Elecciones en Estados Unidos

Casi empatados, Kamala Harris y Donald Trump luchan voto a voto en siete estados "bisagra"

En la recta final de la campaña, y en un escenario de extrema paridad, la vice demócrata y el líder republicano se enfocan en los estados que los especialistas consideran que definirán al sucesor de Joe Biden en la Casa Blanca. Los detalles.

Opuestos. Difieren en todos los temas centrales de la actualidad internacional. Foto: cedoc

A un mes de los comicios que se disputarán en los Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump se mantienen en las encuestas en un escenario de extrema paridad. Por eso sobre el final de la campaña, la atención de ambos candidatos se enfoca en siete estados considerados "bisagra" por los especialistas, ya que se considera que serán los que inclinen, hacia un lado u otro, el resultado de la contienda electoral.

El expresidente republicano vio cómo su base electoral, de por sí sólida, se galvanizaba tras sufrir dos intentos de asesinato, uno en Pensilvania en julio y otro más reciente en Florida, hacia septiembre.

Pero la inesperada irrupción de Kamala Harris en la carrera hacia la Casa Blanca, tras la histórica renunciamiento de Joe Biden en julio pro sus problemas de edad, le dio un impulso renovado a la campaña del Partido Demócrata, que parecía condenado a la derrota de la mano del presidente, y que vo renacer sus chances, sobre todo luego del debate en el que Harris tuvo contra las cuerdas a Trump.

Un bot de Donald Trump le agradeció en X a una cuenta fake que se burla de Javier Milei

Lo cierto es que hoy por hoy, Kamala Harris y Donald Trump empatan en casi todas encuestas, y los pocos sondeos que indican alguna leve ventaja para uno u otro, lo enmarca en el posible porcentaje de error estadístico, de manera que nadie se anima a predecir quien será el próximo presidente de los Estados Unidos. Y en ese cuadro, tal como ocurrió en 2016 y 2020, los famosos estados bisagra o pendulares son Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin, y lo que ocurra en sus urnas decidirá si la exfiscal de 59 años o el millonario de 78 consiguen alacnzar los 270 delegados electorales que hacen falta para llegar a la Casa Blanca. 

Harris ha destacado en sus últimos discursos que Estados Unidos "está preparado para tener una nueva generación de líderes", llamando a dar vuelta la página que sitúa a Trump como repetir una vuelta de tuerca ya conocida.

La misma candidata demócrata no entró en los detalles de su programa centrista, que combina firmeza frente a la inmigración ilegal, promesas de mejoras para la clase media y la defensa del derecho al aborto, un tema en el que los republicanos se sienten especialmente incómodos. 

Elecciones en Estados Unidos: encuesta da empate técnico entre Kamala Harris y Donald Trump

Frente a los ataques e incluso insultos de Trump, la candidata demócrata prefiere apuntar a temas que irritan al candidato republicano, como hizo con varios temas durante el debate de septiembre con innegable éxito.

Allí lo calificó de débil, le repitió que los estadounidenses "lo echaron" en 2020 y apuntó a los problemas judiciales que arrastra Trump en varias demandas todavía abiertas.

Trump, candidato presidencial por tercera vez

Donald Trump.

Candidato a la Casa Blanca por tercera vez, Donald Trump repite la partitura de 2016 y 2020, presentándose como un antisistema, cercano a la gente y como siempre crítico con la inmigración ilegal, que según él está "destruyendo" las ciudades norteamericanas. 

En cada uno de sus mítines, el dirigente pinta un panorama sombrío de un país asolado por migrantes "terroristas" y "violadores", salidos de "cárceles y manicomios". También critica a su rival demócrata por la inflación.

Trump acusa a "Camarada Kamala", como la apodó, de querer introducir medidas "sacadas directamente de Venezuela o de la Unión Soviética" para contrarrestar la suba de los precios. 

A sus mítines acuden huestes de seguidores con gorra roja, convencidos de que su héroe, condenado por un delito penal a finales de mayo, es víctima de una persecución política o que los demócratas fomentan las amenazas contra él. 

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El propio Donald Trump adjudicó su segundo intento de asesinato a la "retórica" de sus adversarios, mientras que los demócratas le acusan de ser el instigador de un clima político a veces irrespirable.

En vísperas de las elecciones del 5 de noviembre la tensión política va en aumento. 

Los centros electorales de los condados más disputados se convirtieron en fortalezas, protegidos por vallas de hierro forjado y detectores de metales. 

La certificación de los resultados de las elecciones presidenciales en el Capitolio, escenario el 6 de enero de 2021 de un ataque perpetrado por simpatizantes de Trump, se hará esta vez con el mayor nivel de seguridad posible para un acto oficial. 

Pero se teme que, una vez más, la votación sea tan reñida que se tarden días, y no horas, en declarar un ganador

Trump, que nunca reconoció públicamente su derrota en 2020, ya acusó a los demócratas de "hacer trampas".

Elecciones en Estados Unidos: una nueva encuesta muestra que Kamala Harris amplió la ventaja sobre Donald Trump

Los siete estados que podrían definir las elecciones de EE.UU.

Kamala Harris y Donald Trump.

Más de 200 millones de votantes están llamados a las urnas para las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, pero el resultado puede depender de tan solo unas decenas o cientos de miles de votos.     

En este escenario de paridad, los votos de los electores de siete de los denominados estados bisagra tendrán mucho más peso que los de los demás. 

Los estados bisagra no se inclinan claramente hacia uno u otro partido, a diferencia de los otros estados que ya se consideran favorables a los demócratas (California o Nueva York, por ejemplo) o a los republicanos (Texas o Florida, entre otros). 

Estos representan un número significativo de electores (93 de 538).

Como no importa quién gane la mayoría de los votos en todo el país, lo único que cuenta es el resultado en cada estado, el candidato más votado en un estado gana todos sus electores (excepto en Nebraska y Maine)

El objetivo es alcanzar la cifra mágica de 270, sinónimo de victoria nacional. 

Por eso, el aspirante republicano y la demócrata centran sus energías en estos estados e invierten en ellos la mayor parte de sus fondos.

Elecciones en Estados Unidos: cómo miden en las encuestas Donald Trump y Kamala Harris

Pensilvania

Se trata quizá del estado más codiciado con sus 19 grandes electores. 

Trump ganó por la mínima en 2016 y Biden se impuso en 2020, pero también por escaso margen.

En este estado en declive industrial, los obreros tienden a dar la espalda a los demócratas. 

Pero Harris cuenta con los grandes proyectos de infraestructuras lanzados por el presidente Biden y con el apoyo de los sindicatos para conservarlo. 

Las grandes ciudades de Filadelfia y Pittsburgh se inclinan por ella, mientras que Trump apuesta por la población rural.

Michigan

Al igual que Pensilvania, este bastión demócrata -y sus 15 grandes electores- fueron a parar a Trump en 2016, para sorpresa de todos, frente a Hillary Clinton. 

Biden lo reconquistó en 2020. 

En esta cuna de la industria automovilística, también en declive, Harris recibió un fuerte apoyo del principal sindicato del sector (UAW), pero no de los numerosos votantes árabes-estadounidenses o musulmanes indignados por el apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra de Gaza.

Trump apuesta en particular por el coste de la vida para movilizar a la clase media contra Harris, que se presenta como la heredera de un mandato de Biden marcado por la inflación. 

Wisconsin

Junto con Pensilvania y Michigan, es el tercer estado que resquebrajó el "muro azul" en 2016, un bloque de una veintena de estados considerados firmemente demócratas. 

Hillary Clinton perdió sus diez grandes electores, que Biden recuperó en 2020. 

Como muestra de la importancia del estado para ellos, los republicanos celebraron allí su convención en julio, en Milwaukee. 

Entre los votantes moderados, los demócratas agitan la "amenaza existencial para la democracia" que representaría Trump.

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Georgia

Es probablemente el más importante de los estados bisagra, junto con Pensilvania. 

En el corazón del sur religioso y conservador, Georgia confía tradicionalmente sus 16 grandes electores al candidato republicano.

Pero en la estela de los movimientos antirracistas, este estado, con su numerosa comunidad afroestadounidense, prefirió hace cuatro años al demócrata Biden. 

Hija de padre jamaicano y madre india, Harris tiene 59 años, casi 20 menos que Trump, y un mejor perfil para atraer a los jóvenes y a las minorías de los centros urbanos y universitarios. 

Pero el electorado religioso alaba a Trump como artífice de la suspensión de la garantía federal del aborto. Un logro por el que parecen proclives a olvidar la imputación del expresidente por intentar alterar los resultados de las elecciones en Georgia en 2020.

Carolina del Norte

Otro estado sureño, Carolina del Norte (16 grandes electores) no vota por los demócratas desde Barack Obama en 2008, pero su gobernador es demócrata desde 2017. 

Sin embargo, al igual que en Georgia, Harris cuenta con los afroestadounidenses (en torno al 20% de la población) y los jóvenes. 

Los demócratas se esfuerzan por aumentar el número de votantes registrados con la esperanza de mejorar la participación.

Arizona

Este estado predominantemente republicano del suroeste (11 grandes electores) dio la sorpresa en 2020 al elegir a Biden por solo 10.457 votos de ventaja. 

Trump ha centrado su campaña en la inmigración ilegal, un tema importante en este estado fronterizo. Esto juega en contra de Harris.

La esperanza de la actual vicepresidenta radica en que en las elecciones de medio mandato de 2022 el estado prefirió a una demócrata para gobernadora, en detrimento de una candidata trumpista. 

Nevada

Este estado del oeste de Estados Unidos con seis grandes electores, conocido por sus casinos, no ha votado por un republicano desde George Bush en 2004. 

Pero los conservadores creen que pueden conseguirlo gracias en parte a la población latina, parte de la cual se distancia de los demócratas.

Los partidarios de Harris esperan que la llegada de nuevos habitantes (empleados más jóvenes y mejor formados que suelen proceder de la vecina California para trabajar en el sector tecnológico o en la transición energética) juegue a su favor.