Reino Unido

"Partygate": Boris Johnson solo pagará 60 euros por las fiestas en cuarentena

La policía cerró la segunda investigación contra el primer ministro británico por las fiestas en Downing Street durante la cuarentena, un alivio para su convulsionado gobierno en medio de los pedidos para que deje el cargo.

Boris Johnson: ¿Tiene los días contados? Foto: BCC

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, solo pagará 60 euros por las fiestas celebradas durante la cuarentena, un escándalo conocido como "partygate" que casi le cuesta el puesto al cuestionado líder conservador.

La policía británica de Scotland Yard concluyó su segunda investigación sobre las reuniones celebradas en la residencia oficial en Downing Street contra las restricciones para contener el avance del Covid-19, y decidió no imponer nuevas multas al premier británico. Sin embargo, emitió un total de 126 sanciones contra funcionarios de su gobierno por las violaciones al confinamiento obligatorio mediante fiestas celebradas en distintas oficinas gubernamentales.

"Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago". El incumplimiento de la cuarentena por parte de Boris Johnson es uno de los tantos casos a nivel mundial de altos funcionarios que no respetaron los protocolos sanitarios durante la pandemia, como el caso del presidente Alberto Fernández. 

A diferencia de Johnson, la filtración de una foto de la fiesta de cumpleaños la que participó el mandatario argentino en la Quinta de Olivos durante el peor momento de la cuarentena en el país -una de las más largas y estrictas del mundo- provocó un cimbronazo político y social. Una suerte parecida corrió para el expresidente de Israel, Reuven Rivlin, la premier de Noruega, Erna Solberg, la finlandesa Sanna Marin y otros líderes o altos funcionarios de gobiernos que fueron apartados de sus cargos.

El primer ministro británico, Boris Johnson, pidió disculpas ante el parlamento por romper la cuarentena en junio del 2020.

La policía Scotland Yard investigó durante meses una docena de presuntas fiestas organizadas en dependencias gubernamentales durante el peor momento de la pandemia de coronavirus. El primer ministro Boris Johnson, por su parte, era apuntado por haber participado en varios de estos encuentros, por lo que se temían nuevas sanciones que pudieran motivar la remoción de su cargo de la mano de sus compañeros de partido.

Finalmente, tanto el portavoz de Scotland Yard como el propio gobierno confirmaron el pasado jueves que la policía "no va a tomar ninguna otra medida" contra el controvertido titular del gobierno británico, por lo que solo fue multado por un encuentro que aparentaba ser "menos grave y premeditado", en referencia a la fiesta sorpresa que le hicieron por su cumpleaños número 56 en junio del 2020 en plena cuarentena.

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Por ese hecho, el premier británico fue multado en abril con 50 libras (62 dólares). También fueron sancionados su esposa, Carrie Johnson, y el ministro de Finanzas, Rishi Sunak. Asimismo, el líder de los conservadores pidió disculpas "sin reservas" ante el parlamento pero aseguró que no dejaría el cargo debido a que evaluó que no se le había ocurrido "en ese momento, ni posteriormente" que su participación en el breve encuentro "pudiera constituir una infracción de las normas". 

Con respecto al resto de la investigación, la policía la concluyó con 126 multas correspondientes a ocho fiestas ocurridas entre el 20 de mayo de 2020 y 16 de abril de 2021. La operación, en la que participaron 12 investigadores a tiempo completo, costó 460.000 libras (575.000 dólares). Los investigadores examinaron 345 documentos, 510 fotos y grabaciones de vídeo y analizaron 204 cuestionarios. 

Por otro lado, la asociación de familias de víctimas del coronavirus en el Reino Unido consideró que las multas por las fiestas en Downing Street son un "terrible insulto a quienes perdieron a sus seres queridos" por el Covid-19, la infección por la que murieron 177 mil personas en ese país.

La imagen del gobierno de Johnson, en caída libre

Los diputados conservadores evaluaron una moción de censura contra Boris Johnson en línea con la investigación por el "partygate".

Las fiestas celebradas por funcionarios del gobierno de Boris Johnson mientras la población británica permanecía confinada por el coronavirus provocaron un cimbronazo político en el Reino Unido. Tal es así que varios altos funcionarios de gobierno tuvieron que renunciar.

Además, los diputados de la mayoría conservadora del parlamento, a la que pertenece Johnson, estaban a la espera el resultado de la investigación antes de decidir de votar una moción de censura interna para cambiar a su líder, y por ende, reemplazar al actual primer ministro.

Esto se da en línea con la caída de la  popularidad de Johnson en medio de las elecciones locales de distintas jurisdicciones que ponen en jaque su mayoría parlamentaria, como también los escándalos relacionados al partido del cual es titular, como el reciente la reciente detención de uno de sus diputados por sospechas de violación y agresión sexual.

Las disculpas de Boris Johnson

El pedido de dimisión al premier británico

A pesar de que con este resultado Johnson no sería a priori apartado de su cargo por sus pares conservadores, esto motivó una denuncia del laborista y líder de la oposición, Keir Starmer, quien aseguró que Johnson cometió "infracciones a la ley a escala industrial", por lo que pidió su renuncia en diálogo con el canal Sky News. "El primer ministro es responsable de la cultura que reina en Downing Street", declaró.  

En tanto, el dolor de cabeza para Johnson no termina acá. Todavía hay expectativa por la publicación del informe completo de la investigación sobre las fiestas en Downing Street en los medios británicos. Meses atrás, la encargada de la auditoría interna, Sue Gray, había manifestado "errores de liderazgo y juicio" en Downing Street.

La publicación de dicho informe permitirá a su vez iniciar los trabajos de una comisión parlamentaria que deberá determinar si el primer ministro mintió a los legisladores cuando les dijo que siempre se habían respetado las normas anticovid en los sitios donde vive y trabaja. Según el código de conducta del parlamento británico, un ministro que engaña deliberadamente está obligado a dimitir.