Propuesta polémica

"Riviera de Medio Oriente": el multimillonario plan de Donald Trump para reconstruir Gaza

El presidente estadounidense propuso un plan para remover los 50 millones de toneladas de escombros y convertir al enclave en un centro "turístico y económico". Ante las críticas, su portavoz aclaró que el desplazamiento de palestinos sería "temporal".

Donald Trump y la destrucción de Gaza Foto: Agencia Afp

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso un plan sin precedentes para la reconstrucción de Gaza, devastada por más de un año de bombardeos israelíes, con el objetivo de convertirla en lo que él denominó la "Riviera del Medio Oriente".

En medio de fuertes cuestionamientos del mundo árabe, Trump anunció su ambicioso proyecto de magnitudes millonarias para "tomar el control de la Franja de Gaza". Si bien luego desestimó esa posibilidad a través de su portavoz, el presidente republicano insistió en calificar la zona como un "sitio de demolición" y detalló sus ideas para transformar la región más convulsa del mundo en un centro turístico y económico. 

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Sin embargo, la ambición geopolítica de Trump también levantó una ola de controversias debido a las implicancias políticas y humanitarias que podría tener esta decisión. Dado que no solo podría permitir la presencia de tropas estadounidenses en el enclave palestino, sino también porque abre camino hacia una potencial "limpieza étnica" de dos millones de palestinos que serían trasladados por la fuerza a Egipto y Jordania. 

"Riviera de Medio Oriente": el plan de Trump para reconstruir Gaza

En declaraciones sorprendentes durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca el 4 de febrero de 2025, Trump describió Gaza como un sitio de demolición que, tras la devastación causada por la guerra entre Israel y Hamas, se encontraba al borde de la destrucción total. 

"Vamos a desarrollarla, crear miles y miles de puestos de trabajo , y será algo de lo que todo el Medio Oriente puede estar muy orgulloso", dijo Trump durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el primer mandatario en visitar la Casa Blanca desde que asumió la presidencia el 20 de enero.

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Con una visión de futuro ambiciosa, el fundador de la Organización Trump propuso un plan para reconstruir el enclave palestino, levantar nuevas infraestructuras y convertirlo en un destino turístico internacional comparable a las costas más renombradas del mundo. En sus palabras, Gaza pasaría de ser un campo de batalla a convertirse en la "Riviera del Medio Oriente".

Según declaró, el mandatario estadounidense, que no tuvo en cuenta el estatus de Gaza previo a los bombardeos israelíes, piensa no solo en una transformación urbana, sino también la creación de miles de empleos y la implementación de un modelo económico que, según él, "mejoraría la calidad de vida" de "los habitantes", pese a que evitó mencionar a los palestinos. Sin embargo, la idea de revivir Gaza, luego de décadas de ocupación y conflicto, fue vista con escepticismo tanto a nivel local como internacional.

La millonaria reconstrucción de la Franja de Gaza

Los detalles del plan fueron tan ambiciosos como costosos. Según fuentes cercanas al gobierno de EE. UU. citadas por The Sun, la reconstrucción de Gaza podría llevar más de 20 años, con un costo estimado en miles de millones de dólares.

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Parte de la estrategia incluye la limpieza de más de 50 millones de toneladas de escombros que quedaron tras los bombardeos israelíes, lo que podría llevar más de dos décadas, según estimaciones de la ONU. Además, la reubicación de los aproximadamente 2 millones de palestinos que sobrevivieron a la guerra y la catástrofe humanitaria en Gaza fue una parte central de la propuesta.

Trump señaló que los palestinos serían "trasladados temporalmente" a países vecinos como Egipto y Jordania, lo que generó una fuerte reacción en la región, marcada por un conflicto que acumula más de siete décadas. Egipto y Jordania, por su parte, expresaron su rotundo rechazo, temiendo que el plan causara una crisis demográfica y desestabilizara aún más la región. En palabras del ministro de Exteriores egipcio, el plan de Trump "destruirá la paz en Medio Oriente".

Los bombardeos israelíes devastaron la infraestructura civil de Gaza.

Pero mientras los líderes mundiales discuten qué hacer en Gaza, el proceso de reconstrucción comenzó de manera urgente desde el alto al fuego, con la llegada de la ayuda humanitaria por el paso fronterizo de Rafah, que conecta la Franja con Egipto.

Según reportó la agencia RFI, Mohamed Ateya y su hermano Ziad, trabajadores de la construcción, son algunos de los cientos de palestinos que se sumaron a las labores de limpieza y fortalecimiento de los edificios destruidos. "Realizaremos operaciones de rescate y trabajaremos en la reconstrucción desde el principio", aseguró Mohamed, mientras Ziad remarca el difícil camino que aún queda por recorrer.

Con un estimado de hasta tres años más de trabajo, los hermanos son conscientes de que, aunque se inicie el proceso, la tarea es titánica y se ve continuamente interrumpida la escalada del conflicto. Mientras tanto, la entrada de suministros sigue siendo crucial para que los desplazados puedan empezar a reconstruir lo que queda de sus hogares.

Repercusiones internacionales

Pero el plan de Trump para tomar el control de Gaza no pasó desapercibido. Mientras que algunos expertos occidentales y funcionarios israelíes lo consideraron una opción viable para restaurar la estabilidad en la región, la respuesta internacional fue ferozmente negativa.

Los países árabes, encabezados por Arabia Saudita, Egipto y Jordania, rechazaron la propuesta, argumentando que desplazar a los palestinos de Gaza no solo violaría el derecho internacional, sino que también les arrebataría sus derechos históricos sobre la tierra.

"El desplazamiento de los palestinos de Gaza, incluso temporalmente, fue un acto de limpieza étnica", comentó Hanan Ashrawi, miembro del Comité Ejecutivo de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), en una entrevista reciente. "Este plan ignoró las aspiraciones legítimas de un pueblo que ha sido desplazado durante más de 70 años".

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Esta postura fue respaldada por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien afirmó sobre el conflicto palestino que, "si buscamos soluciones no debemos empeorar los problemas" y "es esencial evitar toda forma de limpieza étnica". Según su portavoz, Stéphane Dujarric, "todo desplazamiento forzoso de poblaciones equivale a la limpieza étnica", según declaró después del anuncio de Trump.

"Es crucial permanecer fieles a los fundamentos del derecho internacional. Es esencial evitar cualquier forma de limpieza étnica", indica el texto que presentará Guterres ante el Comité de Derechos Humanos.

La Franja de Gaza antes de la guerra. El enclave palestino es uno de los puntos más densamente poblados del mundo.

Netanyahu elogió a Trump por sus "ideas nuevas"

Del lado israelí la propuesta fue celebrada. El primer ministro, Netanyahu, elogió al republicano, diciendo que estaba "pensando fuera de la caja con ideas nuevas", y que estaba "mostrando una voluntad de perforar el pensamiento convencional". Seguido a esta declaración, procedió a retirar a Israel del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, acusándolo de "antisemitismo" y de favorecer dictaduras.

Por su lado, el exfuncionario de inteligencia israelí, Avi Melamed, consideró que algunos palestinos podrían haber visto con buenos ojos la propuesta, ya que ofrecía una nueva oportunidad de vida lejos del régimen de Hamas, al que muchos culparon de la destrucción de Gaza.

Sin embargo, la mayoría de los palestinos manifestaron su rechazo rotundo al plan, afirmando que no deseaban ser desplazados de sus hogares bajo ninguna circunstancia. Esto se condijo con una campaña en redes sociales, donde los palestinos mostraron imágenes del esplendor de Gaza antes de la guerra entre Hamas e Israel, impulsando una campaña para visibilizar que "nunca se irán, pase lo que pase".

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El portavoz de Hamas, Osama Hamdan, dijo que los palestinos "se resistirán" antes de ser forzados a abandonar Gaza. "Tras 15 meses de agresión israelí, está claro que no se puede derrotar al pueblo palestino. Esta nación lleva más de 75 años luchando por sus derechos legítimos y no nos rendiremos", señaló a Al Jazeera.

El plan de Trump para convertir a Gaza en "una rivera" turística y financiera, al estilo occidental, no solo desató polémica a nivel internacional en medio de la crisis humanitaria, sino que también puso en cuestión los esfuerzos de paz en la región. La reubicación forzada de los palestinos y la posible toma de control estadounidense de Gaza podrían los frágiles acuerdos de paz en Medio Oriente.

 

CD / Gi