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La disputa venezolana se traslada ahora a las calles

La Comisión Nacional Electoral (CNE) reafirmó la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones del domingo, pero sigue sin exhibir las actas, como le exige la comunidad internacional. Un grupo de países, con Estados Unidos, reconocen al opositor Edmundo González Urrutia como presidente electo. Chavistas y opositores convocaron marchas para hoy.

Extremos. Maduro, con la Constitución, amenazó por las protestas. La oposición llamó a marchas en todo el país. Amoroso, del CNE. Foto: afp

Cada día que pasa se hace más evidente la estrategia diseñada por la oposición venezolana para enfrentar el desafío de las elecciones convocadas por un chavismo sin ninguna vocación democrática ni deseos de dejar el poder: ir unida, tratar de asegurar el voto masivo, tomar recaudos para preservar las pruebas que demuestren la victoria de su candidato y exponer con pruebas el fraude del oficialismo, incluso ante sus aliados o simpatizantes regionales –Brasil, Colombia, México, que quedan así sin argumentos para defender la supuesta “libre voluntad” del pueblo, como han hecho en comicios anteriores.

Nada hace pensar que en otras elecciones, muy especialmente en la anterior, en 2018, el Consejo Nacional Electoral (CNE), hoy en manos de un chavista de pura cepa como Elvis Amoroso, no haya permitido un fraude tan abierto como el que hoy exponen las actas digitalizadas por la Plataforma Unitaria Democracía (PUD) y subidas al portal “Venezuela decides”. La diferencia es que entonces la oposición no tenía las pruebas para demostrar que sus denuncias eran algo más que ser “malos perdedores” o “esclavos del imperio”.

Hoy, Lula da Silva, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador se suman al reclamo de muchos otros países para que el régimen exhiba las actas que confirman su victoria. Es obvio que no lo hará: esas actas demostrarían su derrota. Y ayer, el CNE reafirmó una vez más la victoria de Maduro con un simple boletín que alude a las mismas cifras de la madrugada del lunes, que han recibido innumerables objeciones de especialistas en estadísticas en las redes.

Confirmación. Ayer, el CNE ratificó la victoria electoral de Maduro, mientras aumentaba el número de los países que reconocen a su rival de la oposición, Edmundo González Urrutia, como el verdadero ganador. Atenazada por la ansiedad tras las disputadas elecciones presidenciales del domingo, la nación rica en petróleo se preparaba para otras nuevas protestas hoy, ya que tanto Maduro como la oposición llamaron a sus partidarios a manifestarse este fin de semana.

Ecuador, Uruguay y Costa Rica reconocieron ayer a González Urrutia como presidente electo de Venezuela, uniéndose a Estados Unidos y Perú en el rechazo de los resultados oficiales.

El CNE, en tanto, ratificó la victoria de Maduro con el 52% de los votos y dijo que González Urrutia había obtenido el 43% de las papeletas. El sitio web del CNE está caído desde la noche de la elección y no hay forma de acceder al detalle del escrutinio.

Amoroso, el titular del organismo, repitió ayer que todo se debe a que “ataques informáticos masivos desde distintas partes del mundo contra la infraestructura tecnológica del Poder Electoral y las principales empresas de telecomunicaciones del Estado retardaron la transmisión de las actas y el proceso de divulgación de resultados”. El domingo por la noche ya había hecho denuncias de ese tipo, y aludió a Macedonia del Norte.

El experto electoral Eugenio Martínez no cree en la teoría del hackeo y explicó que los piratas informáticos “habrían tenido que hackear 15 mil líneas de transmisión cifradas” para lograr ese efecto. 

Maduro, de 61 años, reaccionó ferozmente a las críticas a su victoria y prometió encerrar a la líder opositora María Corina Machado y a su candidato presidencial González Urrutia, diciendo que “deberían estar tras las rejas”. Machado, quien tenía prohibido presentarse por sí misma, llamó a sus partidarios a reunirse hoy “en todas las ciudades” para protestar contra la reelección de Maduro.

Maduro, por su parte, llamó a la movilización diaria, con “la madre de todas las marchas para celebrar la victoria de la paz” que se celebrará el sábado.

La ONG Foro Penal informó de once muertos en las protestas que estallaron el lunes y el martes, cuando los venezolanos salieron a la calle furiosos, diciendo que les habían robado el voto. Machado dijo que al menos veinte personas habían muerto.

La represión de las protestas ha desatado el miedo entre los partidarios de la oposición. “Tenemos muertos, heridos, detenidos, desaparecidos... La gente lo sabe. Tienen miedo. Saben que se van a encontrar frente a gente armada... lobos feroces”, dijo Katiusca Camargo, activista de la barriada de Petare, en el este de Caracas.

Pruebas abrumadoras. Machado escribió en el Wall Street Journal que estaba escondida y “temiendo por mi vida”. “Seguimos firmes y mañana saldremos a la calle”, dijo en rueda de prensa la opositora Delsa Solórzano. “María Corina está bien, estará con nosotros” en la marcha, añadió. La oposición lanzó esta semana un sitio web con copias del 84% de los votos emitidos, que muestran una fácil victoria de González Urrutia. El gobierno afirma que son falsas.

El alto diplomático estadounidense Antony Blinken afirmó el jueves que había “pruebas abrumadoras” de que González Urrutia había ganado las elecciones.

Ayer, la canciller Diana Mondino, afirmó que González Urrutia era el “legítimo ganador y presidente electo”, pero la Cancillería luego corrigió su posición. Hubo fraude, pero aún no se reconoce al opositor como elector. Perú sí ha reconocido al diplomático retirado de 74 años como legítimo ganador.

El ministro de Asuntos Exteriores de Uruguay, Omar Paganini, señaló que “está claro” que González Urrutia “obtuvo la mayoría de los votos”. Ecuador dijo que González Urrutia era el “legítimo ganador” de la votación y Costa Rica afirmó que era el vencedor “indiscutible”.

Argentina, Uruguay, Perú y Costa Rica figuran entre las ocho naciones latinoamericanas críticas a cuyo personal diplomático se ha pedido que abandone Venezuela desde las elecciones. Caracas también retiró a su personal de esos países.

Brasil asumió la custodia de la embajada peruana, así como de la argentina, que alberga a seis opositores venezolanos que buscan ponerse a salvo de las autoridades.

Baño de sangre. En un comunicado conjunto, los gobiernos de Brasil, Colombia y México instaron a una “verificación imparcial” de los resultados y pidieron a Caracas que publique los datos de la votación desglosados por colegios electorales. Las elecciones del domingo se celebraron a la sombra de las advertencias de Maduro de un “baño de sangre” si perdía, y en medio del temor generalizado de que la votación estuviera amañada.

Las autoridades dijeron que más de mil personas fueron detenidas en las protestas que estallaron tras las elecciones.

Maduro dirigió el país rico en petróleo desde 2013, presidiendo una caída del PIB del 80% que empujó a más de siete millones de los treinta millones de ciudadanos de la otrora rica Venezuela a emigrar. Los expertos culpan a la mala gestión económica y a las sanciones de Estados Unidos del colapso. Se la acusa de encerrar a los críticos y acosar a los opositores en un clima de creciente autoritarismo.

La anterior reelección de Maduro, en 2018, fue rechazada por decenas de países latinoamericanos, así como por Estados Unidos y miembros de la UE. Años de perjudiciales sanciones estadounidenses no lograron desalojar al presidente, quien goza de la lealtad de la cúpula militar, los órganos electorales, los tribunales y otras instituciones estatales, así como del respaldo de Rusia, China y Cuba.