Qué son los "caucus" de Iowa, una curiosidad electoral clave en EEUU
Primer gran paso de la carrera electoral, iniciaron este lunes para debatir y después designar a su candidato que enfrentará a Trump.
Los estadounidenses comenzaron el lunes la votación que inicia la carrera hacia la Casa Blanca, al abrirse en Iowa las asambleas de electores, o "caucus", primer paso para elegir el candidato demócrata que enfrentará a Donald Trump en noviembre.
De los 1.991 delegados necesarios para asegurar la nominación presidencial demócrata, solo 41 están en juego en Iowa, pero la votación en este estado ofrecerá una idea de la viabilidad de los 11 contendientes en liza, entre los que llegan como favoritos el senador de extrema izquierda Bernie Sanders y el exvicepresidente moderado Joe Biden.
Menos del 1% de los estadounidenses vive en Iowa, estado rural dotado asambleas de electores o "caucus" para designar a sus candidatos, pero cumple un papel fundamental en la carrera hacia la Casa Blanca por ser tradicionalmente el primer estado que vota en las primarias demócratas. Algunos denuncian un sobredimensionado peso electoral de este estado del medio-oeste que no refleja la diversidad nacional.
A continuación, una mirada a los "caucus", las asambleas de electores de afiliados a un partido que se reúnen para debatir y después designar a su candidato.
Votar con los pies
Lejos de la confidencialidad de la cabina de votación, los electores demócratas en Iowa marcan, físicamente, su preferencia al desplazarse de un lado a otro de un salón para formar un grupo de apoyo a uno u otro aspirante a la Casa Blanca.
Votan literalmente con los pies y la votación se lleva a cabo en dos vueltas. Al finalizar la primera, sólo los candidatos que hayan obtenido cierta cantidad de apoyos (generalmente el 15% de la asamblea) seguirán en liza.
En un gesto sin precedentes, "New York Times" apoya a dos candidatas demócratras
Para la segunda ronda, los seguidores de otros candidatos tienen la opción de unirse al grupo de un candidato aún en carrera; intentar convencer a apoyos de otros candidatos eliminados de unírseles para hacer pasar a uno de sus candidatos a la eliminatoria, o abstenerse.
Unos 1.700 "caucus" se realizan en escuelas, iglesias, teatros, la casa de algún vecino o, incluso -como hicieron los republicanos en 2016- en una armería. En este estado conocido por la cortesía de sus habitantes, el duro enfrentamiento entre Hillary Clinton y Bernie Sanders en 2016 provocó tensos intercambios.
Reglas y novedades
Como resultado de esas tensiones, el Partido Demócrata de Iowa introdujo nuevas reglas que buscan dar más transparencia al proceso. En la noche, el partido publicará dos nuevos datos: el número de seguidores de cada candidato en la primera ronda y los finalistas en la segunda ronda.
En teoría, candidatos diferentes pueden ser los líderes en la primera y en la segunda vuelta. Tras un cálculo -que algunos consideran oscuro-, el partido publicará el número de delegados obtenidos por cada finalista en el estado.
Ese resultado se convertirá en el número de delegados atribuidos a cada candidato a nivel nacional, una cifra clave porque al final el objetivo de los aspirantes a la investidura demócrata es acumular la mayor cantidad de delegados en todo el país, pues eso será lo que determine -tras una conferencia nacional- quién enfrentará en las urnas a Trump el 3 de noviembre.
Como otra novedad, los votantes escribirán su primera elección en un papel al llegar al "caucus", para permitir un eventual recuento.
En el condado de Johnson, donde la movilización suele ser elevada, se espera una participación récord este año. En todo el estado, se puede superar la cifra de 240.000 demócratas que participaron en 2008 cuando Barack Obama se quedó con la victoria, un máximo histórico.
"Es duro para mí a veces cuando estoy en la sala (del caucus) y veo que mi partido se desgarra", asegura John Deeth. Sin embargo, tanto él como los demás organizadores se reunirán para una "fiesta de la victoria", sea cual sea el ganador.
La lista de los demócratas favoritos
Bernie Sanders (78 años): apoyo en encuestas en Iowa: 25%
El senador de Vermont ha replanteado la revolución política que casi le hace ganar la nominación demócrata en 2016. En el proceso, Sanders ha impulsado hacia la izquierda al partido Demócrata al proponer políticas liberales de impacto como el sistema de salud universal y el salario mínimo de 15 dólares por hora.
Pese a recaudar más dinero que cualquier otro demócrata, Sanders es el candidato contrario al "establishment" de la carrera, pues se considera a sí mismo un socialista democrático que lucha contra la "codicia corporativa". Sanders pasó buena parte de las últimas dos semanas sin poder salir de Washington porque como senador debe participar en el juicio político contra Trump. Sin embargo, su leal base de apoyo le ha ayudado ha repuntar en las encuestas desde el 20 de enero y es actualmente el líder de los sondeos en Iowa.
Joe Biden (77): 22% de apoyo en encuestas en Iowa
Este exvicepresidente que ya intentó en dos ocasiones llegar a liderar la Casa Blanca es el favorito de los sondeos a nivel nacional desde 2019 -aunque su ventaja se fue achicando. Tiene una amplia experiencia: tres décadas en el Senado estadounidense, ocho años como la mano derecha del popular presidente Barack Obama y relaciones cercanas de trabajo con numerosos líderes mundiales. El moderado estadista del partido, asegura -de manera creíble- que es quien está mejor posicionado para vencer a Trump y reafirmar la prominencia de Estados Unidos en el escenario mundial.
Pete Buttigieg (38): 17% de apoyo en Iowa
Este milenial exalcalde de South Bend, en Indiana, ha hecho una llamativa carrera en busca de la postulación. Desconocido a nivel nacional hace un año, su apoyo ha crecido a medida que ciudadanos en Iowa y otras regiones acogen su mensaje articulado, pragmático y unificador. Además cumple varios recaudos considerados positivos: veterano del ejército, ejecutivo del gobierno y persona de fe.
Buttigieg también es la primera persona abiertamente gay con posibilidades de obtener la nominación presidencial, y sigue abierta la pregunta de si sería capaz de ganar votos independientes o de republicanos frustrados.
Elizabeth Warren (70): 13,5% de apoyo en Iowa
Como Sanders, la otra candidata más a la izquierda de la carrera es esta senadora de Massachusetts que denuncia corrupción en Washington. Asegura que la administración Trump trabaja para beneficiar a corporaciones a expensas de la clase trabajadora estadounidense.
Warren, una profesora de Derecho de Harvard que entró a la política como defensora de los derechos de los consumidores, se diferencia de Sanders al etiquetarse a sí misma como capitalista y ambos han entrado en una espiral de ataques personales en el último mes. Ganó la atención de los votantes con una serie de propuestas, incluido un impuesto del 2% a los más ricos.
Dos potenciales sorpresas, un acechador
El resto de los candidatos tienen más improbables caminos a la victoria en Iowa, pero apuestan a oleadas tardías o acontecimientos puntuales para impulsarse:
- Liderando este segundo grupo está la senadora Amy Klobuchar (59), a quien su desempeño en los últimos debates la ha colocado en el mapa, especialmente en Iowa, vecino de su natal Minnesota. La moderada Klobuchar se presenta como una persona realista que puede convertir sus victorias bipartidistas en el Senado en éxitos en la Casa Blanca.
- La apuesta arriesgada del emprendedor tecnológico Andrew Yang (45) al hacer campaña ha mostrado ser sorpresivamente duradera. Su argumento base, de que las compañías estadounidenses automatizaron millones de trabajos productivos y Trump fue electo porque le habló a la gente que temía esas pérdidas, ha llamado la atención. Para amortizar tal cambio, Yang propone dar a cada adulto estadounidense un "dividendo de libertad" de 1.000 dólares mensuales.
- Acechando desde las sombras está el multimillonario empresario Michael Bloomberg (77), exalcalde de Nueva York y el último en entrar en competencia, en noviembre. Él decidió saltarse la campaña en los primeros estados en votar, como Iowa, para enfocar sus esfuerzos -incluida la asombrosa suma de 225 millones de dólares en propaganda de campaña a la fecha- en los numerosos estados que votan en el llamado "Supermartes", el 3 de marzo.
DS