"Criminalizar a los ciudadanos pacíficos"

"Despliegue ilegal e inhumano": denuncian que las autoridades serbias usaron armas sónicas prohibidas contra manifestantes

Según trascendió en videos y denuncias de grupos de derechos humanos, la policía de Belgrado habría utilizado un cañón sónico contra los asistentes, a pesar de que se trataba de una protesta "en calma y responsable".

Manifestantes participan en una de las mayores manifestaciones anticorrupción en Belgrado, Serbia. Foto: AFP

Belgrado, la capital de Serbia, fue el escenario este sábado de una de las manifestaciones más importantes en la historia del país. Es que, según el Ministerio del Interior, más de 100.000 personas tomaron las calles de la ciudad y se pronunciaron contra la corrupción, a pesar del frío y de las lluvias. Sin embargo, el hecho trascendió no solo por lo multitudinario, sino por denuncias contra las autoridades por realizar un "despliegue ilegal e inhumano" al, presuntamente, utilizar armas sónicas prohibidas para disuadir a los presentes.

Las manifestaciones lideradas por estudiantes empezaron tras el derrumbe el 1° de noviembre pasado de una marquesina de la estación de tren de Novi Sad, en el norte del país. La tragedia dejó 15 muertos y desencadenó una ola de descontento hacia el presidente nacionalista Aleksandar Vucic, en el poder desde 2012.

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El episodio tuvo lugar meses después de que la estación hubiese sido renovada y reavivó una ira latente desde hacía tiempo entre parte de la población serbia. Desde entonces, se llevaron a cabo protestas regulares contra la corrupción y la supuesta falta de control en los proyectos de obras del gobierno.

En ese contexto, este sábado por la tarde se concentraron en el centro de Belgrado miles de personas ondeando banderas o haciendo sonar silbatos, muchos luciendo el pin con el dibujo de una mano manchada de sangre, símbolo de las manifestaciones, organizadas bajo el lema "La corrupción mata". También se congregaron decenas de agricultores al volante de sus tractores, mientras que otros de esos vehículos, llevados allí por simpatizantes del gobierno, fueron estacionados cerca de la sede de la Presidencia el viernes temprano.

El Ministerio del Interior declaró que al menos 107.000 ciudadanos habían acudido a las protestas. Pero un organismo de conteo independiente estimó que entre 275.000 y 325.000 la cantidad de asistentes. De esa manera, fue una de las medidas opositoras más importantes de los últimos años en el país.

La tensión ha ido creciendo desde que el gobierno acusó a los manifestantes de actuar a sueldo de agencias extranjeras, preparar acciones violentas o incluso urdir una revolución, sobre todo con la cita de este sábado. Aunque desde un inicio los estudiantes convocaron a las calles "en calma y de forma responsable”. "El objetivo de este movimiento no es intrusión en las instituciones ni atacar a los que no piensan como nosotros", habían detallado.

Sin embargo, en la noche pidieron en redes sociales evitar la zona del Parlamento, tras lo que describieron como provocaciones de simpatizantes del poder, que habrían lanzado "botellas y piedras".

Sumado a esto, durante los 15 minutos de silencio por las víctimas, la policía de Belgrado habría utilizado un cañón sónico contra los protestantes, a pesar de que se trata de un armamento prohibido en el país. El hecho quedó registrado en distintos videos, donde se podía ver cómo la gente comenzaba a huir de forma repentina en estampida ante una “amenaza invisible” proveniente de una ubicación concreta, lo que llevó a la sospecha del accionar de las fuerzas de seguridad.

Según trascendió, analistas militares serbios, que también denunciaron su uso, sospecharon que se trataría de un cañón sonoro de largo alcance agresivo, pero no letal. Se trata de un dispositivo que emite ondas sonoras en frecuencias prácticamente inaudibles, pudiendo provocar aturdimiento, vértigo, vómitos, pérdida de equilibrio y espasmos intestinales, dependiendo de la intensidad empleada.

Las denuncias de grupos de derechos humanos y opositores serbios

A raíz del episodio, distintos grupos de derechos humanos y funcionarios de la oposición adelantaron que presentarán cargos ante tribunales internacionales y nacionales contra quienes ordenaron el ataque. En esa línea, la ONG Centro de Política de Seguridad de Belgrado condenó “el despliegue ilegal e inhumano de armas prohibidas, como dispositivos acústicos, contra manifestantes pacíficos”. “Este acto representa una exhibición flagrante de fuerza y un intento de incitar al caos, con el objetivo de deslegitimar las protestas y criminalizar a los ciudadanos pacíficos”, indicó el grupo.

Por su parte, la Comisión Europea (CE) pidió este lunes una investigación “creíble y rápida” sobre el tema. “Hemos visto esas informaciones y la acusación sobre este uso de estos instrumentos contra manifestantes. Esperamos ahora una investigación rápida, transparente y creíble sobre esas acusaciones”, declaró el portavoz de la CE, Guillaume Mercier durante la rueda de prensa diaria de la institución. Sin embargo, deslizó que se espera que sean las propias autoridades serbias las que la lleven a cabo, lo que genera dudas sobre su imparcialidad.

A su vez, casi medio millón de ciudadanos firmaron una petición dirigida a la ONU, el Consejo de Europa y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) solicitando una investigación internacional sobre los efectos médicos, legales y técnicos de este ataque. “El cañón de sonido fue utilizado sin previo aviso y sin motivo claro, lo que suscita grave preocupación por la amenaza a los derechos básicos de los ciudadanos”, se lee en la solicitud.

Además, los estudiantes repudiaron el hecho en redes sociales. "Con cada mala acción, extiendes y refuerzas aún más el frente contra ti", decía una publicación de un importante grupo estudiantil en X (antes Twitter) contra el gobierno. Por el momento, no anunciaron su próximo paso, pero indicaron que no cederán. "El lado más inteligente no se rinde, el lado más inteligente se organiza", escribió un destacado grupo estudiantil tras la manifestación del sábado.

En paralelo, mientras Belgrado recogía tiendas de campaña abandonadas y tractores vandalizados, los analistas políticos afirmaron que se había cruzado la línea. "La masiva participación confirma que el descontento es inmenso y que no hay vuelta atrás", declaró a AFP Maja Kovacevic, decana de la Facultad de Ciencias Políticas de Belgrado.

"La protesta del sábado marcó el principio del fin del régimen y representa una gran victoria para el movimiento estudiantil y la ciudadanía", añadió el analista político Srdjan Cvijic, del Centro de Política de Seguridad de Belgrado. "A pesar de los intentos de disuadir a la gente de venir a Belgrado mediante diversas amenazas, presenciamos la mayor concentración en la historia de Serbia. El miedo ha cambiado de bando", manifestó.

Sin embargo, el presidente Aleksandar Vucic se negó a ceder. En ese sentido, los medios de comunicación respaldados por el gobierno difundieron acusaciones incendiarias en los días previos a las protestas del sábado, afirmando que se estaba planeando un intento de "golpe de Estado".

Incluso el propio Vucic acusó a los manifestantes de organizar "violencia a gran escala" y se mantuvo desafiante el lunes. Al respecto, aseguró en redes sociales que no se rendiría ante presiones como las de "Maidán", en referencia a las protestas masivas de 2014 en Ucrania que derrocaron al líder pro-Kremlin, Viktor Yanukovych. "¡Serbia prevalecerá!", escribió en Instagram.

Serbia negó el uso del cañón sónico e invita a investigar a Estados Unidos y Rusia

Debido a la repercusión del episodio, el Gobierno serbio informó este lunes que permitirá a las agencias de seguridad de Estados Unidos y Rusia investigar las acusaciones sobre los métodos que se emplearon para contener las protestas de este pasado sábado. Sumado a esto, la policía, el Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior negaron su uso.

"No ocultamos nada", expresó el primer ministro serbio, Milos Vucevic, ante los medios, según recogió el diario Politika. Por ese motivo, aseguró que están dispuestos a invitar tanto a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) como al Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso "para verificar todas estas acusaciones y hechos".

"No debemos dejar ni un milímetro de espacio a la duda, ni ocultar nada, ni decir que donde hay humo, hay fuego; no hay ni humo ni fuego. Porque no ha sucedido nada de lo que dicen", indicó el funcionario. "No nos detendremos hasta revelar completamente cada hecho, cada elemento, y comprobar que todo fue una construcción, es decir, falso, para llevar a cabo una revolución fraudulenta en Serbia", insistió, en línea con las aseveraciones del presidente.

En sintonía con sus dichos, el ministro del Interior, Ivica Dacic, también negó estas acusaciones y explicó que los coches de la Policía que se vieron estos días en imágenes en redes sociales circulando en la protesta no están equipados con cañones de sonido como se afirmó, sino con equipos de comunicación.

Sumado a esto, según informó la emisora estatal RTS, el presidente instó a las autoridades judiciales a dar alguna declaración sobre el alegato “de que se utilizaron cañones sónicos durante las protestas”. “Estoy pidiendo al Ministerio de Justicia y a la fiscalía que reaccionen, ya sea para procesar a quienes lo utilizaron, y sabemos que no lo hicieron, pero verifiquemos”, manifestó. “Que haya un procedimiento, pero entonces también deberían procesar a quienes hicieron pública tal mentira notoria”, agregó.

Asimismo, consideró que se trata de una “maldad” destinada a “destruir a Serbia”. “Es importante para la historia ver cómo mintieron”, señaló, refiriéndose a quienes afirman que se utilizó el arma sónica. Por su parte, el hospital de emergencias de Belgrado también negó los informes de que muchas personas acudieron al centro en busca de ayuda tras el supuesto ataque, pidiendo acciones legales contra quienes “difundieron información falsa”.

Cualquier investigación podría añadir más presión a Vucic, después de que la Fiscalía Europea confirmara que ya estaba indagando el posible uso indebido de fondos de la Unión Europea relacionado con el proyecto de renovación de la estación de tren de Novi Sad. Actualmente, en el país balcánico se está llevando a cabo una investigación independiente sobre dichas acusaciones, por lo que se presentaron más de una docena de imputaciones, incluida una contra el exministro de Construcción, Goran Vesic.

 

MB/ML