veinte muertos

La ONU pide tregua en Gaza, que recibió el primer convoy de ayuda

Naciones Unidas clama por un cese del fuego ante el riesgo de una “catástrofe humanitaria” en el enclave palestino, donde viven 2,4 millones de personas. Ayer ingresó el primer grupo de camiones con asistencia humanitaria, a través del paso de Rafah, con Egipto, pero Israel advirtió luego que retomaría “con más intensidad” los bombardeos que se repiten tras los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre. Israel aún no lanza la anunciada ofensiva terrestre.

Fila. Los vehículos de la ONU con ayuda humanitaria que lograron ingresar a la Franja, mientras los palestinos con doble ciudadanía esperan en Rafah la autorización para salir. Foto: afp

Un primer convoy de ayuda humanitaria entró ayer en la Franja de Gaza, antes de que la ONU pidiera un “alto el fuego humanitario” del conflicto desatado hace dos semanas por el sangriento ataque del movimiento palestino Hamás contra Israel.

Los primeros veinte camiones cruzaron por el puesto de Rafah, en la frontera con Egipto, y entraron a la Franja de Gaza, un enclave palestino que está bajo asedio desde que Israel declaró la guerra al grupo islamista Hamás, que gobierna en este territorio. La puerta del paso de Rafah se cerró después del arribo de los camiones, contaron testigos.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que los gazatíes necesitan “mucho más” y reclamó un “alto el fuego humanitario” para “poner fin a la pesadilla” durante una cumbre por la paz en El Cairo, a la que acudieron dirigentes árabes y occidentales.

Sin embargo, el ejército israelí anunció por la noche que pretende “intensificar” los bombardeos sobre Gaza, donde viven 2,4 millones de habitantes sin suministro de alimentos, combustible, agua ni electricidad, y donde Hamás mantiene varias posiciones de combate y lanzamiento de cohetes. 

El grupo palestino lanzó desde la Franja de Gaza un sangriento ataque terrorista en territorio israelí el 7 de octubre en el que murieron más de 1.400 personas, la mayoría civiles que fueron baleados, quemados vivos o mutilados.

Los bombardeos de represalia lanzados por Israel contra este enclave palestino mataron a al menos 4.385 personas, en su mayoría civiles, según el último balance del Ministerio de Salud de Hamás, que controla este territorio desde 2007.

Discrepancias. Con el inicio de la tercera semana de conflicto, los responsables humanitarios se hicieron eco del llamamiento de Guterres para incrementar el suministro de ayuda. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, celebró ayer el “primer paso” dado “para aliviar el sufrimiento de personas inocentes” en Gaza.

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, también se congratuló por el envío de ayuda e instó a “todas las partes” a mantener abierto el cruce de Rafah.

Más de un centenar de camiones con ayuda humanitaria esperan para poder entrar en la Franja de Gaza, y decenas de personas con pasaportes extranjeros aguardan del lado palestino para cruzar a Egipto. Israel y Egipto negocian. 

La ONU también reiteró su llamado a “la liberación inmediata e incondicional” de todos los secuestrados por Hamás, tras la primera liberación, el viernes, de dos rehenes estadounidenses gracias a la mediación de Qatar. El grupo islamista palestino mantiene cautivas a unas 200 personas.

Los esfuerzos diplomáticos por evitar una escalada regional también se intensifican, como con la cumbre organizada por el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi.

Sin embargo, las negociaciones tropezaron en dos puntos: los países árabes se negaron a suscribir la “condena clara de Hamás” y el “llamado a la liberación de los rehenes” que reclamaban los occidentales, explicaron a la AFP diplomáticos árabes que pidieron el anonimato. 

Así, la cita concluyó sin comunicado conjunto. La presidencia egipcia se limitó a publicar una declaración denunciando que “la comunidad internacional puso de manifiesto en las últimas décadas su incapacidad para encontrar una solución justa y duradera a la cuestión palestina”.

En la cumbre, el rey de Jordania, Abdalá II, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, pidieron un “alto el fuego” entre Israel y Hamás y también una “solución” a los 75 años de conflicto israelo-palestino.

“No nos iremos” de las tierras palestinas, declaró Abas, una posición apoyada por Egipto y Jordania, frente a la evacuación de los gazatíes hacia el sur de Gaza que pide Israel.

Al menos un millón de gazatíes han tenido que desplazarse dentro del enclave para huir de los bombardeos, según la ONU. 

Intensificar los bombardeos. Las tropas israelíes siguen concentradas en torno a Gaza en vistas a una ofensiva terrestre, y ayer el ejército israelí indicó que su intención es incrementar sus ataques.

“A partir de hoy intensificaremos los bombardeos”, anunció el general Daniel Hagari, portavoz del ejército israelí. Previamente, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, fijó como objetivo de la guerra poner “fin” a las “responsabilidades” de Israel en Gaza.

Entre los posibles escenarios, Israel considera “entregar las llaves” de la Franja a un tercer país, como Egipto, indicó una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí.

“Tengo miedo (...) de que esto provoque una segunda nakba (catástrofe en árabe)”, dijo preocupado en Gaza Omar Ashur, un general retirado, refiriéndose a la expulsión de unos 760 mil palestinos tras la creación del Estado de Israel en 1948.

Estados Unidos desplegó dos portaaviones en el Mediterráneo oriental para disuadir posibles intervenciones de Irán o del grupo libanés Hezbollah, ambos aliados de Hamás. 

En la madrugada del sábado, el ejército israelí anunció que atacó objetivos de Hezbollah en el sur del Líbano. Dos combatientes de Hezbollah murieron en el ataque, indicó el movimiento islamista. En Israel, dos agricultores tailandeses resultaron heridos, según los servicios de emergencias.

La tensión también es alta en Cisjordania ocupada, donde otra persona murió en la noche en enfrentamientos con el ejército israelí cerca de Jericó. Al menos 84 palestinos fallecieron desde el inicio de esta guerra en Cisjordania, según el Ministerio de Salud palestino.