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La historia real de “Monstruos”, los hermanos asesinos Lyle y Erik Menéndez que inspiraron una nueva serie de Netflix

Los Menéndez asesinaron a sangre fría a sus padres en 1989. ¿Lo hicieron por la fortuna familiar o para librarse de años de abusos? Mirá cómo fue el caso.

Lyle y Erik Menéndez Foto: Cedoc

Dos hermanos, un brutal parricidio y un móvil misterioso. Así se desarrolla la historia real de Lyle y Erik Menéndez, quienes en 1989 asesinaron a sus padres en su mansión de Beverly Hills. El caso captó rápidamente la atención mediática a nivel mundial, no solo por la violencia del crimen, sino también por la confesión de los hermanos y las preguntas sobre si actuaron por codicia o para liberarse de años de abuso. Recientemente, Netflix estrenó "Monstruos", una serie inspirada en este caso que reavivó el debate público a su alrededor.

Los creadores del éxito “Dahmer”, Ryan Murphy e Ian Brennan, volvieron a la pantalla chica con una continuación de sus ficciones antológicas sobre true crimes. Se trata de “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez”, un proyecto que revive el estremecedor caso de los reconocidos hermanos, quienes fueron condenados en 1996 por el asesinato de sus padres.

La serie explora la historia de los Menéndez, desde su vida con sus padres hasta el juicio por su asesinato. Se muestra la aparente perfección y lujo que rodeaba a la familia, en contraste con los abusos y la violencia que sufrieron los jóvenes. Además, se puede ver la fatídica madrugada de 1989 en la que Lyle y Erik ingresaron armados a su mansión y dispararon contra José y Mary Louise, y cómo sobrellevaron el juicio posteriormente. 

"Monstruos", la nueva serie de Netflix basada en la historia real de los hermanos asesinos Lyle y Erik Menéndez

“Monstruos”: la verdadera historia del crimen de Lyle y Eric Menéndez

La madrugada del 20 de agosto de 1989, los hermanos Lyle y Erik Menéndez irrumpieron en el hogar de sus padres, José y Mary Louise “Kitty” Menéndez, ubicado en una exclusiva zona de Beverly Hills, Estados Unidos. Con escopetas en mano, dispararon brutalmente contra sus padres mientras estos veían televisión en la sala de su mansión. José, un ejecutivo de Hollywood, recibió seis balazos y Kitty, una reconocida figura social, diez, ambos murieron en el acto.

Lo que siguió fue un intento fallido de encubrimiento por parte de los hermanos. Llamaron al 911, fingieron haber descubierto el crimen y mostraron una aparente conmoción. Sin embargo, el comportamiento de Lyle y Erik en las semanas posteriores levantó sospechas entre los investigadores, ya que comenzaron a gastar grandes cantidades de dinero, comprando autos de lujo, relojes caros y viajando por todo el país.

La clave del caso llegó cuando Erik, en una sesión con su psicólogo, confesó haber matado a sus padres junto a su hermano. La declaración se filtró y ambos fueron arrestados en marzo de 1990. A partir de ese momento, el juicio contra los Menéndez se transformó en un espectáculo mediático que mantuvo a todo Estados Unidos pendiente del televisor.

Fotografías policiales de los hermanos Menéndez en la cárcel en 2023.

¿Asesinos o víctimas?: el juicio contra los hermanos Menéndez

El juicio de los Menéndez fue uno de los primeros en ser transmitidos en vivo, atrayendo una audiencia masiva. Durante su transcurso, los hermanos alegaron que el asesinato fue un acto de autodefensa luego de años de abusos físicos, emocionales y sexuales por parte de su padre, José Menéndez. Según su versión, temían que sus padres los mataran si no actuaban primero. La defensa fue contundente, pero la fiscalía sostuvo que los hermanos mataron a sus padres para heredar su vasta fortuna.

Las dos narrativas del caso dejaron al país dividido. Para algunos, los Menéndez eran fríos asesinos que planearon meticulosamente el crimen para vivir una vida de lujo. Para otros, eran víctimas de un sistema familiar tóxico que finalmente los llevó al borde del colapso. Esta dualidad es uno de los factores que mantuvo vivo el interés en el caso durante más de tres décadas.

Sin embargo, el veredicto final llegó en 1996, cuando ambos hermanos fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. A pesar de las apelaciones, sus condenas nunca fueron revisadas, lo que alimentó el debate en torno a si se les dio la oportunidad de una defensa justa o si, por el contrario, el sistema legal ignoró las alegaciones de abuso.

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Además, las autoridades los enviaron a prisiones separadas por el riesgo de que al estar juntos planearan escaparse. Sin embargo, los hermanos se escribían cartas y jugaban ajedrez enviando sus movimientos por ese medio, hasta que en 2018 pudieron reencontrarse, después de 22 años, en la instalación correccional RJ Donovan de San Diego.

La fascinación por el true crime: los Menéndez volvieron a la pantalla

La sentencia no logró poner fin al interés público en el caso, que siguió siendo tema de documentales, libros y programas de televisión durante décadas. Series de televisión como "La Ley y el Orden" y "American Crime Story" abordaron temas similares, inspirándose en el caso para explorar la complejidad de las relaciones familiares y los crímenes violentos.

Más de 30 años después, el caso de los hermanos Menéndez aterrizó en la plataforma de Netflix con el estreno de la serie "Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez", una producción de Ryan Murphy que revive el caso desde una nueva perspectiva, poniendo el foco en las supuestas dinámicas familiares abusivas. La serie reavivó el debate sobre si los hermanos son culpables o, como ellos alegan, víctimas de un entorno tóxico y abusivo.