Día 348: Milei y Villarruel, dos derechas antagónicas
El conflicto entre Javier Milei y Victoria Villarruel refleja dos modelos de derecha antagónicos. Mientras Milei apuesta por un liberalismo extremo y aceleracionista, Villarruel encarna una postura más tradicionalista y nacionalista.
Después de meses de idas y vueltas, el presidente Javier Milei blanqueó su interna con su vice Victoria Villarruel. Antes que él, sin embargo, las mujeres que lo rodean -sintetizadas en Lilia Lemoine y su hermana Karina- ya se habían encargado de limar a quien supo ser amiga del libertario. Por eso, para musicalizar la apertura de hoy de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), abrimos el programa escuchando Amiga traidora, de Ángela Leiva.
“El ser crece en la tempestad”, sentenció el famoso filósofo alemán Martin Heidegger. El filósofo alemán planteaba que se alcanza el ser auténtico en medio del conflicto y de la lucha. El aceleracionismo, del que hablábamos ayer, creado por Nick Land, también tiene una suerte de ética en la que se encuentra la creación, la singularidad en el caos, en el conflicto.
Citamos decenas y decenas de veces a Ernesto Laclau, quien detalla la construcción del poder en el populismo, como la acumulación de base social a partir del enfrentamiento permanente con un enemigo al que se le adjudican todos los problemas del pueblo.
La incomprensible indulgencia filosófica hacia Heidegger | Perfil
La psicoanalista británica Melanie Klein describió el mecanismo de defensa inconsciente de proyección en el que se le atribuye una carga negativa a una persona o situación externa al sujeto, porque es más fácil enfrentar un enemigo externo que uno interno, es más sencillo entender que el perseguidor, el adversario, está afuera y no en la propia mente.
Probablemente todos estos elementos mezclados y bastantes más estén en la cabeza de Javier Milei y de su círculo más íntimo a la hora de construir un Gobierno que está permanentemente en conflicto. Contra el peronismo, los radicales no alineados, la comunidad universitaria, los científicos del Conicet, el periodismo y, ahora, hasta la propia vicepresidente, Victoria Villlarruel.
Por un lado, da la sensación de que el Gobierno necesita un conflicto distinto todos los días para poder construir su narrativa de revolución libertaria que a pesar de la resistencia de la casta logró bajar la inflación, pero que no logra resolver todos los problemas del país por culpa del sabotaje del “Congreso de ratas”, “los periodistas ensobrados” y los “mismos de siempre”.
Por el otro, pareciera que el Gobierno tampoco logra evitarlo. Como si viviese en un estado de paranoia constante, de purga constante, en la que ve infiltrados comunistas, colectivistas y enemigos de su gobierno por todos lados. El Gobierno vive en un estado de purga permanente, casi un funcionario echado o renunciado cada cinco días.
Sin embargo, esto explica una parte, solo porque ahora se procesa este conflicto, pero ¿cuál es el sustrato de fondo de la pelea entre el presidente Javier Milei y su vicepresidente, Victoria Villarruel?
El conflicto tuvo muchos capítulos y aristas, vamos a hacer un racconto de algunos momentos y luego vamos a hacer un análisis sobre las razones y las consecuencias de este conflicto. De estos dos sectores que representan dos modelos de derecha muy distintos.
La relación que se forjó en muy poco tiempo empezó a quebrarse luego de que Milei le prometiese el ministerio de Defensa y el de Seguridad y luego se los adjudicase a la fórmula de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich y Luis Petri.
Esta ofensiva contra Villarruel se escenificó fuertemente en la asunción de Javier Milei el 10 de diciembre. Ernesto Tenembaum contó en su editorial de ayer en Radio con Vos los entretelones de este destrato el día de la ansución de Milei.
Tenembaum relató que ese día, en las escalinatas no había asiento para la vicepresidente, y cuando ella lo nota, gira y sube las escalinatas, volviendo al Congreso. “Una escenificación muy fuerte, porque si el Congreso era la casta, ella estaba volviendo a ese lugar”.
Es muy interesante esta imagen de Villarruel volviendo al Congreso y Milei continuando con su discurso de espaldas al Congreso, porque funciona como una suerte de mito de origen de las diferencias entre ambos.
Villarruel como una derecha más tradicionalista, nacionalistas, católica, pero quizás con una impronta más respetuosa de las formas.
Un ejemplo de este tradicionalismo de Villarruel son las imágenes de sus giras por el interior. En un festival folclórico de Villa María, Córdoba, se la vio con poncho y sombrero, y tomando mate.
Por otro lado, Milei aparece como una nueva derecha de corte aceleracionista de extrema derecha, basado en las redes sociales, antiestatista, de fuerte alineamiento con Estados Unidos y ultraliberal. Algo de esto planteó el Turco Asís en una entrevista en A24.
"Son dos derechas distintas hay una confluencia de una derecha nacional que es la que representa Villarruel militarista basada en las víctimas de la subversión, que le aportó votos a Milei, quizás un 7 u 8%, porque no creamos que en la sociedad Argentina no hay un 50% de gente que quiera hacer un liberalismo absoluto", sostuvo Asís.
Veamos un poco estas derechas diferentes que plantea Asis. Mientras Milei en campaña decía que no iba a hacer acuerdos comerciales con China, porque textualmente “no vendía su moral por plata” y “no pactaba con comunistas”, algo que obviamente no pudo mantener, Villarruel decía algo muy distinto.
En un enfoque más pragmático, el 8 de noviembre de 2023, durante el debate de candidatos a vicepresidente con Agustín Rossi, declaraba: “Una cosa es que tengamos relaciones comerciales y otra cosa es entregar nuestra soberanía a China, como hicieron ustedes”.
Luego de ser desgastada en varias oportunidades por Milei y su entorno, Villarruel respondió de una manera bastante divertida, con esa famosa frase: “Pobre jamoncito”. Fue el 21 de marzo, entrevistada por Jonatan Viale, quien le preguntaba por su relación con Karina Milei y cómo lidiaba el presidente entre dos mujeres con mucho carácter. “Las dos queremos lo mejor para Javier”, dijo también en dicha entrevista.
Además, quienes se encargaron de desgastarla fueron las dos mujeres más cercanas a Javier Milei. Su hermana, “el Jefe”, como la llama él, Karina Milei, quien la trató de “soberbia” en un tuit en el que aludía a una frase del general San Martín. El trasfondo tuvo que ver con la construcción de este perfil nacionalista de Villarruel. La Vicepresidente defendió a la Selección, que había hecho cantitos racistas contra Francia.
El tuit de Villarruel decía textualmente: “Argentina se hizo con el sudor y el coraje de los indios, los europeos, los criollos y los negros como Remedios del Valle, el Sargento Cabral y Bernardo de Monteagudo. Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir. Basta de simular indignación, hipócritas. Enzo yo te banco, Messi gracias por todo! ¡Argentinos siempre con la frente alta! ¡Viva la Argentinidad!”.
Vale decir que es una hábil declarante, y sus textos tienen un estilo más clásico y mejor estructurado en su sintaxis que los del Presidente.
Luego del cruce, Karina Milei fue atacada en las redes por seguidores de Villarruel, y en el entorno de “El Jefe”, acusaron a la Vicepresidente de tener sus propios trolls. Desde el entorno de Victoria Villarruel respondieron que era gente que genuinamente la apoyaba, que los trolls son manejados únicamente por Santiago Caputo.
La otra mujer cercana al Presidente que atacó en repetidas ocasiones a Villarruel fue Lilia Lemoine.
"Vicky, sos nuestra vicepresidente, comportate como tal", dijo en un programa de radio el 17 de julio de este año. “Le pido que se mantenga en el rumbo que corresponde, apoyando las políticas de La Libertad Avanza y de Javier Milei”. “Le pido que no se junte con operadores castrochavista”, disparó la diputada.
Este jueves 21 de noviembre, Lemoine fue todavía más dura: “Cristina es más leal que Villarruel, es chorra pero leal a su partido”, expresó. Además, la llamó “bichacruel” y sostuvo que la primer “red flag” (alerta) fue cuando le dijo “jamoncito” al Presidente.
Desde afuera del Gobierno se viene tomando noción de este asedio a Villarruel. Nada más y nada menos que el Papa recibió a la vicepresidenta el 14 de octubre, y se produjo el siguiente llamativo intercambio:
Villarruel: ¿Cómo está?
Papa Francisco: Yo muy bien, todavía vivo. ¿Usted sobrevive?
Por otro lado, sectores del peronismo la consideran una interlocutora válida y hasta cercana a sus ideas. Escuchemos los siguientes fragmentos.
El pasado 26 de agosto, el senador kirchnerista José Mayans dijo en este mismo programa: “Villarruel se aproxima ideológicamente un poquito más a nosotros que a Milei”. “Él es muy anti Estado, ella es muy nacionalista, fue formada en esos valores”, expresó el jefe de la bancada en Senadores de Unión por la Patria. Las declaraciones le merecieron una reprimenda por parte de Cristina Fernández de Kirchner.
José Mayans: "Como a todo gobierno dictatorial, a Milei no le gusta el Parlamento" | Perfil
Guillermo Moreno, en un sentido similar, expresó que “es un error pensar que la vicepresidente no se puede hacer peronista”. Las declaraciones fueron en Radio 10 el 26 de agosto. “Es una persona del nacionalismo, hay que discutir si es del nacionalismo de inclusión o de exclusión”.
Es interesante este coqueteo de Villarruel con los elementos de tradición más de derecha del peronismo. Ella hizo una reivindicación bastante curiosa a Isabel Perón, una figura controversial de la historia argentina, vinculada a la primera etapa de la represión paraestatal que concluyó con la dictadura militar.
“Vengo a hacer un acto de reparación histórica hacia una mujer, que viuda y en soledad, debió soportar más de 40 años de persecución y ostracismo”, afirmó Villarruel el 17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista, en el marco de la inauguración del busto de Isabel Perón.
Por otro parte, el dirigente social y político Juan Grabois dijo en reiteradas ocasiones que él sabía de buenas fuentes que el expresidente Mauricio Macri, también en tensión permanente con Milei y Victoria Villarruel, tenían planeado un boicot al Presidente para forjar un recambio presidencial.
Hoy es una relación política que se exhibe como rota. Desde un punto de vista estructural, son dos proyectos distintos de país, dos concepciones distintas de la política y hasta dos formas distintas de ver la vida.
Tal vez lo mejor para la Vicepresidente sea juntarse con personas que piensen como ella y dar los debates que considere necesarios. “El ser crece en la tempestad”, dijo Heidegger, y tal vez también sea verdad en el caso de la Vicepresidente. Tal vez estas peleas, la forjen como una de las políticas del futuro, un futuro que por ahora, parece incierto. Quizás la frase también sea válida para Javier Milei, cuyos problemas son las permanentes tempestades económicas.
Producción de texto e imágenes: Daniel Capalbo, Pablo Helman y Matías Rodríguez Ghrimoldi.
FM
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