La Asamblea de la ONU empezó con los pedidos de paz de Lula da Silva para Ucrania y Gaza

Durante la apertura de la 79° Asamblea General de las Naciones Unidas los presidentes y diplomáticos de los 193 países que integran la organización, escucharon dos discursos donde primó el pesimismo frente a una eventual guerra mundial, y en consecuencia clamaron por la paz.

El primer alegato fue de Antonio Guterres, secretario general de la ONU y su foco estuvo en la guerra de Israel en Palestina que ahora se extendió a Líbano: “Gaza es una pesadilla que amenaza llevarse con ella a toda la región” sostuvo. Y luego reclamó “la movilización de la comunidad internacional para que se logre un inmediato cese del fuego y el inicio de un proceso irreversible para la solución de los dos Estados”.

El segundo mensaje vino del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que según los estatutos de las Naciones Unidas debe ser siempre el primero en hablar entre los jefe de Estado.

Lula da Silva saludó, en primer término, la presencia del gobernante palestino de Cisjordania, Mahmmoud Abbas: “Por primera vez está en una sesión de apertura, aun cuando todavía sea en calidad de observador”.

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El líder brasileño denunció que el mundo “vive un momento de crecientes angustias, frustraciones, tensiones y miedo”.

El diagnóstico hubiera parecido tremendista en otros tiempo, pero hoy constituyen las grandes tribulaciones son las de gran parte de la humanidad. En la visión de Lula, esas expresiones de aflicción “atestiguan la alarmante escalada de disputas geopolíticas y rivalidades estratégicas”. Para él, en la Cisjordania se observa “una de las mayores crisis humanitarias de la historia reciente”, que además enfila “peligrosamente hacia el Líbano”.

De acuerdo con Lula, ya en 2023 se vivió un escenario de “récord de conflictos bélicos desde la Segunda Guerra Mundial”.

Este año, señaló Lula, habrá 300 millones de personas que precisarán ayuda en el mundo. Pero eso no impide que el presupuesto militar del mundo alcance los máximos niveles históricos.  “Los gastos militares crecieron por noveno año consecutivo y alcanzaron a 2,4 billones de dólares” reveló. De esa pasmosa cifra, más de 90.000 millones de dólares fueron destinados a aumentar la capacidad de los arsenales nucleares.

En relación a Ucrania, el presidente brasileño recordó que su gobierno “condenó de manera firma la invasión territorial” y añadió que cada vez está “más claro que ninguna de las partes conseguirá alcanzar todos sus objetivos por la vía militar. El recurso de los armamentos cada vez más destructivos trae la memoria de los viejos tiempos sombríos de la guerra fría”.

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El su último discurso, el de despedida ante la Asamblea General de la ONU, el presidente Joe Biden hizo eje en una reflexión: “El mundo se enfrenta una vez más a un punto de inflexión de la historia”. Y es ese escenario que lo llevó a afirmar: “las decisiones que tomemos hoy determinarán nuestro futuro en las próximas décadas” .

Para el jefe de la Casa Blanca, la guerra de Ucrania “se está arrastrando a su tercer año sin un final a la vista”; por eso reclamó que “el mundo no mire a un costado”. En la misma sintonía sostuvo que “en la Franja de Gaza, un alto el fuego de Israel con Hamas sigue siendo difícil de alcanzar después de más de 11 meses de lucha.

La escalada de ráfagas transfronterizas de misiles de Israel y Hezbolá plantea la amenaza de una guerra de múltiples frentes en Oriente Medio”. Frente a esto, sostuvo que urge “un plan de alto el fuego entre Israel y Hamas”.

En relación al conflicto en Ucrania, muy peligroso desde el punto de vista de la supervivencia de la humanidad, Lula da Silva mencionó la propuesta conjunta elaborada entre Brasilia y Beijín. La iniciativa será discutida este martes por el Consejo de Seguridad, ese estamento superior constituido por 5 potencias: Estados Unidos, China, Rusia, Francia e Inglaterra.

El CS espera también que Volodimir Zelenski comparta en la ONU una nueva propuesta de paz y un llamamiento a más apoyo militar para lanzar ataques más profundos en Rusia, dijeron los diplomáticos.

El presidente ucraniano hablará recién el miércoles 25. Pero con las aspiraciones de Kiev para iniciar negociaciones con Moscú, difícilmente se logre avanzar dentro de un organismo donde cada uno de los actores del quinteto cuenta con el poder de veto. Se vuelve entonces menos fantasiosa la versión del secretario general de la ONU, quien dijo hoy: “Hay un barril de pólvora que podrá engullir al mundo”.