A 5 años de los asesinatos que shockearon a Florida, "Deadpool Killer" espera en el corredor de la muerte

"Este caso se trató de matar por el simple hecho de matar". Esas fueron las palabras que utilizó Andreas Gardiner, fiscal estatal adjunto de Florida, para resumir los crímenes de Wade Wilson (30), apodado como el "Deadpool Killer". Tan solo un par de horas le bastaron al hombre para cometer una serie de delitos que culminaron con un doble femicidio el 7 octubre de 2019. De esa manera, tras ser condenado a la pena capital el pasado agosto, fue trasladado al corredor de la muerte.

Las víctimas fueron identificadas como Kristine Melton (35) y Diane Ruiz (43). Según la fiscal estatal adjunta Sara Miller, los asesinatos fueron "sorprendentemente malvados y viles", mientras que su colega Gardiner subrayó que "mató por matar". Además de los dos cargos de homicidio en primer grado, también fue sentenciado por hurto mayor, agresión, robo y hurto menor por estos incidentes.

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El primer hecho comenzó en la tarde del 6 de octubre, cuando el culpable, que en ese entonces tenía 25 años, conoció a Melton y su amiga Stephanie en un bar de música en vivo. Luego de que el local cerrara, los tres se fueron juntos a la casa de Jayson Shepard, donde permanecieron varias horas antes de irse por la mañana. Acto seguido, fueron a la casa de Melton en Cape Coral (Florida). “Ella se sentía atraída por él. Él parecía sentirse atraído por ella", explicó Stephanie en el juicio.

Después de que la mujer se fue, Wilson estranguló a la víctima mientras dormía en su cama y, posteriormente, robó su auto. El cuerpo de la joven fue descubierto al día siguiente en el interior de la vivienda. Según las autoridades, se encontraba atado y envuelto, a la par que presentaba signos de lucha provenientes de sus uñas rotas y hematomas internos y externos.

Horas más tarde, el culpable utilizó el auto de Melton para llevar a cabo su segundo crimen. Mientras estaba manejando, vio a Ruiz, bartender y madre de dos hijos, caminando por una calle de Cape Coral. Para atraerla hacia el vehículo, el hombre le preguntó cómo llegar a una escuela cercana. Sin embargo, cuando ella intentó escapar, él la atacó golpeándola y estrangulándola.

No obstante, notó que la víctima seguía con vida, por lo que la empujó fuera del vehículo y la atropelló entre 10 y 20 veces. "Dijo que la sacó del auto y se dio cuenta de que todavía respiraba", afirmó Stephen Testasecca, el padre de Wilson, a quien le confesó los asesinatos tras cometerlos. "Dijo que volvió a subirse al auto y la atropelló hasta que pareció espagueti", agregó.

El cuerpo de Ruiz fue encontrado tres días después en un campo detrás de un local de las tiendas Sam's Club. "Los buitres suelen volar en círculos sobre cadáveres y animales muertos", testificó el sargento Justin DeRosso. La mujer "tenía la cara amoratada" y "las uñas rotas", informó Gardiner. "La encontraron en un terreno baldío bajo unos arbustos. Tenía la nariz rota y casi una docena de costillas fracturadas", detalló.

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El ataque a su exnovia y la confesión a su padre: "Parece dulce, pero es un monstruo"

Después de ambos crímenes, Wilson condujo hasta Fort Myers en el auto de Melton y atacó a su exnovia Melissa "Mila" Montanez. En el juicio Montanez afirmó que estaba furiosa porque él se había llevado su vehículo la noche anterior y que simplemente quería recuperarlo. La discusión "escaló hasta llegar a insultos, agresión e intimidación", señaló.

Acto seguido, el hombre la golpeó y estranguló. Según declaró la víctima, el plan del asesino era matarla y luego quitarse la vida. "Tiene dos facetas: el Dr. Jekyll y el Sr. Hyde. Puede ser el tipo más dulce que hayas conocido en tu vida, pero también es un monstruo", expresó.

Minutos más tarde, Wilson huyó de Florida en el auto robado y condujo hasta Ohio, donde irrumpió en la casa de Fanny y Kent Amlin, una pareja de jubilados. Finalmente, fue arrestado el 8 de octubre dentro de la vivienda con varias bebidas alcohólicas y fue detenido sin derecho a fianza.

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Durante el juicio, que comenzó en 2022 luego de ser pospuesto en 2020 por la pandemia, el padre declaró que su hijo reconoció haber cometido los crímenes, a pesar de que se declaró inocente durante el proceso. Además, detalló que el joven ya había estado en prisión una vez y que era un adicto a las drogas.

"[Wilson] Dijo que fue a un bar. Conoció a una chica. Y se fue a casa con ella. Que pasaron un rato. Se durmieron. Y él se puso encima de ella. Y la estranguló hasta que murió. Dijo que se quedó en la casa durante la noche, tomó el cuerpo y lo envolvió en una alfombra. Iba a intentar meterla en su coche, pero pesaba demasiado, así que se fue del lugar", relató a los investigadores sobre el caso de Melton.

El asesino llamó una segunda vez durante la cena e indicó que necesitaba ayuda para salir de Fort Myers, ya que había hecho algo que no podía enmendar y que la gente no iba a recuperarse de eso. Esa noche, se volvió a comunicar con su padre con tercera vez. Ante la consulta sobre qué había pasado, el criminal contó los episodios en detalle.

Respecto al homicidio de Ruiz, le relató que estaba “conduciendo por la carretera y vio a una señora caminando. Ella le preguntó por direcciones. Él se detuvo y ella se subió al coche. Él extendió una mano mientras conducía y la estranguló”. “Pensó que estaba muerta y se dirigió a un bosque donde iba a poner su cuerpo”, pero cuando la sacó del auto notó que seguía con vida. “Me dijo que volvió al auto y la atropelló como si fuera espagueti. Salió y la llevó al bosque después de eso”, añadió.

La madrastra de Wilson escuchó toda la llamada. A raíz de la confesión, le contaron a un detective lo que había sucedido y le compartieron la ubicación del asesino. Cuando le preguntó a su hijo por qué llevó a cabo los crímenes, el hombre respondió: “No lo sé, papá. No sé por qué lo hice. Solo quería hacerlo”.

Testasecca inicialmente creyó que su hijo le estaba contando una "historia", ya que "es un buen narrador", pero después de otra llamada telefónica se dio cuenta de que estaba diciendo la verdad. "Estaba emocionado. Quería que yo sintiera lo mismo que él... lo habría hecho otra vez", aseguró el padre. 

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El planteo sobre la salud mental del "Deadpool Killer": trastorno psicótico y consumo de drogas

En noviembre de 2019, un jurado acusó a Wilson de dos cargos de agresión, un cargo de robo en una vivienda y un cargo de hurto menor. Además de ser pospuesto por la pandemia, el juicio se retrasó aún más debido a que la ley de Florida cambió la pena de muerte, que pasó de tener que ser unánime a que bastara con que ocho de los doce jurados aceptaran la sanción. Por ese motivo, la defensa argumentó que su cliente debería ser juzgado según las antiguas directrices, ya que aún no se había modificado cuando fue arrestado. Sin embargo, no hicieron lugar al planteo y el proceso inició en 2022.

Los abogados del hombre intentaron argumentar durante el juicio que tenía una "mente enferma" y la "enfermedad de la adicción a las drogas". "No estoy argumentando que haya habido locura, estoy argumentando que el estado está alegando premeditación, estoy argumentando que está loco por todo esto", expresó el abogado Lee Hollander al tribunal. En esa línea, llamado por sus letrados, el psiquiatra forense Mark Mills afirmó que Wilson padecía "algún tipo de trastorno psicótico".

En sintonía con su análisis, el neurólogo Mark Rubino testificó que las exploraciones cerebrales recientes realizadas al homicida indicaron un traumatismo cerebral, incluido un "deterioro" de la memoria a corto plazo junto con "problemas cognitivos y emocionales en el contexto de una enfermedad psiquiátrica".

Sobre los golpes, el culpable explicó que estuvo en dos accidentes automovilísticos, además de haber sufrido dos conmociones cerebrales por jugar al fútbol y al béisbol en la secundaria. "Como resultado de sus heridas en la cabeza, Wilson sufrió algo, además de una enfermedad psiquiátrica, por lo que su comportamiento se explica por sus heridas en la cabeza: su impulsividad, su emoción abrumadora que se activa sin ningún tipo de control y equilibrio por parte del lóbulo frontal", concluyó el especialista.

Asimismo, realizó una serie de pruebas para examinar al hombre, lo que fue "difícil" debido a que el convicto estaba inmovilizado. También habló con él sobre su infancia, siendo que el criminal sostuvo que "estuvo bien hasta los 11 años aproximadamente, hasta que les dijo a sus padres que pensaba que se estaba volviendo loco".

Por su parte, el neuropsicólogo Hyman Eisenstein prestó testimonio, afirmando que al asesino se le diagnosticó depresión, ansiedad, trastorno bipolar, trastorno esquizoafectivo y otras afecciones de salud mental. Además, señaló que Wilson tiene un deterioro neurocognitivo, lo que indica que su cerebro no funciona como el de una persona normal y sana.

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Sin embargo, el psicólogo forense Michael Herkov argumentó que no había pruebas suficientes para respaldar un diagnóstico de trastorno psicótico. En cambio, sugirió que el extenso historial de abuso de drogas de Wilson, tanto documentado como autoinformado, era una explicación más plausible de los delirios y el comportamiento delictivo recurrente del asesino.

De esa manera, la fiscal Miller planteó al jurado: "No es creíble que una enfermedad mental haya llevado al acusado a asesinar a Kristine Melton y Diane Ruiz. Estaba bajo la influencia del poder, de la lujuria, del control, del odio". "Ambos asesinatos fueron especialmente atroces y crueles. Le causó dolor y mostró una absoluta indiferencia hacia la vida de Melton", sentenció.

Los testimonios y la llamada a su exnovia: "No respeta a las mujeres ni a la vida"

Una de las declaraciones en el juicio fue la Montanez, la expareja de Wilson. “Sabía que iba a morir ese día. Sólo estaba ganando tiempo”, expresó, haciendo referencia al ataque luego de los crímenes. En tanto, Amy Slobodzian, testigo de la agresión, describió que el hombre "simplemente la estaba arrastrando y golpeando”, ante lo que el asesino se encogió de hombros. Según los medios locales, el hombre estuvo impasible durante las declaraciones, pero mostró un cambio en su actitud cuando su exnovia subió al estrado.

Por su parte, el hijo menor de Ruiz, Zane Romero, de 19 años, habló sobre el impacto del crimen. “Yo estaba en la banda de música y la semana anterior, ella me dijo lo emocionada que estaba de ir a verme actuar en ese partido de fútbol del fin de semana”, contó. “Habría sido la primera vez que me veía actuar porque ese era mi primer año en esa banda de música. Ella nunca llegó a verme actuar y yo nunca tuve la experiencia de verla entre el público”, expresó.

"Este es un hombre que no respeta a las mujeres, que no respeta la vida. Cuando le preguntaron por Mila y por haberla matado, dijo que había demasiada gente alrededor. ‘Probablemente yo también la habría matado’. En sus propias palabras, para las fuerzas del orden, él era un león y ellos eran la presa", sostuvo la fiscal Miller.

“Este caso nunca fue sobre el Sr. Wilson. Es sobre lo que Wade Wilson le hizo a Kristine Melton y Diane Ruiz”, añadió su colega Gardiner. “Y no se equivoquen al respecto. A pesar de su fanfarronería, su jactancia y la emoción que quiere sentir, este caso no fue más que una exhibición gráfica y vulgar de poder”, manifestó.

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Durante el juicio también se supo que, poco después de ser detenido en octubre de 2019, Wilson llamó a Montanez desde la cárcel y le aseguró que no deseaba matarla. En la conversación, el hombre le dijo a su entonces novia que "la cagó muy mal", pero ella lo enfrentó: "Mataste a dos personas, ¿por qué no te arrepientes en absoluto?"

Sumado a esto, mencionó que Ruiz era madre de un niño de 5 años al momento de los hechos, por lo que lo comparó con su propia situación debido a que tiene un hijo. "Mila, nunca serías tú. Tienes que entender lo que te estoy diciendo", le prometió Wilson, para luego pedirle que "supere" lo sucedido.

"Pienso en esto todos los días", manifestó el hombre. "Quiero morir. Así de malo es esto. No es algo aceptable para mí, Mila". De manera casi reprensiva, Mila expresó: "No puedes matar a la gente, Wade". A lo que él respondió: "Lo sé". En tanto, el homicida culpó a "esa mierda de metanfetamina" que lo convirtió "en un maldito asesino".

La condena a pena de muerte, el fin a "cinco años de agonía"

Después de los dos días de declaraciones de testigos, la publicación de las imágenes de la cámara corporal de Wilson antes de su arresto y el relato de su padre, el jurado decidió, el 12 de junio de 2024, declararlo culpable de los seis cargos: agresión, hurto mayor de un vehículo de motor, hurto menor en primer grado, robo de una vivienda y los asesinato en primer grado de Melton y Ruiz. Al momento de conocer su veredicto, el homicida mostró una expresión fría e inmóvil, indicaron medios locales.

Respecto a la pena, más de los 8 miembros del jurado de los 12 recomendados recomendaron la pena de muerte para Wilson (9 por el crimen de Melton y 10 por el de Ruiz). En tanto, el juez Nicholas Thompson impuso dos sentencias de muerte, aunque primero tendrá que resolver otros cargos pendientes de los que se le acusa. Su defensa apeló la pena argumentando que violó los derechos constitucionales, por lo que solicitó un nuevo juicio alegando cambios en la legislación.

No obstante, cuando el magistrado preguntó si había otros asuntos que discutir antes de la desestimación, un miembro del equipo de defensa del asesino tomó la palabra para informar de la última petición de su cliente. "Entiendo que tiene otros casos pendientes aquí y en otros lugares... pero el señor Wilson me pidió que le pidiera al tribunal, con la autoridad que tenga, que lo llevara al corredor de la muerte lo antes posible", indicó el abogado.

Una vez que la Corte Suprema de Florida confirme la pena, el "Deadpool Killer" tendrá que elegir entre dos métodos de ejecución: la inyección letal (utilizada por defecto) o la muerte por electrocución. Si opta por el segundo procedimiento, debe entregar una solicitud por escrito de electrocución al director de la prisión dentro de los 30 días.

Las ejecuciones en Florida (mediante inyección letal y silla eléctrica) se llevan a cabo en la cámara de ejecución de la Prisión Estatal de Florida en Raiford. El verdugo, a quien la ley le da la posibilidad de permanecer bajo anonimato, es un ciudadano particular al que se le paga 150 dólares por ejecución.

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Durante una conferencia de prensa inmediatamente después de la sentencia, la fiscal estatal Amira Fox sostuvo que, durante sus 34 años de carrera, "nunca he visto a alguien tan malvado como Wade Wilson, y nunca me ha sorprendido tanto ver a algunas personas en la comunidad que realmente piensan que es una buena idea apoyar a alguien tan malvado y monstruoso".

Por su parte, los familiares de las víctimas prometieron que volverían a ver al culpable en su ejecución, tras haberles hecho pasar por "cinco años de agonía". "No pude decirle que la amo", lamentó el padre de Ruiz entre lágrimas luego de escuchar el veredicto. "Esta no será la última vez que Wade Wilson nos vea en un tribunal", añadió Samantha, la prima de Melton.

Mientras tanto, los fiscales declararon que Wilson ahora será solo un número en el Departamento de Correcciones de Florida, a la espera de la muerte. "No es un ídolo", afirmaron, en referencia al hecho de que el asesino cosechó una especie de "club de fans", que solicitaron al juez que revea el fallo de la pena de muerte y le salve la vida.

La vida en prisión: tatuajes, problemas con drogas y cartas de fanáticas

Wilson se encuentra detenido desde 2019. Durante los cinco años que lleva tras las rejas, el hombre aumentó la cantidad de tatuajes en su cuerpo. Mientras que en su primera foto policial se lo ve con múltiples tatuajes en el cuello, incluido uno que dice "criado para la guerra", cuando apareció ante el tribunal había añadido otros en su cara, siendo el más notable una esvástica debajo de su ojo.

Los nuevos diseños incluyen la palabra "gloria" grabada en su sien derecha y una sonrisa que imita la del Joker, que se extiende desde cada esquina de su boca. En tanto, en el lado izquierdo de su rostro, tiene un sombreado extenso como un esqueleto, así como las palabras "Ha Ha Ha", otra referencia al villano de Batman. También tiene puntos de sutura tatuados alrededor de toda la boca.

Antes de su juicio, el equipo legal de Wilson presentó una moción para permitir que su cliente cubra sus tatuajes que podrían ser “objetables para los miembros del posible jurado”. Si bien sus abogados ganaron la moción, la mayoría fueron visibles durante la selección del jurado y el juicio.

Wilson también enfrenta cargos adicionales derivados de dos incidentes separados mientras estuvo encarcelado por los asesinatos de Melton y Ruiz. Uno de ellos ocurrió el 30 de septiembre de 2020, cuando el hombre y su compañero de celda, Joseph Katz, habrían intentado escapar de la cárcel del condado de Lee.

En ese sentido, las autoridades registraron su celda y encontraron que se había quitado el marco de metal de la ventana, así como varias grietas en el grueso vidrio de seguridad. También se había sacado un taburete de metal que previamente había estado atornillado al piso de concreto. Los detectives determinaron que el asesino era el autor intelectual y lo acusaron de intento de fuga y daños criminales.

Sumado a esto, Wilson, junto con otras cinco personas, fueron acusados por cargos relacionados con drogas el 20 de abril de 2023. Al respecto, un perro policía encontró dos bolsas de drogas en el área de recepción de la cárcel. Los paquetes dieron positivo en la prueba de metanfetamina y además contenían cigarrillos sueltos, presuntos narcóticos, encendedores y pastillas.

En ese caso, los funcionarios revisaron las llamadas telefónicas grabadas de los reclusos y descubrieron que el "Deadpool Killer" habló con alguien llamada Bonnie Wiggins sobre narcóticos. Por ese motivo, los agentes realizaron una investigación encubierta en la que vigilaron a Wiggins y a otros tres sospechosos fuera de la cárcel, la cual culminó con seis arrestos.

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El asesino se declaró nolo contendere [N. de R.: no negó ni afirmó las acusaciones] por contrabando de drogas en prisión, a cambio de que se retiraran los cargos relacionados con el presunto intento de fuga. De esa manera, deberá pagar una multa y fue condenado a doce años de prisión, que se cumplirán simultáneamente con su pena de muerte.

Además de los tatuajes y los problemas legales, la vida tras las rejas del homicida incluyó un "club de fans". Según trascendió, Wilson recibió casi 4.000 mensajes de apoyo y hasta más de 200 fotos íntimas dedicadas a él, siendo que las autoridades tuvieron que rechazar 163 imágenes por su contenido “inapropiado”. En paralelo, se crearon sitios web para pronunciarse a favor de él en las causas, juntar firmas y recaudar de fondos para su liberación.

Asimismo, cientos de mujeres y otros partidarios inundaron los medios locales pidiéndole al juez Thomson que le perdone la vida al femicida. Una mujer incluso prometió su eterna devoción al asesino sociópata, según informó el medio WINK. Sumado a esto, una madre de dos hijos justificó al hombre advirtiendo que es una persona diferente cuando toma medicamentos. “Si miras más allá de sus tatuajes y observas la estructura de su rostro, desde que está en prisión y medicado está más saludable, su rostro está más lleno en comparación con su foto de arresto donde su rostro está demacrado, pálido y parece poco saludable”, escribió.