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Elecciones en Brasil: la izquierda perdió en San Pablo y muestra posible tendencia en las presidenciales de 2026

El gran premio se lo llevó por 19 de puntos de diferencia el derechista Ricardo Nunes. La primera vuelta de las elecciones municipales, el 6 de octubre, fue ampliamente favorable a la derecha y especialmente al PL del expresidente Bolsonaro.

Los centros electorales en Brasil cerraron este domingo para la segunda vuelta de las elecciones municipales, un test para las fuerzas lideradas por el mandatario izquierdista Lula y el ultraderechista Jair Bolsonaro de cara a las presidenciales de 2026. Foto: AFP

En este segundo turno de las elecciones generales en Brasil hubo 51 ciudades donde los ciudadanos tuvieron que concurrir nuevamente a votar. El gran desafío para el gobierno de Lula da Silva estaba representado por los comicios de San Pablo: precisamente en esta capital, donde la  centroizquierda debía demostrar su potencial y la extrema derecha revalidar que sigue viva, perdió el candidato lulista Guilherme Boulos.

El gran premio se lo llevó por 19 de puntos de diferencia el derechista Ricardo Nunes, apoyado por el gobernador del estado paulista Tarcísio de Freitas.

La importancia de los comicios paulistanos reside en el hecho de que es el mayor distrito electoral con 9 millones de personas inscriptas en los padrones.

El gobierno de Lula da Silva reivindica su victoria electoral ante la derecha

Aunque de alguna manera esa victoria de la derecha era esperada, le permitió al bolsonarismo, como ideología, superar una derrota que le habría significado salir del pareo; de ahora en adelante podrán moverse hacia un recambio por figuras y agrupaciones nuevas, que garanticen su propia vigencia.

Consciente de esa situación el gobernador Tarcísio de Freitas, un derechista cercano ideológicamente a Jair Bolsonaro, peleó hasta el último minuto para cosechar el triunfo de su candidato, el actual alcalde Nunes. A modo de remate, hizo una maniobra al salir del cuarto oscuro y conversar con los periodistas que esperaban su pronunciamiento.  

Dijo que su gobierno había detectado que una poderosa facción del narcotráfico promovía el voto a favor de Guilherme Boulos, el gran opositor de la centro izquierda. Y aseveró que le había entregado los resultados de una investigación policial emprendida al respecto, al Tribunal Regional Electoral.

Pero este organismo desmintió versión del mandatario paulista, al confirmar que jamás recibió la denuncia. Es un indicio claro del ejercicio de la manipulación por parte de quién podría ser el próximo candidato presidencial de la derecha y sus expresiones extremas.

En Brasil hay un retroceso electoral de la izquierda

Según Freitas, “venimos alertando de la participación de las bandas criminales organizadas en la política. Por eso hicimos nuestro trabajo de inteligencia”. Boulos y representantes del Partido de los Trabajadores replicaron de inmediato: la de Tarcisio, dijeron, es “una declaración irresponsable y mentirosa. Un verdadero delito electoral”.

La  manipulación informativa tuvo su éxito. Tal como describió Boulos, un doctor en sociología que tempranamente se sumó al Movimiento de los Sin Techo de la capital paulista, Freitas fue a hablar “justo en una día y un horario (por la mañana temprano) decisivos. Pensé que sería un día más tranquilo en cuanto a la difusión de calumnias, que nuestros oponentes hicieron durante toda su campaña. Esto que ocurrió es increíble, con una acusación del mandatario muy grave realizada al lado de mi oponente”.

Con todo, el Partido de los Trabajadores tuvo un éxito en Fortaleza (capital de Ceará) que con sus 4 millones de habitantes es una de las grandes ciudades del Nordeste. Aunque el petista Evandro Leitao superó con el 50,38% de los votos al candidato del bolsonarismo, el dato indica que el presidente Lula conserva buena parte del respaldo nordestino que le dio la victoria en 2022. 

La ultraderecha y la campaña de mentiras

Sin embargo, hay que considerar los resultados en Porto Alegre que hasta el 2015 fue un bastión del PT. Allí solía realizarse el foro mundial opuesto al de Davos, con gran cantidad de público. Esta vez, los gaúcho le dieron la oportunidad a la candidata lulista María del Rosario de competir en la segunda vuelta contra el centroderechista Sebastiao Melo. Pero la joven no logró sobrepasar el 38,5%.

Si bien no es posible asegurar que esta fue una derrota estrepitosa del gobierno federal, encabezado por Lula, es evidente que los dirigentes partidarios deberán entrar en un proceso de debate sobre los probables errores que habrían cometido. Para Lula es una señal de alerta, en el contexto de un gobierno dominado por partidos de la derecha que ocupan la mayoría de los 38 ministerios.