"Nueva era" en Venezuela: Edmundo González Urrutia desafió a Maduro y dijo que asumirá la presidencia el 10 de enero

El líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, quien reivindica su victoria en las elecciones presidenciales de julio de 2024, desafió a Nicolás Maduro al afirmar que se prepara para regresar a Venezuela el próximo 10 de enero, fecha en la que promete asumir la presidencia del país.

Desde la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, donde recibió el prestigioso Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, González Urrutia expresó su esperanza de que ese día sea el inicio de una "nueva era" democrática para Venezuela. El referente de Vente Venezuela, el partido de la líder proscripta María Corina Machado, está actualmente exiliado en España.

Sus declaraciones ocurrieron en un contexto de máxima tensión en Venezuela, que se encuentra al borde de una crisis institucional de cara a la asunción presidencial del 10 de enero. La tensión fue escalando luego de que el líder chavista se atribuyera el triunfo electoral hacia un nuevo mandato, algo que pudo lograr tras modificar la carta magna permitiendo la reelección indefinida, una situación que no es reconocido por la oposición ni por una parte de la comunidad internacional.

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Qué dijo Edmundo González Urrutia sobre la asunción presidencial

"Esperamos que el 10 de enero marque el comienzo de una nueva era, una era democrática, en Venezuela", afirmó el exiliado dirigente, quien se encuentra en Europa tras haber sido objeto de una orden de captura en su país.

La fecha coincide con la investidura de lo que él considera su presidencia, luego de unas elecciones en las que asegura que obtuvo más del 67% de los votos. Como líder opositor, González Urrutia no reconoció el alegado triunfo de Nicolás Maduro, quien afirmó haber ganado con el 52% de los votos y se negó a publicar las actas electorales ante el pedido de la oposición y los veedores internacionales.

A pesar de la incertidumbre política y los riesgos asociados a su regreso, González Urrutia se mostró decidido a asumir el liderazgo del país. "Debemos respetar la soberanía y la decisión del pueblo venezolano, que expresó su deseo de tenerme como presidente", señaló en la entrevista. Asegura que su principal objetivo es trabajar en la reconstrucción de Venezuela, que considera "destruida", y buscará ser recordado como un presidente que contribuyó a la reconciliación del país.

González Urrutia, quien fue embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, recibió el galardón de la Unión Europea en conjunto con su jefa política Corina Machado, otra figura clave de la oposición venezolana. Machado, que desde las elecciones de julio vive en la clandestinidad en su país natal, fue representada en la ceremonia por su hija, Ana Corina Sosa. En su discurso, Sosa expresó su total apoyo a González Urrutia y reafirmó el compromiso de continuar la lucha por la democracia en Venezuela.

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En su discurso de aceptación, González Urrutia dedicó el premio "al pueblo de Venezuela", destacando que el verdadero protagonista de este premio es la ciudadanía venezolana, que enfrenta una "lucha valiente por la libertad y los derechos humanos". "Este premio es un reconocimiento a la valiente lucha del pueblo venezolano", aseguró el líder opositor.

El Premio Sájarov, el más alto reconocimiento de la Unión Europea en materia de derechos humanos, es un homenaje anual a individuos que se destacaron por su defensa de las libertades fundamentales. Este año, se concedió a González Urrutia y Machado en reconocimiento a su firme oposición al régimen de Maduro y su pelea por el funcionamiento democrático en Venezuela.

Crisis política en Venezuela

El regreso de González Urrutia, junto a la figura de María Corina Machado, es visto como una señal de esperanza para muchos venezolanos que luchan por un cambio en el país. Sin embargo, tanto él como Machado enfrentan un contexto político y social complejo. Machado, que en las últimas elecciones se postuló como candidata presidencial, no logró ser admitida por las autoridades venezolanas y fue inhabilitada a participar por la justicia afín al chavismo, lo que obligó a la oposición a nombrar a González Urrutia como su candidato en el último momento.

A pesar de los desafíos, tanto González Urrutia como Machado aseguran mantener su compromiso con la causa democrática en Venezuela, a pesar del encarcelamiento de disidentes políticos y miembros de su partido actualmente refugiados en la embajada argentina en Caracas.

"Ante cualquier cosa que el gobierno nos reserve, seremos resilientes", dijo Ana Corina Sosa en la ceremonia. "Seguiremos avanzando y haremos que nuestra voz se escuche el 10 de enero", agregó.

El Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, que fue otorgado a González Urrutia y Machado, lleva el nombre del físico y disidente soviético Andréi Sájarov, quien dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos. Esta distinción se convirtió en un símbolo de resistencia y lucha por la libertad. Con una recompensa de 50.000 euros (alrededor de 53.000 dólares), el Premio Sájarov no solo reconoce el valor personal de los galardonados, sino que también pone de relieve la importancia de la causa que representan.

En 2024, Machado también recibió otro prestigioso reconocimiento, el Premio Václav Havel de Derechos Humanos, otorgado por el Consejo de Europa, lo que subraya la relevancia internacional de su lucha por la democracia en Venezuela. En Argentina, Editorial PERFIL también la distinguió en los Premios Perfil en la categoría Defensa de la Democracia, por su destacada trayectoria política y las denuncias por violaciones a los derechos humanos del gobierno de Maduro.

La crisis en Venezuela

La crisis política y económica que atraviesa Venezuela desde hace años llevó a miles de ciudadanos a exiliarse, mientras que el gobierno de Maduro se enfrenta a una creciente presión tanto interna como externa por denuncias relacionadas a violaciones a los derechos humanos y falta de transparencia.

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Las elecciones presidenciales de julio de 2024, que la oposición considera fraudulentas, se sumaron a una larga lista de cuestionamientos sobre la legitimidad del régimen. A esto sumó que tanto Maduro como la Corte Suprema del país, afín al chavismo, se rehusaron a mostrar las actas electorales para corroborar el resultado electoral.

Tanto Estados Unidos como el Parlamento Europeo, en un gesto de apoyo a la oposición venezolana, reconoció a González Urrutia como presidente electo de Venezuela. La situación, sin embargo, sigue siendo incierta y el retorno del líder opositor al país podría enfrentar obstáculos significativos, incluidos riesgos para su seguridad y la de otros opositores.

En tanto, el 10 de enero podría ser un día clave para Venezuela: por un lado está el líder chavista que asegura haber reelegido y ya prepara su ceremonia de investidura. Por el otro, González Urrutia, que prometió regresar para el traspaso presidencial al asegurar que la oposición ganó las elecciones.

A esto se suma la creciente presión internacional por las denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno chavista, particularmente con la creciente represión a disidentes y turistas. Se trata de un tema que escaló las tensiones internacionales por la detención arbitraria de ciudadanos extranjeros, una lista que incluye al gendarme argentino Agustín Nahuel Gallo, per también a oriundos de Bolivia, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Perú y Uruguay.

Otro de los motivos de la escalada de tensión fue el constante asedio de la embajada argentina en Caracas, donde permanecen refugiados seis opositores del partido de Machado, Vente Venezuela, luego de que el régimen chavista los acusara de "terrorismo". Tanto ésta como el encarcelamiento de extranjeros son cartas que el presidente venezolano podría intercambiar por un salvoconducto en caso de una eventual crisis institucional durante la toma de posesión del 10 de enero.

cd / ds