‘Jardines Salvajes’

“Son personas que podés encontrarte en la vida”

Protagonizada por Viviana Puerta, Carlos Portaluppi, Micaela Vázquez y Nazareno Casero, llega la obra que se suma a la amplia oferta teatral en la avenida Corrientes: una nueva comedia popular con final bastante sorpresivo.

Reunidos. La comedia en plena avenida Corrientes es una adaptación de un éxito de Broadway. Foto: GZA. SOY PRENSA

Se conocerá en Buenos Aires –por primera vez– un texto dramático de la escritora latina norteamericana Karen Zacarías. Desde el 12 de junio a la cartelera teatral porteña se suma Jardines salvajes, nueva comedia con adaptación y dirección de Ricardo Hornos. Un espectáculo donde dos matrimonios se sacarán chispas disputándose no sólo un jardín sino también miradas diferentes, sobre muy distintos temas. Ellos están interpretados Carlos Portaluppi y Vivi Puerta y en el otro la dupla es Mica Vázquez y Nazareno Casero. Irán de miércoles a domingo en el escenario de Multiteatro Comafi, con dos funciones los días sábados.

—¿Qué características particulares tiene esta comedia?

PORTALUPPI: Es muy inteligente. La adaptación que hizo Ricardo (Hornos) quien además la dirige es impecable. La obra en el 2022 fue la más producida en Estados Unidos. Estas dos parejas se van a encontrar con una diferencia generacional en cuanto a la manera de pensar, de ver la vida, discutirla y cómo afrontar sus conflictos. Cada uno sostiene sus convicciones. Mi personaje tiene una gran pasión, que es la jardinería, esta ocupación lo sostiene cotidianamente y lo hace vivir plenamente feliz.

PUERTA: En Jardines salvajes aparece lo lúdico, lo divertido y es como volver a un eterno juego. Aquí no me siento identificada en su totalidad con mi protagonista, eso justamente me atrapa y me seduce. Alguien que tiene un pensamiento tan estructurado o no tan moderno sobre algunos temas me resulta un desafío. Me gusta mucho hacer comedia y me siento cómoda, pero también hice dramas. Durante casi dos años integré el elenco de Un enemigo del pueblo y era muy intenso lo que pasaba, tanto con mi personaje como con el público. 

VÁZQUEZ: Hace mucho que no hacía teatro y tenía ganas de volver. El texto es espectacular y el elenco me encanta. Quise volver a actuar de miércoles a domingo en la avenida Corrientes. Es una comedia con un final muy inesperado y eso también me divierte. No es usual que se genere el factor sorpresa. Creo que propone una diferencia con toda la oferta de teatro que hay.

CASERO: Cuando me llegó el libro me gustó hacia donde apuntaba y también me divertía. Es una comedia, hecha desde la producción con mucha seriedad. Necesitaba hacer teatro como entrenamiento, porque se pone el cuerpo de una manera diferente. Uno a veces toma vicios del cine o de la televisión, pero el escenario va por otro lado. En estos tiempos que corren donde todo se puede hacer o mejorar con inteligencia artificial el teatro sigue siendo artesanal. 

—La obra juega con una grieta, la generacional. ¿Tiene que ver con nosotros, los argentinos? 

 PORTALUPPI: Sí, claro, siempre está ahí la Argentina. Desde hace mucho tiempo la grieta existe en el país. No es sólo en la obra, con mayor o menor intensidad, con escalas, con descenso, pero me parece que tiene un poco que ver con el pensar diferente. El pensamiento propio, que no es único. Todos tenemos nuestra manera de reflexionar y está bien, que así lo sea, si no sería muy aburrido. Lo importante es encontrar un consenso, un punto de equilibrio que nos permita a todos poder vivir y convivir con lo que uno desea, dando espacio al otro. 

PUERTA: Lo generacional va más allá de lo ideológico. Yo no pienso igual que mis padres y son mis padres. Seguramente esta brecha ya la tengo con mis hijos. Hay que aprender del que piensa distinto. Estamos en constante evolución y tratando de sumarnos a los nuevos cambios, con mucha paciencia. Nosotros fuimos criados distintos, somos otra generación, ni la de nuestros padres, de la de nuestros hijos.  Hay que estar atentos a las necesidades de todos, para enseñarles o al revés.

C: Trato de contemplar y de alguna manera busco la concordia, porque me doy cuenta que hay que ser flexibles. En lo personal busco de no chocar con alguien que vivió en otra época y que tiene otra manera de concebir el mundo. Ponerme a confrontar con alguien que tiene otra información sería un error. Creo que la diferencia generacional es buena si nos darnos cuenta que el mundo está en un constante cambio, por lo cual las personas tienen diferentes necesidades por la época y por sus vivencias. Todo lo que sucede es real, desde los textos hasta los personajes, pueden estar corridos un poco más o un poco menos, pero son personas que podés encontrarte en la vida. Esta problemática no solamente la podés encontrar en tu casa, sino entre países, ciudades o culturas. Te ponés a competir con tu vecino, que puede ser tu hermano, tu amigo, tu primo, de golpe hay un conflicto y pasa a ser una especie de enemigo. 

V: Mi personaje es una psicóloga que está embarazada y es un estado de ensoñación. Son una pareja joven que es lo opuesto de la otra.

—¿Cómo viven desde el escenario la risa del público? ¿Están pendientes de la recepción?

PUERTA: La siento como un abrazo. Es maravilloso, porque te reafirma tu personaje, el texto y te indica que vas por buen camino. A nosotras con Madres nos pasa, aunque es otro tipo de comedia.

PORTALUPPI: Es un momento de plenitud, realmente maravilloso sentir que uno está respirando con el público. Ahí es donde está el hecho teatral. También lo es el silencio.  El problema está cuando suena un teléfono o se escucha un papelito de caramelo, se percibe ese movimiento. Uno es actor, se habla de la cuarta pared pero tenemos una visión periférica que nos permite ver más allá, aunque estés concentrado. Si alguien saca el celular, se ve el reflejo, que te distrae en la oscuridad.

PUERTA: Es un fenómeno social porque pareciera que lo más importante es lo que está sucediendo afuera y no donde está tu tiempo presente.

C: La risa es algo muy genuino y es casi es muy difícil de provocar. Me parece un gran premio, cuando vos estás haciendo una comedia que el público se ría y se divierta. Además es un termómetro.

V: La risa también te modifica inevitablemente. Es un poco prueba y error, pero lo lindo de hacer una comedia es que te cambia el estado, tanto a nosotros como al público.

—¿Qué piensan de la actual cartelera teatral en la avenida Corrientes?

PORTALUPPI: En mi caso vengo haciendo teatro hace mucho tiempo... (N.d.R: Acaba de bajar Votemos, donde integraba el elenco). Para mí es la felicidad poder actuar y vivir de lo que me gusta. Seguir contando historias. No hay jubilación para mí. Creo que el escenario es la madre de todo y el lugar donde más cómodo me siento. Poder llegar al espectador en la inmediatez, la ida y vuelta. Nuestro teatro en la Argentina siempre fue muy potente, hay quinientas propuestas los días viernes. 

PUERTA: También hace muchos años que trabajo en teatro si bien también estuve en televisión me parece que los medios cambiaron, porque el mundo cambió. Después tenemos lo puntual de nuestra coyuntura. Creo que hay que ir adaptándose y los actores tenemos mucha adaptabilidad sobre todo los argentinos, en ese sentido podemos navegar en aguas oscuras y espesas. Además creo mucho en la autogestión.Es muy bueno que haya tanta oferta teatral y que la gente pueda elegir lo que tiene ganas de ver.

C: Me parece excelente para el público que tenga la posibilidad de poder optar entre muchas propuestas. El arte tiene algo particular, no puede medirse, al ser tan subjetivo hay gustos para todos.

V: Para nosotros como actores es bueno que haya trabajo para todos. No estamos mirando al del teatro de al lado. Nos enfocamos en lo nuestro y que el público tenga para elegir.