Invasión rusa a Ucrania

Alemania condiciona su apoyo militar a Ucrania a la ayuda explicita de Estados Unidos

Occidente desafía a Rusia agotando el envió de armamento convencional a Ucrania. Moscú multiplica el reclutamiento en sus Fuerzas Armadas, incluyendo paramilitares de la milicia Wagner.

Olaf Scholz Foto: ABC

La reunión entre el jefe de Estado Mayor de Estados Unidos, Mark A. Milley, con su homologo ucraniano, Valery Zaloujny, el martes pasado en un lugar secreto de Polonia, parecen acelerar el envío coordinado de los 300 tanques que pide Kiev para recuperar la soberanía de su territorio, cuyo 18% se haya bajo control ruso desde el 25 de febrero pasado. Berlín exige que Washington contribuya con su propios tanques Abrams, al esfuerzo occidental para ganar la guerra.

Por su parte, Kiev respaldaría el acuerdo que debería sellarse mañana viernes en la base estadounidense de Ramstein, en Alemania, prometiendo que los tanques “serán utilizados de forma responsable y exclusivamente para proteger la integridad territorial de Ucrania en el marco de las fronteras reconocidas por la comunidad internacional”, para despejar los temores de Alemania, que el enfrentamiento no se acerque inquietantemente al conflicto nuclear con Rusia.

Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de la Organización del Atlantico Norte (OTAN) formalizarían por escrito el acuerdo para entregar a Ucrania estos 300 tanques, con el objeto de expulsar a Rusia de las 2 provincias del este, en la región del Dombass (Donetsk y Lugansk), anexadas junto a otras dos en el sur (Gerson y Zaporiyia). Pero quedaría sin resolver la situación de Crimea, 40.000 Km2 entre el Mar Negro y el de Asov, apropiada ilegalmente por Rusia en el 2014.

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El Ejercito de Ucrania dispone de 250.000 soldados y 350.000 reservistas. Rusia ha convocado a 1 millón de nuevos reclutas. La "milicia" Wagner, el grupo paramilitar liderado por el "oligarca" ruso Evgueni Prigojine, paralelamente activo en los combates actuales del Donbass, mantiene su oferta de reclutar mercenarios por 3.500 euros de sueldo mensual, particularmente los condenados por delitos comunes, a cambio de amnistiarlos al cabo de seis meses de servicio.

El apoyo bélico occidental a Ucrania va agotando la asistencia convencional en armas y pertrechos, sin intervenir en el teatro de la guerra con sus propios efectivos, bajo el paraguas que el armamento proporcionado a Kiev, no puede usarse para atacar objetivos en la geografía rusa. En lo inmediato, Inglaterra se anticipó a la concertación de la OTAN, que debería sellarse este viernes en la cumbre de Ramstein, en Alemania, como se ha dicho, mediante el anuncio del envío a Ucrania de 14 tanques de 66 toneladas, de fabricación británica (Challenger 2). Londres añadiría 30 cañones automotores AS-90.

Alemania, el cuatro exportador de armas en el mundo, y el más importante fabricante de tanques en Europa, con 2000 ejemplares vendidos en el mercado internacional de su modelo más conocido, el Leopard 2A4, de similar poder de fuego que los Challenger 2 ingleses, accedería finalmente a los reclamos de Kiev. Berlín autorizaría una cantidad de 23 unidades que podrían ser entregados directamente a Ucrania en el 2023, y una cantidad mayor cedidos simultáneamente por otros países de la región que tienen cantidades diversas por haberlos adquiridos con anterioridad (1), los cuales estarían dispuestos a tramitar las respectivas autorizaciones de Berlín para entregarlos a Ucrania.

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Entre tanto, Francia ha contribuido al esfuerzo de guerra ucraniano con baterías de misiles sol-aire Crotale, de un alcance de 13 km, y con lanzagranadas LRU, equivalentes a los Himars de Estados Unidos. A su vez, Paris ya cedió a Ucrania 18 cañones Ceasar, agregando 6 más ahora, junto a 20 vehículos blindados Bastion. Sin embargo, le falta definir si añadirá aportar a Ucrania en la presente coyuntura, algunos ejemplares de sus 222 tanques Leclerc, probablemente superiores a los Challenger 2 ingleses. Al tiempo se aguarda que Washington entregue a Kiev una primera remesa de los citados tanques Abrams, creados en 1981, de conocida participación en las guerras de Irak, Afganistán y Yemen.

En respuesta a la ofensiva occidental, el Kremlin ha reorganizando la jefatura de su dispositivo en la guerra, nombrando a Valérí Guerassimov, Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, al tiempo responsable de la « operación especial» en Ucrania. Confirmó a su vez a Sergei Shoigun, de origen civil ungido General por Vladimir Putin en 2003, sin haber hecho la carrera militar, convertido en ministro de Defensa en 2012, quien viene de anunciar el reclutamiento voluntario bajo contrato de 600.000 efectivos, con un sueldo de 2.625 euros mensuales, que se agregaran de aquí al 2026 a los 900.000 en vías de formación para combatir en Ucrania.

(1) Se trataría potencialmente de Canadá, Polonia, Dinamarca, Grecia, Eslovaquia, Holanda, Noruega, Chequia, Finlandia, Lituania, Austria, Suecia, Finlandia, España y Portugal.