Elecciones en Estados unidos

Bolsonaro: "Trump no es el más importante del mundo, la persona más importante es Dios"

Si bien se conoce la afinidad del presidente brasileño con su par norteamericano y sus deseos que sea reelecto, en las últimas horas se llamó al silencio.

Donald Trump y Jair Bolsonaro Foto: Cedoc Perfil

“Si Dios quiere, Donald Trump gana. Y aquellos medios que siempre están en contra tendrán que rendirse a la realidad”. Con esa invocación religiosa, Jair Bolsonaro habló el miércoles pasado, horas después de los comicios en Estados Unidos. Con plena confianza en su “ídolo”, el jefe del Palacio del Planalto enfatizaba sus preferencias y sus hostilidades: “En dos oportunidades, el candidato demócrata (Joe Biden) habló sobre el Amazonas. ¿Ustedes quieren esa intervención de afuera para adentro?”. Se refería a las declaraciones del presidenciable norteamericano, cuando precisó que estaba dispuesto a crear un fondo financiero para la preservación de esa selva tropical.

El presidente brasileño se esmeró en apartar cualquier duda: “Ustedes saben sobre mi posición. Tengo una buena relación política con Trump y espero que sea reelecto. Todo indica que los dioses, esta vez no están dispuestos a acompañar al presidente brasileño en sus deseos de que nada cambie en Washington, ni en el mundo. Desde el jueves, sin embargo, Bolsonaro se llamó al silencio. Fue un consejo que le soplaron al oído sus ministros más próximos, entre ellos, los generales Walter Braga y Luiz Eduardo Ramos. Es que el rumbo de la disputa por la Casa Blanca impuso, este jueves 5, la abstinencia presidencial: “A partir de ahora hay que preservar la neutralidad. Y eso significa que no habrá expresiones oficiales sobre uno y otro candidato”, dijeron en el entorno bolsonarista.

El presidente Bolsonaro se debatió entre su “fidelidad” a Trump y el “pragmatismo” que impone la nueva realidad norteamericana

Es obvia la razón: “Brasil tendrá que continuar el diálogo con la mayor potencia mundial, sea quién sea el victorioso”. Nada impidió sin embargo que el presidente volviera a realizar declaraciones, aunque esta vez fueron mucho más tibias: “Yo no soy la persona más importante de Brasil, así como Trump no es la persona más importante del mundo, como él mismo dijo. La persona más importante es Dios”.

El cerco montado alrededor del Planalto (la casa de gobierno en Brasilia) no fue suficiente para contener al diputado Eduardo Bolsonaro. Se trata del hijo que acompañó al presidente en su visita a Washingon, el 19 de marzo de 2019. Su padre llegó a proponerlo, aunque sin éxito, como embajador ante la administración de Trump. En las redes sociales, Eduardo volvió a la carga, al sugerir irregularidades en la votación que beneficiarían a Biden. El legislador publicó en su Twitter el tuit de un bloguero que sugería la existencia de fraude, al estilo de la denuncia del presidente de Estados Unidos en su presentación ante la prensa. “No hay proceso democrático de elección cuando los mecanismos para el cómputo de datos están en manos de militantes” decía una de las misivas. La otra advertía: “La izquierda está bien organizada a nivel mundial. Por eso es importante acompañar las elecciones. Lo que sucede allá, puede repetirse aquí”.

En la noche del jueves, el ala militar y diplomática del gobierno se alarmó por las consecuencias de esos mensajes. Cualquier referencia a las denuncias “trumpistas” sobre el presunto “robo” de votos por parte del candidato demócrata, podría plantear dificultades al inicio de su relación con el gobierno brasileño: “Puede ser visto como una ofensa” indicaron fuentes diplomáticas. Ante ese dilema, el presidente Bolsonaro se debatió entre su “fidelidad” a Trump y el “pragmatismo” que impone la nueva realidad norteamericana.

En Brasilia no logran olvidar un episodio poco auspicioso con representantes demócratas. En junio último, congresistas de esa filiación, miembros de la Comisión de Presupuesto y Tributos de Diputados, expresaron su rechazo a acuerdos comerciales con Brasil. En julio, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, Eliot Engel, se indignaba: “La familia Bolsonaro debe quedar afuera de las elecciones de los Estados Unidos. Es vergonzoso e inaceptable”.

A fin de ese mes, el legislador estadounidense cuestionó al embajador norteamericano en Brasil Todd Chapman. El diplomático, que por entonces buscaba beneficios para las exportaciones de etanol de su país, había dicho señalado en un almuerzo con el presidente brasileño “la importancia de la ayuda del gobierno de Bolsonaro para mantener a Donald Trump como presidente”.

El establishment político, diplomático y económico de Brasil, teme los efectos de las actitudes del clan Bolsonaro sobre el futuro gobierno de Estados Unidos, si como todo indica se confirma la victoria de Biden. Es obvio que el gigante sudamericano no puede ser ignorado por la geopolítica de Washington: “Hay muchos intereses en juego; pero la subordinación total ya no será posible” advierten. Pero las propuestas del demócrata para el medio ambiente, especialmente sobre el Amazonas, anticipan choques. Ya lo sugirió uno de los asesores de Biden para América Latina, Juan Sebastián González: “Cualquier persona en Brasil, o en cualquier otro lugar, que piensa que puede promover una relación ambiciosa con Estados Unidos, y al mismo tiempo ignorar cuestiones importantes como el cambio climático, la democracia y los derechos humanos, no ha oído lo que dijo Biden en su campaña”.

El establishment de Brasil, teme los efectos de las actitudes del clan Bolsonaro sobre el futuro gobierno de Estados Unidos, si se confirma la victoria de Biden

Para el excanciller brasileño Celso Amorim, Brasil corre otro riesgo: “En vez de acudir a un aliado agresivo, es posible que Biden golpee en la puerta de Argentina”. El exministro de Hacienda y diplomático del más alto nivel, Rubens Ricupero, juzgó que “sin Trump, Brasil quedará huérfano. No será fácil establecer una buena relación con un presidente demócrata, crítico de nuestras políticas ambientales, indígenas y de derechos humanos”. Arminio Fraga, ex presidente del Banco Central del segundo gobierno de Cardoso, coincidió con el diagnóstico: “La situación perjudica cada vez más el acceso a los mercados de nuestros productos agrícolas”. Para él, esto también pone en juego el acuerdo de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea. Hussein Kalout, politólogo e investigados en la Universidad de Harvard, indicó que las diferencias de Biden con Bolsonaro alcanzan muchos otros temas: la legalización del aborto, el uso de la marihuana y el casamiento entre personas del mismo sexo, figuran entre ellos. “Es el opuesto de la ideología bolsonarista”.

*Autora de Brasil 7 días.