La NASA reveló que la Tierra tiene una gran abolladura en su campo magnético

La NASA reveló que la Tierra tiene una gran abolladura en su campo magnético terrestre conocida como “anomalía del Atlántico Sur” (AAS) y está debilitando la coraza natural invisible que protege las radiaciones solares y los impactos energéticos masivos. El debilitamiento fue detectado en 1958 y su expansión constante, preocupa cada vez más a los científicos por su impacto directo en la vida. 

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio trabaja en conjunto con la Agencia Espacial Europea para estudiar este fenómeno y comprender su impacto en el planeta. 

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El monitoreo continuo y las investigaciones internacionales son claves para entenderlo y proteger tanto a los seres humanos, como a la infraestructura tecnológica frente a sus efectos potencialmente devastadores. 

El daño en el campo magnético abarca actualmente, desde África hasta el extremo de Sudamérica y ha comenzado a dividirse en dos áreas. La ASS genera un mayor flujo de partículas energéticas, lo que aumenta la exposición a radiaciones perjudiciales para las personas, animales y plantas. 

El geofísico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, Terry Sabaka, explicó que “aunque la ASS se mueve lentamente, está atravesando cambios en su morfología, por lo que es crucial seguir observándola mediante misiones continuas.

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La anomalía también afecta los estudios espaciales, ya que dificulta el envío seguro de astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI). Está generando complicaciones significativas, como interferencia en los satélites y desafíos para los astronautas que deben cruzar está región en sus misiones.

Los científicos han detectado que esta "abolladura" no permanece en un solo lugar y podría desplazarse hacia otras zonas del planeta. Esto plantea interrogantes sobre cómo afectará en el futuro tanto a la Tierra como a las tecnologías dependientes del campo magnético.

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Además, las consecuencias no se limitan a los organismos vivos: los dispositivos electrónicos que operan en esta zona también enfrentan un mayor riesgo de fallos.

PM