Balance económico

Antonio Aracre: "Hay un proceso de estabilización muy sustentable en el tiempo"

El economista y exasesor de Alberto Fernández aseguró que el "leve incremento" del índice de precios mayoristas en noviembre con respecto a octubre demuestra que la estabilización económica es "consistente". "El consumo empieza a tomar cierto envión", dijo.

Reportaje de Fontevecchia a Antonio Aracre Foto: Sergio Piemonte

Este martes, el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) informó que el índice de precios mayoristas en noviembre fue del 1,4%, lo que indica un incremento del 0,2% con respecto al mes anterior. Antonio Aracre se mostró optimista ante el “leve aumento” y también destacó que el organismo publicó la estimación del PBI del tercer trimestre, que fue del 3,9%, aunque destacó que “el crecimiento es heterogéneo”. “En hidrocarburos, gas, minería, el agro y las ciencias de la información se ve una reactivación más intensa que en el comercio”, declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3). 

Antonio Aracre es economista, consultor empresarial y profesor de la Universidad de Buenos Aires. Anteriormente fue jefe de asesores brevemente durante el gobierno de Alberto Fernández y CEO de Syngenta. Además, es uno de los profesionales que más elogia la gestión económica de Luis Caputo y del presidente Javier Milei. 

Hoy se difundió el índice más bajo de inflación desde 2020. ¿Cuál es tu reflexión sobre el número en particular y tu proyección hacia 2025?

El índice que se difundió en el día de ayer fue el de precios mayoristas y dio 1,4%, apenas dos décimas más alto que el mes anterior. Destaco esto porque algunos lo interpretaron como un retroceso ese leve incremento de dos décimas pero en realidad. Sin embargo, para mí fue muy positivo porque en octubre había estado muy influido por la baja del impuesto PAIS en septiembre, lo que afectó el componente importado que tienen muchos de los productos. Pero en noviembre, el incremento fue apenas de dos décimas por encima, lo cual habla de que hay un proceso de estabilización muy sustentable en el tiempo.

Creo que la inflación es un asunto bastante dominado por el gobierno hoy. El año que viene, el consenso mayoritario habla de una inflación de entre un 20%, según los más optimistas, o de un 30%, según los menos optimistas. 

El dato más alentador del INDEC de ayer fue el dato de la estimación del PBI del tercer trimestre, que dio un crecimiento del 3,9% respecto al trimestre anterior. Fue un dato estimulante no tanto por el número en sí, sino porque cuando se desagregan los componentes de ese 3,9%, hay uno que tiene que ver con el consumo, que dio un crecimiento del 4% respecto al trimestre anterior. 

Esto es lo que el Gobierno, pero más que nada la sociedad en general, estábamos esperando, porque de alguna manera significa que esa reactivación que empezábamos a ver en la industria, aunque de manera tenue, empieza a agotar los stocks que se habían acumulado hacia fines del año pasado porque el consumo empieza a tomar cierto envión. Todavía se da de manera despareja, pero no deja de ser un dato bastante alentador.

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¿Cómo ves que se compone ese 3% de rebote del trimestre? ¿Cuánto influyen los sectores exportadores?

Es una recuperación heterogénea. En sectores que están muy relacionados con la alta actividad que tiene la Argentina en materia de hidrocarburos, gas, minería, el agro y las ciencias de la información se ve una reactivación mucho más intensa que en sectores vinculados al comercio. 

Aracre declaró que el sector de la economía más afectado es el de la construcción por la baja de la obra pública y el exceso de propiedades sin comercializar. 

El sector más castigado de todos es el de la construcción, que casi no muestra signos de recuperación. Esto tiene que ver con dos cosas. La primera es que la obra pública prácticamente no tuvo actividad durante el 2024, y es un gran movilizador de la construcción. La segunda tiene que ver con que hay mucha propiedad inmobiliaria construida sin comercializar, sobre todo en el AMBA, que compite con la construcción nueva, y que está a valores todavía muy bajos, sin haber recuperado el valor del metro cuadrado inmobiliario. Frente a ese valor, con el costo de construcción actual, no resulta tan rentable ni tan competitivo iniciar una nueva obra. 

Pero en general, el aliciente que a mí me parece más importante de ese 3,9% del PBI del tercer trimestre es la reactivación del consumo en un 4%, que era el dato que venía más demorado.

Elizabeth Peger: Ayer el ministro de Economía, Luis Caputo, anticipó que el Gobierno estaría en condiciones de firmar un nuevo entendimiento con el Fondo Monetario Internacional durante el primer cuatrimestre del próximo año. ¿Qué expectativa tenés con esto? ¿Qué posibilidades o qué tipo de entendimiento podría lograr la Argentina?

Lo que voy a decir no lo digo con información, pero sí con sentido común. Me parece que el Gobierno apunta a acelerar algunas capas del cepo cambiario con el ingreso de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares por parte del FMI. Cuando digo que necesita ese dinero, me refiero a que es una situación muy diferente a la que teníamos en 2018, cuando se tomó el primer préstamo en el gobierno de Mauricio Macri, donde había una urgencia por evitar una corrida cambiaria porque todos los fondos comunes de inversión estaban desesperados por sacar el dinero frente al fin del "carry trade".

En este momento el cepo más fuerte que queda, teniendo en cuenta que las importaciones y las exportaciones son de libre disponibilidad, es el que tiene que ver con la acumulación de dividendos y ganancias por parte de las empresas, que se calcula en unos 10.000 millones de dólares, los cuales están acumulados en pesos porque las empresas no pueden salir de ahí justamente por el cepo. 

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Todo el mundo coincide en que, frente a una apertura de esa restricción cambiaria, las empresas multinacionales irían en masa a aprovechar esa situación que viene demorada hace muchos años, y buscarían repatriar esos fondos a sus casas matrices. Si no está esa cantidad de dinero en las reservas líquidas, abrir el cepo es de una torpeza enorme porque va a afectar no solamente las cuentas nacionales en materia de lo que el Banco Central cuenta como poder de fuego, sino que el plan económico y la estabilidad lograda se tornaría débiles. 

EP: ¿Vos estimas que todos esos dividendos saldrían juntos?

Yo creo que debe haber un proceso de negociación, o por lo menos es lo que yo haría. Trataría de convencer a las 30 compañías con posible giro de dividendo para lograr un proceso programado en 24 o 36 meses para evitar una salida importante de reservas, contando con el respaldo del Fondo Monetario Internacional entendiendo que es algo que nos conviene a todos porque las empresas son una parte importante de la economía. 

EP: Ayer hubo un monitoreo de varios funcionarios con respecto a la situación económica en Brasil porque se profundizó la devaluación, que ya acumula un 24% en el año. ¿Hay inquietud en el Gobierno con este tema?

Son las dos caras de la moneda. Por un lado, por supuesto que hay inquietud porque Brasil es el principal socio y, a la vez, el principal competidor. Entonces, lo que pasa con la economía brasileña tiene influencia e incidencia. Pero, como siempre, hay cosas buenas y malas. 

Una de las razones por las cuales Brasil está entrando en este ciclo devaluatorio, que no se veía hace muchos años, es porque en los últimos dos años se profundizó el desajuste fiscal. Es decir, el nivel de déficit de este año en Brasil se espera en el orden del 3 o 4% del PBI, y Bolsonaro lo dejó en casi dos puntos positivos, lo que significa que Lula estaría retrocediendo seis puntos comparativamente. Esto preocupa mucho a los inversores y a los operadores que están haciendo algo parecido a lo que pasó acá en 2019 y en 2018. 

Un país en la región que resulta muy atractivo por su disciplina fiscal, por su potencial y por las industrias que están floreciendo, es Argentina. En los últimos tres días, crecieron los bonos en dólares, y por eso el riesgo país ayer tocó algo así como el 640. Hace cinco o seis años que no se veía ese número. Los ciclos financieros normalmente preanuncian ciclos económicos, es decir que el mercado generalmente anticipa que algo va a pasar y dice: "Yo quiero estar acá". Eso me parece que es un signo positivo.

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¿Cuál es la parte negativa? Que Brasil se pone muy barato, algo que estamos viendo en las vacaciones porque mucha gente prefiere irse a Brasil en lugar de irse a Pinamar o a Mar del Plata, por ejemplo. 

La ventaja que tiene Brasil es que devalúa y arregla la competitividad. Argentina no tiene esa posibilidad porque hace 30 años que viene defaulteando y desilusionando a los inversores y el dólar pasó a ser nuestra moneda. Lo que hace una devaluación es una recuperación inmediata en los precios, y toda esa competitividad ganada te dura 30, 60 o 90 días. La competitividad hay que buscarla por otro lado, que es con una baja de impuestos. 

Hay que tener cuidado porque Brasil también está perdiendo mucha competitividad en materia impositiva. Han subido el IVA al 28%, que es la tasa de IVA más alta del mundo. Esta medida es una de mucha regresividad, porque aniquila a la gente pobre. Hay algunas miradas de cal y otras de arena en relación a lo que está pasando en Brasil.

Una pregunta más existencial. 

Me da miedo.

Sí, ya sabes por dónde voy. Fuiste jefe de asesores de Alberto Fernández y ahora sos uno de los apologistas de Milei. ¿Esto quiere decir que Alberto Fernández tampoco era antimercado o antisistema? ¿Cómo podrías explicar que tenías simpatía con las ideas económicas de Alberto Fernández y ahora sos tan apologético de las ideas de Javier Milei?

Cuando Alberto Fernández me convocó al anunciar que me retiraba de Syngenta, me invitó a desayunar a Olivos y me ofreció ser su jefe de Gabinete de Asesores, lo primero que le dije fue: "Presidente, ¿le parece que es una buena idea? Yo no soy peronista, nunca lo fui. Mis ideas encajan mucho con el pensamiento de su espacio político. ¿Cree que eso va a traer más ruido?". Él me contestó que justamente necesitabas a alguien que los provoque, que los corra de ese lugar, que los atraiga el mundo de las inversiones y a los empresarios, y me pareció una propuesta razonable. 

Antonio Aracre y Alberto Fernández.

Ya en la primera semana me di cuenta de que las cosas iban a ser complicadas cuando planteé la necesidad de flexibilizar el marco laboral, porque había 8 millones de argentinos que con esa ley laboral nunca iban a poder entrar dentro del sistema, y la CGT casi me fusila en la Plaza de Mayo. 

Después hubo dos o tres cosas más hasta que al final, la inflación empezó a escalar mucho y el Presidente estaba preocupado. Me pidió ayuda y le dije que le podía hacer una propuesta. Por aquel entonces, el ministro Sergio Massa me pidió que hiciera la propuesta y la discutimos personalmente. Desafortunadamente, eso se filtró, le cayó muy mal al exministro y por eso me fui. Quizás en buena hora, porque me parece que hubiera sido una agonía formar parte de un espacio que parecía que estaba receptivo por parte del expresidente a escucharme, pero que en el fondo no era así.

¿Qué te quedó como balance? ¿El verdadero Alberto Fernández era un socialdemócrata pro-mercado y tenía a Cristina Kirchner que no lo dejaba?

Lo que me quedó es que dos meses y medio trabajando al lado de una persona es muy poco tiempo para terminar de conocerla. Muchas de las cosas que pasaron después me sorprendieron, y no precisamente para bien. Tampoco sé exactamente lo que pasó porque la Justicia no se ha expedido en ninguna de las cosas que se lo acusa, aunque son cosas concretas. 

Me refiero económicamente concretamente.

Yo creo que, en el fondo, a él no le disgustaban las ideas. Incluso cuando discutimos la propuesta, él estaba entusiasmado y me mandó a ver con su exministro Matías Kulfas, con el cual él tenía muy buena relación, algunos temas que eran muy técnicos. Pero indudablemente él tenía una posibilidad, entre pequeña y nula, de ejercer el poder dentro de su espacio. Si esa influencia nula era por su propia indecisión, su falta de coraje o porque estaba muy limitado por otras razones que nosotros no conocemos, no lo llegué a captar.

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