ucrania derive en que Ucrania, un gran productor de cereales, vuelva a poder ser exportador y bajen los precios de las commodities que Argentina exporta. Al mismo tiempo, cuando el dólar se fortalece, bajan los precios de las commodities.

El contexto internacional parece ser desafiante entre Ucrania, China o la tasa de interés. El aleteo de la mariposa puede hacer que la situación económica de algarabía que hoy vive el presidente Milei pueda cambiar.

No olvidemos que Luis Caputo estaba en el poder en abril del 2018, y también fue la reacción internacional la que puso en crisis una política basada en lo financiero y en el carry trade especialmente. 

La devaluación fue el comienzo de una crisis que alteró un plan que había sido incluso refrendado en las urnas apenas seis meses antes. La política del dólar barato y el dúo de Caputo como ministro de Hacienda y Sturzenegger al frente del Banco Central generaron una experiencia que, lamentablemente, resultó fallida. 

En ese entonces, como hoy, el campo señalaba la dificultad de las retenciones y lo bajo del precio del dólar. 2024 muestra elementos diferentes como el superávit energético y un futuro promisorio gracias a Vaca Muerta y a la minería, pero el presente tiene aspectos desafiantes.

El disparador de esta columna fue el tuit de Robin Brooks. El gurú de Wall Street colocó un gráfico en X en donde se marca una subida del precio del peso correlativo al dólar durante el gobierno de Macri y cómo algo similar ocurre en la actualidad. 

Brooks, un ex FMI y una de las personas más consultadas por los mercados señaló en un artículo publicado en PERFIL que "No hay dinero del FMI que pueda proteger a la Argentina de una devaluación". 

Gráfico que compartió el economista Robin Hooks.

En su cuenta de X, el economista expresó: “Si la administración entrante de Estados Unidos impone fuertes aranceles a China, se desatará una ola de devaluaciones en todos los mercados emergentes”. “Lamentablemente, no hay dinero del FMI que pueda proteger a la Argentina de una devaluación si esto sucede. El peso está muy sobrevaluado de todos modos y necesita caer”, agregó Brooks.

La persona que puso en jaque al discurso oficial de Argentina estuvo en el FMI, publica informes muy consultados por los agentes de Wall Street y viene sosteniendo una polémica con el ministro Caputo. 

Al tuit de ayer lo precedió uno en octubre, en el que el gurú de las finanzas señaló: “La razón por la que el peso argentino aparece como la moneda más fuerte del mundo -a pesar de la devaluación de diciembre de 2023- es que la alta inflación desde entonces hizo subir los precios internos, de modo que el tipo de cambio real ha aumentado enormemente. El peso debería haber podido flotar en diciembre de 2023”.

Brook le hace a Caputo la misma crítica que realizan muchos economistas ortodoxos que observan que después de la devaluación del 120% producida en diciembre de 2023, debería haber liberado el dólar. Probablemente, el ministro tendría para responderle que eso fue lo que hizo con Macri y trajo problemas. 

Este economista no es el único que alerta sobre los desafíos de la situación económica para el gobierno nacional. Son muchos los colegas de Milei, de diferentes orientaciones, muchos de ellos que ni siquiera podrían catalogarse de socialistas, que señalan que el Plan “hasta que el litio y Vaca Muerta nos salven” tiene grietas que vale la pena señalar.

En este sentido, el ex viceministro de economía, Emanuel Álvarez Agis dijo en Modo Fontevecchia este 6 de diciembre que no sería “tan audaz de cantar victoria y decir ‘el Javo la domó’” porque hay recesión, el dólar está barato y el Banco Central tiene pocas reservas. 

Volviendo a la idea del aleteo de la mariposa que produce un tsunami en otra parte del mundo, el economista Gabriel Rubinstein afirmó en este programa, también el 6 de diciembre, que "si Argentina tuviera un shock como el Tequila, estamos listos". 

“Para mi sería deseable un dólar más alto y si el Gobierno se quiere mantener en este punto es porque privilegia los índices inflacionarios, y eso le viene muy bien para las elecciones. Estas cosas se postergan y uno nunca sabe qué shock puede haber”, observó. 

Sobre llovido, mojado. Ahora tenemos una suerte de adelanto del efecto Trump en nuestro vecino y socio comercial Brasil. Brasil devaluó su moneda un 20%, y esto impacta negativamente en la competitividad argentina.

El 28 de noviembre de este año, la cotización del dólar superó por primera vez en la historia el umbral de los 6 reales. Esto sucedió un día después de que el gobierno de Lula anunciara un paquete de medidas para consolidar el déficit fiscal, que supondrá un ahorro de unos 12 mil millones de dólares hasta 2026. El plan incluye gravar a los ricos y contempla una exención del impuesto sobre la renta para quienes ganen hasta 840 dólares al mes.

El periodista Carlos Pagni, probablemente el analista más prestigioso de Argentina, también dedicó su columna en Odisea Argentina por La Nación +, que no puede considerarse socialista, al riesgo que implica la devaluación de Brasil con el carry trade en Argentina. 

“La combinación de devaluación en Brasil y revaluación en Argentina es un problema recurrente”, explicó Pagni, que consideró que el tipo de cambio está muy atrasado y lo comparó con su valor en 2016, destacando que en ese período el dólar paralelo era más competitivo en relación con Brasil. 

La devaluación brasileña del fin del siglo pasado arrastró la convertibilidad de Argentina. Esta situación no es comparable, pero si vale la pena tener en cuenta la importancia que tiene la revaluación del dólar en Brasil respecto de la competitividad en Argentina. Por ejemplo, cuando la Bolsa de San Pablo dejó de operar por media hora en 1999 cuando la baja superó el 10%, la Bolsa de Buenos Aires tuvo una de las bajas más fuertes de la jornada. En ese momento, Argentina resistió y no devaluó, pero todos sabemos que pasó un año y medio después. 

Los aranceles de Trump cambiarían el foco de China al consumo interno, según Goldman

Milei dice que con las reformas que lleva adelante seguramente recibirá el premio Nobel. Esperemos que la realidad no lo lleve a ganar el falso premio Nobel que se otorga en los EE.UU.

Los Premios Ig Nobel son una parodia estadounidense del Premio Nobel. Se entregan cada año a principios de octubre para reconocer los logros de diez grupos de científicos que «primero hacen reír a la gente, y luego la hacen pensar». 

Organizado por la revista de humor científico Annals of Improbable Research (AIR), los premios son presentados por una serie de colaboradores que incluye a auténticos Premios Nobel, en una ceremonia organizada en el Sanders Theatre, de la Universidad de Harvard. «Los premios pretenden celebrar lo inusual, honrar lo imaginativo y estimular el interés de todos por la ciencia, la medicina, y la tecnología».

Premio Ig Nobel

Los Ig Nobel, que se entregan desde 1991, homenajean investigaciones poco ortodoxas que caen fuera del estereotipo serio de la ciencia, con la excepción de premios que son otorgados en forma de chiste ante situaciones descabelladas. 

Borges, parafraseando a Rudyard Kipling dijo que “el éxito y el fracaso son dos impostores”. A nadie le va tan bien como festeja, ni tan mal como se lamenta”. Milei debería escuchar al maestro de las letras argentinas y empezar a pensar cómo enfrentará el efecto Trump y como hará que la sociedad pueda sobrellevar de la mejor manera la inevitable devaluación que tanto economistas, como gurúes del mercado y traders, le auguran. 

Un economista que acompañó al tándem Caputo-Sturzenegger en el 2017 es Carlos Melconian, que siempre se manifestó preocupado y en contra del carry trade. Otra vez estamos bajo el carry trade y la sobrevaluación de la moneda, como en 2017. Veremos si llega lo que sucedió en 2018 o si esta vez va a ser diferente. 

Mientras tanto, le recomendamos al presidente Javier Milei que tenga cuidado con el aleteo de la súper mariposa de Donald Trump. Que el fortalecimiento del dólar, el aumento de los impuestos a las importación no le genere todo lo contrario de lo que él espera: la devaluación de todas las monedas emergentes y la baja del precio de las commodities que Argentina exporta.

Producción de texto e imágenes: Daniel Capalbo, Pablo Helman y Matías Rodríguez Ghrimoldi.

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