La Era "Mump": Musk y Trump, una alianza potencialmente explosiva llega al poder en EEUU
El hombre más rico del mundo tomó un gran riesgo este año al respaldar la candidatura del republicano a la Casa Blanca. Pero su apuesta dio frutos, al menos por ahora, ya que el presidente electo decidió otorgarle un papel importante para reformar el gobierno federal estadounidense. "La probabilidad de que haya fricciones a largo plazo es alta", dicen expertos.
¿"Mump" en la presidencia de Estados Unidos? La alianza sin precedentes y potencialmente explosiva entre Elon Musk y Donald Trump, en la que los objetivos ideológicos están estrechamente alineados con los intereses financieros, deberá hacer frente ahora a las realidades de la Casa Blanca.
El tándem entre el presidente republicano y el hombre más rico del mundo, surgido durante una campaña que el jefe de Tesla y SpaceX financió generosamente, une a dos personalidades disruptivas que saben como nadie cómo saturar el espacio mediático, uno a través de su red X, el otro a través de su plataforma Truth Social.
"Al igual que Trump, Musk entendió el valor de captar la atención diciendo o haciendo cosas consideradas escandalosas" y "desafiando las normas establecidas", dijo Margaret O'Mara, profesora de historia en la Universidad de Washington.
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"Elon Musk es rico, es provocador y no deja de decirle a Donald Trump que es maravilloso: eso es todo lo que a Donald Trump le gusta", resume Peter Loge, especialista en medios y asuntos públicos de la Universidad George Washington.
"La probabilidad de que haya fricciones a largo plazo es alta" entre estas dos personalidades que buscan atención, pronosticó a su vez Lorenzo Castellani, profesor de Historia en la Universidad Luiss Guido Carli de Roma.
Musk tomó un gran riesgo este año al respaldar la candidatura del republicano Trump a la Casa Blanca, pero su apuesta dio frutos, al menos por ahora, ya que el presidente electo decidió otorgarle un papel importante para reformar el gobierno federal estadounidense.
Pero muchos estadounidenses ahora se preguntan qué nivel de influencia tendrá el dueño de X, de Tesla y de SpaceX en el nuevo gobierno republicano y también se plantean algunos preocupaciones sobre posibles conflictos de intereses.
¿Elon Musk presidente de EEUU? "No puede serlo", dice Donald Trump
Días atrás, Donald Trump dijo que su multimillonario aliado no podría convertirse en Presidente de Estados Unidos porque "no nació en este país", ante preguntas sobre la creciente influencia política del jefe de X y Tesla.
"No va a convertirse en presidente, se los puedo asegurar", dijo Trump. "Estoy tranquilo, ¿saben por qué?. No puede serlo, no nació en este país", continuó el republicano sobre el jefe de SpaceX, nacido en Sudáfrica y nacionalizado estadounidense.
"Me gusta estar acompañado de gente inteligente", explicó Trump, al asegurar que Musk no estaba en proceso de "reclamar la presidencia".
De esta forma, Trump respondió a las críticas, sobre todo del bando demócrata, que en los últimos días retrataron al millonario como el "presidente Musk", dado el grado de influencia en el espacio político del presidente electo.
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Este emprendedor corporativo de 53 años saltó a la fama como el rostro de la naciente industria de vehículos eléctricos y se transformó en el principal apoyo de Trump y se abocó a que el republicano vuelva con su agenda "Make America Great Again" a la Casa Blanca.
Musk habría gastado más de 100 millones de dólares para ayudar a la reelección de Trump, un alto monto pero menor comparado con su fortuna personal estimada en 300.000 millones de dólares.
También utilizó su influencia en la red social X, donde tiene más de 200 millones de seguidores, para impulsar mensajes a favor de Trump y su agenda. Es en esa misma plataforma masiva, la cual compró en 2002 y a la que le cambió el nombre "Twitter", donde Musk comparte sus ambiciones extraplanetarias y sus ideas tecnolibertarias.
Sin embargo, ahora resta ver cómo se llevarán a largo plazo dos personalidades notoriamente egocéntricas como Musk y Trump.
Elon Musk, "tiburón de los negocios" en la Casa Blanca
Musk no será ministro en la 47° Presidencia de Estados Unidos, pero encabezará una misión asesora externa para recortar el presupuesto y desregular masivamente, lo que ya genera preocupaciones sobre posibles conflictos de intereses. ¿Será este un primer recordatorio de la realidad del poder político?
Musk afirmó en su momento que podría recortar el gasto federal en 2 billones de dólares. Ahora dice que recortar un billón ya sería "un logro enorme" y una tarea colosal, dado que el presupuesto federal se eleva a entre 6,5 y 7 billones de dólares.
El multimillonario no se separa de Trump desde la elección presidencial de noviembre y suele mostrarse con un esmoquin a su lado en las fiestas que se celebran en la lujosa residencia del presidente electo en Florida. También asiste a reuniones con grandes empresarios y líderes extranjeros.
Según Lorenzo Castellani, su perfil recuerda al "típicamente estadounidense" de los "tiburones de negocios" de finales del siglo XIX y principios del XX, como Cornelius Vanderbildt, Andrew Carnegie o JP Morgan, que tenían "un poder económico y una influencia política enormes".
Al igual que esos capitanes de industria o grandes banqueros de antaño, Elon Musk utiliza su influencia política para impulsar sus intereses. Según los expertos, es para proteger su red X que está agitando el debate político en varios países europeos, siempre poniéndose del lado de la derecha radical.
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El hiperactivo empresario pidió, por ejemplo, la dimisión del primer ministro británico y apoya activamente al partido de extrema derecha alemán AfD, al tiempo que critica a la Comisión Europea.
Musk es un electrón libre, pero no actúa completamente solo. Alrededor de Donald Trump gravitan ahora varios magnates tecnológicos de perfil bastante similar al dueño de Tesla, que adhieren a una ideología "libertaria" mezclada con ideas reaccionarias.
Sin embargo, los intereses de unos pocos hombres extremadamente ricos, con ambiciones globales y proyectos futuristas, no siempre coinciden con los de la base trumpista, hostil a la globalización y tentada por el repliegue identitario.
Un episodio reciente lo confirma. Elon Musk y el empresario Vivek Ramaswamy, que codirigirán la misión de recorte del gasto público, defendieron recientemente las visas H1-B, que permiten a las empresas llevar a Estados Unidos trabajadores extranjeros con habilidades específicas.
La posición del dúo -en particular de Vivek Ramaswamy, según el cual "la cultura estadounidense ha venerado la mediocridad en lugar de la excelencia durante demasiado tiempo"- ha indignado a algunas personalidades conservadoras.
"Recibimos con beneplácito a la gente del sector de la tecnología cuando vinieron corriendo hacia nosotros... Pero no les pedimos que diseñaran la política migratoria", observó con un dejo de malicia Matt Gaetz, excongresista y ferviente partidario de Donald Trump.
AFP / ds
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