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Cómo enfrentar el antisemitismo a escala global

En coincidencia con la conmemoración de los 30 años del atentado contra la AMIA y la realización de la Cumbre Mundial Antiterroristas, convocada en Buenos Aires por el Congreso Judío Latinoamericano (CJL), delegados de decenas de países y organizaciones internacionales debatieron en esta capital para definir las directrices globales para luchar contra el antisemitismo, un documento que advierte que no hay ninguna base humana ni excusa que justifique ese flagelo, que es odio puro y duro, y llama a los gobiernos a defender a las comunidades judías en cada una de sus naciones.

Participantes. Fernando Lottenberg, de la OEA; Fabiana Loguzzo, por Argentina, Deborah Lipstadt, de EE.UU., y Deborah Lyons, de Canadá. Foto: embajada de estados unidos

Delegados más de 37 países e instituciones aprobaron en Buenos Aires con Directrices Globales para enfrentar el antisemitismo, al margen de la Cumbre Mundial Antiterrorista, convocada en esta capital por el Congreso Judío Latinoamericano (CJL).

PERFIL conversó con varios de los diplomáticos que participaron de las deliberaciones: Deborah Lipstadt, embajadora y enviada especial para monitorear y combatir el antisemitismo del Departamento de Estado, la canadiense Deborah Lyons, enviada especial para la preservación de la memoria del Holocausto y el combate contra el antisemitismo, el brasileño Fernando Lottenberg comisionado de la OEA, para el monitoreo y la lucha contra el antisemitismo y Fabiana Loguzzo, representante especial argentina para la lucha contra el antisemitismo.

“No soy profeta, pero hay gente que dice que porque algo pasó una vez, puede repetirse”, advierte la embajadora Lipstadt consultado sobre si cree que es posible que se repita una tragedia como el Holocausto. De las directrices del documento destaca el punto “proteger: hay pocos roles más centrales para los gobiernos que la seguridad de su población”, subraya. De todos modos, dice que no puede preverse “una desgracia de esa magnitud, pero sí creo que estamos ante tiempos muy difíciles. Estando aquí, en Buenos Aires, en el aniversario del bombardeo de la AMIA y luego del 7 de octubre en Israel, te das cuenta de que el mal todavía puede ocurrir”.

“Yo no quiero otra AMIA. Debemos hacer todo lo posible para garantizar que esto no suceda. Eso significa que tenemos claro el odio que existe en nuestros propios países y que estamos trabajando para detenerlo. Estas directrices globales son también necesarias para hacernos responsables del trabajo que debemos hacer”, dice por su parte la diplomática canadiense Lyons.

“Lo que está sucediendo en Medio Oriente es una realidad que tenemos que mirar con claridad, pero también tenemos que ver el antisemitismo en nuestras propias naciones, porque nunca hay una excusa, nunca hay una razón. No hay ninguna base humana para el antisemitismo: es odio. Permitir que se inflame el antisemitismo en nuestros países es algo a lo que nuestros líderes deben enfrentarse”, considera. 

Para la diplomática canadiense, “la gente no parece ser capaz de aceptar que se puede cuidar de dos pueblos, que se puede comprender el dolor y el sufrimiento de todos lados. Claramente, nuestros países ya tenían antisemitismo antes del 7 de octubre, porque si no nunca habría alcanzado el nivel sin precedentes que tuvo en Canadá después de la fecha”, indicó.

Si se toma en cuenta que se ha detectado la presencia de diferentes grupos terroristas en la Triple Frontera. Vale preguntarse entonces: ¿Argentina está segura? “Argentina está en contacto con los países de la región para tratar de coordinar acciones para controlar qué es lo que está pasando en la frontera. Es una zona porosa, que no está perfectamente delimitada, así que alguna cosa puede pasar”, alerta la argentina, Loguzzo.

“Lo que vemos en la región es que hay un movimiento que promueve una solidaridad automática de los países en desarrollo con los palestinos, porque parte de la base de que el mundo desarrollado apoya a Israel. Es una posición artificial y peligrosa. Responde a algún tipo de campaña, que yo no puedo decir quién la orquestó, pero que está tratando de mostrar a Israel, la única democracia en la región, como una potencia colonial. Entonces, inmediatamente, la reacción es antiimperialista”, precisa la funcionaria argentina.

“Yo crecí en medio de una cultura irlandesa y nadie nos cuestionó a nosotros sobre la doble lealtad. ¿Por qué se les hace esto a los judíos? Y si se habla de colonialismo, ¿qué otro grupo en la historia fue tan perseguido como la comunidad judía? Una y otra vez. ¿Y ahora se interpreta que son opresores y culpables de apartheid? Yo sé, por el tiempo que viví en Israel, que más de 2 millones de palestinos israelíes viven en Israel y se van a quedar ahí. Están en la ciencia, son doctores, abogados, están en todos lados”, sostiene Lyons.

El documento que fija lineamientos para luchar contra el antisemitismo alude también a las redes sociales. “El antisemitismo, como otras formas de odio y desinformación, está esparcido y mutando online”, declara.

Por su parte, el brasileño Lottenberg, que representó a la OEA en las deliberaciones, observa el panorama latinoamericano “con preocupación. Los presidentes tienen responsabilidad por las poblaciones judías que viven en sus países. Hay una idea que empezó en las universidades norteamericanas, que ahora está en Europa y llega a nuestra región. Es una visión del mundo que se basa en opresores y oprimidos, colonialistas y colonizados, poderosos o desfavorecidos. Y hay que chequear todos los ‘cuadraditos’ para que uno pueda ser aceptado como un interlocutor válido. Por alguna razón, Israel y la comunidad judía quedan afuera. Así, los judíos pierden su derecho a la protección”, explica.

La guía global contra el antisemitismo llama a “evitar la politización”, ya que “el antisemitismo puede aparecer en todo el espectro político” y aquí la estadounidense Liptstad comparte su profunda decepción con “algunas voces de la izquierda progresista que, aunque hablan muy rápidamente cuando suceden ciertas tragedias, el 7 de octubre estuvieron decididamente callados. Cuando el grupo Boko Haram secuestró a las niñas exigían ´traigan de vuelta a nuestras niñas’. No había duda al respecto. Cuando las mujeres iraníes fueron perseguidas por simplemente mostrar un poco de cabello, la gente habló. Pero aquí hubo silencio. Luego decían: ‘Queremos pruebas’”, recuerda Liptstadt.

“¿Cuál es la diferencia entre estas mujeres?, se pregunta. Lo único que se nos ocurrió fue que se percibía que estas mujeres eran judías. Es decepcionante cuando cualquier grupo está callado ante el mal, pero reclaman para sí mismos bases morales elevadas. Es una hipocresía de primer orden”, concluye la enviada del Departamento de Estado.