Morales no cede y Bolivia se hunde en el caos
El expresidente boliviano planteó ayer la posibilidad de crear otro partido, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el presidente Luis Arce por la candidatura del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS). Morales insiste en ser candidato el año próximo, pero el Tribunal Constitucional reafirmó que solo se pueden ejercer dos mandatos, algo que ya ha hecho. Las protestas de sus seguidores agravaron la severa crisis económica que vive el país.
El expresidente de Bolivia, Evo Morales, planteó ayer a sus seguidores del Movimiento al Socialismo (MAS), la posibilidad de formar otro partido por las disputas internas con el presidente Luis Arce.
“Debemos debatir, nos están tratando de quitar ilegal e inconstitucionalmente nuestra sigla. ¿Qué hacemos? Defendemos, o hacemos otro partido”, planteó Morales ante sus seguidores en un encuentro celebrado en la localidad de Lauca Ñ.
El expresidente sostiene que Arce, “con apoyo de Estados Unidos” intenta acabar con el MAS, que es el “movimiento político más grande del país”. Y advirtió, que en caso de ser así, “no hay partido de izquierda en Bolivia”.
“Será Lucho, el imperio, los gringos, o los comentarios de algunos periodistas que intentan dividir; se equivocan, al Trópico de Cochabamba no nos van a dividir ni sindicalmente ni electoralmente”, enfatizó Morales, quien volvió a acusar a Arce de urdir un “autogolpe” en junio para reforzar su imagen.
El líder cocalero también acusó al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de estar detrás de la crisis política de 2019, que lo obligó a marcharse del país entre acusaciones de fraude electoral.
El Tribunal Constitucional ratificó el congreso celebrado en El Alto donde se reconoció a Grover García, afín a Arce, como líder del MAS. A este fallo se sumó el de la inhabilitación de Morales para presentarse a las elecciones al establecer que sólo se puede ejercer un mandato por dos períodos continuos o discontinuos, como sostiene la Constitución, reformada varias veces por el propio expresidente cuando estaba en el poder.
Sin embargo, Morales insiste en participar en esas elecciones de agosto de 2025 y dejó en manos de sus seguidores su candidatura. “Si supuestamente Evo ya no es candidato y Evo ya no tiene partido. Si creen que estoy inhabilitado, me toca irme a mi chaco para cosechar tambaquí, para sembrar arroz”, dijo.
Morales se escuda en que estos fallos no tienen validez porque los jueces han estado ejerciendo en funciones, después de que no se pudiesen celebrar elecciones en la magistratura en 2023 en medio de las disputas parlamentarias. En Bolivia, único caso en el mundo al que en breve se sumará México, los jueces son elegidos por sufragio popular. Las disputas internas en el MAS postergaron la convocatoria de esos comicios.
Ante el desgaste de Morales, los fallos del Constitucional y el fracaso de los bloqueos y movilizaciones de semanas atrás, dentro de las propias filas del expresidente surgió el debate de ratificar su liderazgo, o bien dar la iniciativa al presidente del Senado, Andrónico Rodríguez.
Crisis. La escasez de dólares, el clima de protestas y el desprestigio de las autoridades han hundido a Bolivia en una continua incertidumbre por la batalla que desde hace más de un año Morales libra con Arce, su exministro de Economía y a quien acusa de querer “proscribirlo” de la carrera presidencial de 2025 utilizando el sistema de Justicia.
“Es una crisis múltiple. Probablemente la de mayor dimensión es la crisis política, que ha profundizado todas las otras”, dice Daniel Valverde, profesor de ciencia política de la Universidad Gabriel René Moreno de Bolivia.
El jueves La Paz se convirtió en el escenario de una marcha donde varios miles de comerciantes, transportistas, artesanos, sanitarios, textiles, amas de casa y vecinos exigieron al gobierno una solución a la crisis económica y lo intimaron a tomar medidas en un plazo de 15 días.
Según el gobierno, el bloqueo de veintitrés días de carreteras en todo el país impulsado por el expresidente Evo Morales, entre octubre y noviembre de este año, generó una afectación económica de más de 2.200 millones de dólares y las disputas internas en el Congreso bloquearon la aprobación de créditos externos por más de 1.200 millones de dólares.
En medio de la crisis, el Ministerio Público anunció una investigación a Morales, quien gobernó Bolivia entre 2006 y 2019, por el presunto abuso a una menor con quien habría tenido una hija durante su mandato.
El caso ha tenido vaivenes. La Fiscalía emitió una orden de arresto que se anuló y luego anunció otra que nunca se concretó. La semana pasada la fiscal a cargo dijo que tenía “bastantes indicios”, sin precisar cuáles, y que “daría una sorpresa”.
Los partidarios del líder cocalero bloquearon importantes carreteras del país para exigir el cese de la “persecución judicial”. Si bien la crisis económica ya estaba en curso, los bloqueos dispararon aún más la inflación y la escasez de combustibles.
Más allá de si son ciertos o no los hechos denunciados, el modo cómo se lleva el caso de Morales “es parte de la instrumentalización de la Justicia”, opina Valverde. “Más que procesarlo o detenerlo, creo que buscan exponerlo para generar un mayor repudio sobre su figura. Y lo están logrando”, señala.
En los últimos días, el Tribunal Constitucional también cerró el paso a Morales para una nueva candidatura al limitar a dos el número máximo de reelecciones posibles.
“Es la cultura política boliviana, en la que las instituciones son funcionales a intereses políticos”, explica Ana Lucía Velasco, politóloga que investiga la polarización en Bolivia.
“Es una desinstitucionalización abierta, cínica. Lo nuevo es que ahora algunas instituciones responden a los intereses” de una facción del MAS, mientras que otras obedecen al otro bando del partido, afirma.
En suspenso. La población desconfía del sistema de Justicia. Bolivia fue el primer país en el mundo en elegir a sus altas autoridades judiciales por voto popular, bajo el argumento de favorecer la imparcialidad. En 2011, en la primera elección, el 60% castigó la medida emitiendo un voto nulo.
Las próximas elecciones judiciales serán el 15 de diciembre. El Tribunal Constitucional suspendió la elección en cinco de los nueve departamentos de Bolivia porque fueron impugnadas las candidaturas, algo que reaviva la desconfianza en el sistema.
Según el World Justice Project, Bolivia ocupa el puesto 131° de 142 países analizados sobre cumplimiento de la ley. Los aspirantes a jueces pasan por un filtro inicial del Parlamento, un proceso que “se presta mucho a que el Legislativo presente a candidatos en una preselección que obedece a intereses partidistas”, observa Gustavo Flores-Macías, investigador de la Universidad de Cornell.
Una nueva composición de las altas cortes podría revertir las decisiones que afectan hoy a Morales.
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