Carlos Leyba: "El dólar de equilibrio es el dólar del pleno empleo"
"Cuando el tipo de cambio no equilibra el mercado del empleo, tiene como consecuencia el deterioro de la sociedad y un proceso inflacionario", observó el economista Carlos Leyba.
En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), Carlos Leyba explicó que el aumento de desempleo genera presión inflacionaria y que para que eso no ocurra, “la economía tiene que tener un tipo de cambio compatible”. “El tipo de cambio de equilibrio para una economía es aquel que produce el equilibrio de todos los mercados, incluido el de trabajo”, analizó.
Carlos Leyba es economista y profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires. Fue Subsecretario de Economía durante la tercera presidencia de Juan Domingo Perón. Además, estuvo a cargo de la redacción del Plan Trienal para la reconstrucción y la liberación nacional de 1974 a 1977.
Usted, junto con Lavagna y Arriazu, son los economistas más longevos de cuando se enseñaba economía política en la universidad. ¿Por qué comparó el presente con la obra de Cattelan?
Efectivamente, los años cuentan. Uno busca continuidades y acostumbramientos en el diseño de las políticas económicas para interpretar el presente. Lamentable, cuando uno vuelve para atrás se encuentra con que todas las políticas han dejado de lado un hecho crucial de la economía en los últimos 50 años, que es el largo plazo.
Analizando la tasa de inflación y viendo el estancamiento económico durante esos 50 años, se ve que la economía tiene estancamiento e inflación, es decir que está en estado estanflacionario.
Todas las políticas aplicadas, ya sean ortodoxas o keynesianas, tratan el problema como si fuera de inflación o de recesión. Por lo tanto, aplican keynesianismo para atacar el estancamiento cuando hay inflación, y lo que hacen es que la inflación aumente. Cuando hay inflación, la atacan con métodos ortodoxos produciendo un doble estancamiento y difícilmente se termina con el proceso inflacionario.
Esto hace que todas estas políticas duren poco, como la banana de Cattelan, que a la semana hay que cambiarla, y que tenga un manual que fue repetido hasta el cansancio sin adecuarlo al espacio y al tiempo.
¿Cuál es la alternativa? Muchos politólogos marcan que el kirchnerismo no tiene más premisa que esperar que esto se caiga, como otra banana que dura poco.
Por ejemplo, el programa que cementa Israel es de consenso e introdujo elementos heterodoxos para los keynesianos y para los ortodoxos. Es decir, contempló todas las variables. Lograr el consenso implica apuntar hacia el futuro con un propósito definido de incluir al conjunto de la sociedad en un programa de estabilización. Eso implica tener un largo plazo por delante.
Todas las políticas de estos 50 años han prescindido del consenso. El que gobernó, nunca incorporó a los sectores productivos, laborales y políticos ajenos. Con esa idea de cortoplacismo, el éxito es para uno. Desplazaron al resto y generaron esta contradicción tanto económica como política, y la conclusión es siempre la misma: la idea de que el que venga lo hará mejor.
Mi preocupación es que Argentina ya no tiene un pensamiento alternativo que apunte a resolver los problemas del conjunto. Lo que vemos es que siempre hay una oposición que critica sin propuestas, y este es el punto central. No hay oposición porque no hay proyecto que se oponga al presente.
Roberto Lavagna dice que él cree que esto puede durar dos años hasta que sus inconsistencias generen una devaluación o un cambio de política monetaria. ¿Cree que puede durar el tiempo suficiente para ganar las elecciones del año próximo?
Coincido con Roberto y creo que el Gobierno tiene capacidad de durar porque no hay alternativa, aunque es dependiente del cepo y del swap chino. Esa dependencia extrema también revela una debilidad, pero mientras haya una negociación que permita convalidar, por ejemplo, el desastre de la represa de Santa Cruz, habrá que hacer cosas horribles para mantener ese diálogo del que depende. El voto de China en el Fondo también importa.
Al mismo tiempo, este fenómeno no soluciona ninguno de los problemas estructurales de Argentina, porque el déficit de dólares no se resuelve con el swap o con una deuda. Se resuelve con una visión productivista que logre un salto cualitativo, como puede generar la minería en unos años, pero que también necesita que se ponga en movilización el impacto productivo del país.
La tasa de inversión de este Gobierno y de los anteriores es ridícula. Apenas logra pagar la amortización de los equipos de capital, y somos cada vez menos productivos. El atraso cambiario del país es causado por el atraso de la productividad.
La definición de Julio Olivera, que nos ha educado a los economistas argentinos, dice que el tipo de cambio de equilibrio es el tipo de cambio del empleo. Si no se puede crear empleo en una sociedad, no se está creando una sociedad. Hace décadas, estamos pasando el terrible proceso del 7% de crecimiento anual de personas pobres en Argentina. El dólar de equilibrio es el dólar del pleno empleo.
¿Cuál es el dólar de equilibrio? Desde un punto de vista monetario, el dólar de equilibrio es el que equivale en las exportaciones a las importaciones para no tener déficit. En cambio, usted cree que el dólar de equilibrio debería ser aquel que lleve a lo más cerca del pleno empleo.
Cuando en economía hablamos de equilibrio, hablamos de equilibrio general en todos los mercados. Si usted tiene desequilibrio en un mercado, se puede caer para un lado o para el otro. El tema central a lo largo de la salida de la Segunda Guerra Mundial, que puso en marcha una nueva manera de expresar el capitalismo, tiene como punto central el mercado del empleo.
Un Estado de bienestar colectivo es que todo el mundo tenga su trabajo y la capacidad de generar sustento de una manera digna. Para que eso ocurra, la economía tiene que tener un tipo de cambio compatible con esa situación. Cuando el tipo de cambio no equilibra el mercado del empleo, tiene como consecuencia el deterioro de la sociedad y un proceso inflacionario.
Si usted tiene una enorme cantidad de gente que consume y no produce, hay más demanda que oferta. Por lo tanto, hay presión inflacionaria. Tener un ejército de gente que no logra su sustento es la gran causante de la inflación. Tarde o temprano, eso genera un desequilibrio en los mercados.
El tipo de cambio de equilibrio para una economía es aquel que produce el equilibrio de todos los mercados, incluido el de trabajo. Cuando se vota democráticamente, se vota lo bueno o malo que ha sido un gobierno. Cuando se miran las encuestas de desempleo, se ve lo bueno o mala que es una economía.
La Nación publicó una encuesta de los números positivos de las empresas en la Argentina y demuestra una duplicación de sus capitales. Ahora, todas esas empresas son concesionarias, que han recibido el impacto del mejoramiento de las tarifas o bancos, que han vivido el festival de finanzas. Al mismo tiempo, el capital de las dos más grandes industriales disminuyó. La Bolsa dice que hay mucho progreso, pero el aparato productivo industrial está declinando.
Elizabeth Peger: La UIA comunicó su creciente preocupación por el aumento de la capacidad ociosa de la industria.
Así es, y el Observatorio PYME observó pérdida de empleo en las PYMES. Los programas exitosos, como el de Israel, incluyeron la promoción de empleo. Es muy fácil detener la inflación sobre la base del desempleo porque la recesión ayuda a bajar los precios.
EP: En Argentina no se crea empleo de calidad desde 2011.
Es que tenemos el empleo como política, y tampoco lo tuvo el kirchnerismo. El kirchnerismo reemplazó el empleo por la ocupación pública, porque el peronismo nunca tuvo una política pro productiva desde Perón. Al contrario, abandonó lo que dio lugar a su existencia. No soy peronista, pero recuerdo las palabras de Perón cuando Perón decía que el sindicalismo es la columna vertebral de un sistema productivo. Los mercados financieros dicen que todo va muy bien, y en ese sentido va muy bien porque a esa gente le va fantástico, pero no la acompaña el resto.
EP: ¿Qué podemos esperar en los próximos meses en materia social?
Si las cosas siguen en el estado en el que están, el pronóstico es que difícilmente mejore la condición de la creación de empleo y de desarrollo social. Lo que sí tiene el Gobierno es una política muy positiva en materia de ayuda a los sectores más bajos, que por supuesto no alcanza para cubrir una canasta básica o para hacer que los niños reciban una buena educación porque tienen el estómago vacío. Ese es un problema a futuro.
La tasa de crecimiento de números de personas pobres desde 1974 hasta la fecha es el 7% anual acumulativo. Pasamos de 1 a 20 millones de personas, lo que es un hecho único en el mundo porque los países que nos rodean reducen la pobreza.
Esto nos debería alarmar pero evidentemente no nos hemos sensibilizado al respecto porque la política no está pensada en esos términos. La pobreza no se resuelve con discursos en contra de la pobreza, se resuelve con estrategias económicas y políticas a largo plazo que permitan crear empleo en los lugares en los que vive la gente. Si hubiera pensamiento a largo plazo, nadie hubiera hecho una represa como la que se hizo en Santa Cruz como si fuera una prioridad.
Las solicitudes por desempleo en Estados Unidos caen a su mínimo desde mayo
Alberto Fernández logró bajar el desempleo registrado pero con los menores sueldos promedios en la historia, entonces había un fenómeno de personas con empleo, pero pobres. En la convertibilidad, Menem gana la reelección en primera vuelta con casi el triple de desempleo que tenemos hoy. Podría ser que Milei gane las elecciones aún con el crecimiento del desempleo…
No puedo hacer pronósticos electorales. El voto electoral es un voto mayoritario, pero el voto de la contestación social es el desempleo. La encuesta que determina si una persona está desempleada o no sólo requiere que en la semana de referencia la persona preguntada diga si trabajó una hora en la semana aunque en esa semana solo cobró un sanguche.
Para la época de Menem, quizás el desempleo era mayor si se sumaba el subempleo. Aún así, si un tercio está mejor, se satisface a la suficiente cantidad como para ganar una elección.
Puede ser. Lo que creo es que la realidad social me dice que hay una incompatibilidad entre el 50% que vive por debajo de la línea de pobreza y que se supone que sólo el 7% de esas personas están desempleadas. El deterioro del empleo y la ausencia de la protección social no logra una sociedad con un 93% de empleo.
En 1905, en la época de Joaquín V. González se hizo una encuesta sobre la vida colectiva de la gente. Si nos sumergimos en el tercer cordón del conurbano, vamos a encontrar que el desempleo y la pobreza generó un deterioro que no podemos ni imaginar la gente que tiene mi edad. La primera vez que vi a alguien pedir limosna fue en Madrid en 1968, nunca lo había visto en Buenos Aires.
Lo estamos viviendo ahora con gente tirada en la calle. La economía está al servicio del hombre y no sólo es buscar los indicadores que den éxito. A veces, cuando los indicadores dan éxito, tenemos una crisis la semana siguiente, porque ya nos pasó. No deseo eso, pero quienes se enfrentan al Gobierno no proponen ninguna alternativa, lo que significa que el Gobierno tiene el camino llano para avanzar en su dirección. Aunque tuviera éxito, la sociedad que dejará ese éxito es indeseable. Las sociedades eligen por lo que ven y quizás yo no esté viendo algo.
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