ENTREVISTA

Clases de Tango en actividades de Team building

Adrian Luna nos cuenta sobre los múltiples beneficios de combinar el coaching ontológico con el Tango Argentino.

Adrián Luna, tanguero y coach ontológico Foto: Adrián Luna

“Tango que me hiciste mal y sin embargo, te quiero” dice la letra de Enrique Maroni y algo de eso sintió Adrián Luna quien luego de “sacarle viruta al piso” en un grupo tanguero en su Carlos Casares natal decidió venir a Buenos Aires. Pero la expectativa pronto se estrelló contra la realidad. Descubrió que no sabía “marcar” es decir que no podía bailar socialmente en una milonga. 

Hoy admite con humor que ese mal paso fue una experiencia traumática para su orgullo. Pero como un tropezón no es caída y menos en el tango, decidió continuar su aprendizaje. No fue fácil. Nacido en 1981, pronto vivenció que esa danza que la generación de sus abuelos aprendía casi de forma natural, a fin de siglo XX costaba aprender entre jóvenes y no tan jóvenes. 

Consciente de los beneficios que aporta el dos por cuatro, decidió amalgamar su experiencia como bailarín con una carrera que le permitiera facilitar la comunicación para transmitirle a las personas no solo conocimientos sobre la técnica, sino que además pudieran aprovechar el potencial que tiene esta actividad en muchos niveles.

Team Building y Tango

 

Convencido de que comunicar y bailar, ambos pueden ser conceptos complementarios, se anotó en la escuela de Coaching Ontológico. Los resultados fueron inmediatos, en diciembre de 2015 se recibió y en febrero de 2016 ya le habían enviado los pasajes para dar un primer taller en Holanda.  Dos años después editó su libro “Ensayo sobre el arte de abrazar personas”. Se vendieron copias en distintos países tanto que cuando viajó a Perth, Australia lo esperaban para firmar ejemplares comprados en una plataforma online. 

Si alguno pensaba que bailar tango no es para todos, Luna se encargó de desmentirlo. Trabajó con hábiles bailarines, pero también con niños de primaria, con empresas, con personas en neuro-rehabilitación, con no videntes, adultos mayores, centros culturales municipales y alumnos particulares de casi todo el mundo.

Adrián se define como “un apasionado por el aprendizaje” lo que le permitió desde aprender a hablar en inglés por su cuenta, realizar páginas web, editar un libro o instalar un motor para presurizar el agua. Entre tantas actividades e inquietudes el tango es lo que está presente en todo momento. Es que para Luna no es solo un baile o un ritmo musical, sino una fuerza vital que mejora lazos, potencia habilidades y en suma, mejora la vida.

 

El tango argentino sigue siendo un furor a nivel mundial, ¿cuál es el secreto de su vigencia?

Es que el tango nos sorprende día a día con sus beneficios, es como un universo al que lo vamos descubriendo a través de la práctica. Cada uno lo transita desde un lugar muy personal y creo que tiene una infinita cantidad de niveles de profundidad. Por ejemplo, yo lo veo desde el Coaching Ontológico y el desarrollo personal pero cada uno lo ve desde su propia lente, si le hacés la misma pregunta a un médico seguramente te va a hablar de las ventajas del tango en términos de salud.  

 

¿Cómo es eso de que el tango puede mejorar las relaciones laborales?

El tango como danza social tiene a la comunicación como elemento central permitiéndonos, en un espacio neutral y divertido detectar aquellos patrones limitantes en el desempeño y desarrollo de equipos. La naturaleza de esta danza está basada en la retroalimentación (en tiempo real) entre los bailarines y el entorno, lo que hace que el feedback sea inmediato, evidente y basado en hechos concretos que afectan el fluir de la dinámica. 

Una clase de Tango es una herramienta versátil con la cual se pueden trabajar distintos tipos de objetivos y donde es simple definir los factores “observables” que luego nos van a permitir hacer un análisis para una potencial mejora de los mismos. Conceptos como: Cooperación / Sinergia / Compromiso / Generosidad / Adaptabilidad al cambio surgen espontáneamente durante los encuentros. 

En las actividades de Team building hace años que se conocen los beneficios de generar espacios de diversión, generalmente con juegos como escenario ideal para trabajar la cohesión grupal. En nuestro caso no solo tienen el componente “lúdico” sino que también se integra de manera explícita el aspecto físico y motriz, el lenguaje corporal y la comunicación no verbal entre otras cosas que se pueden tener en cuenta al diseñar las dinámicas. 

Esta forma de trabajar con las relaciones pone en evidencia nuestra forma de aprender, comunicarnos y manejarnos en la incertidumbre. Vale aclarar que, al ser una danza social, hay cosas que están dentro del rango de lo que podemos manejar, pero hay otros factores que no dependen de nosotros. Es en este tipo de escenarios -en apariencia inocentes- que se ponen de manifiesto aspectos de las personas que también afloran en circunstancias similares en “la vida real”.  Sin embargo, nuestro disclaimer reza que: “Cualquier parecido con la vida real es pura coincidencia”.

Tango Argentino

¿Cómo es la dinámica de las clases? ¿Se hacen por grupos o los empleados bailan incluso con sus jefes?

Una característica de las clases de Tango es la horizontalidad en términos de jerarquías, donde las parejas tienen roles opuestos y complementarios para poder fluir con “el todo”. Esto lo hemos podido chequear tanto trabajando con empresas como con niños en la escuela primaria. La dinámica se puede planificar con empleados del mismo nivel jerárquico que en sus tareas habituales están acostumbrados a coordinar entre sí. Es en estos casos donde generalmente lo que se observa son los patrones en la comunicación de todos los participantes con un objetivo de “Team development”. En otros casos, los participantes son de niveles mixtos o de distintos departamentos de la misma empresa donde la actividad también puede prepararse como “Team bonding” y se observa el flujo en la comunicación entre personas con distintas funciones y posiciones dentro de la organización. 

El espacio generado en una clase de Tango es un espacio de igualdad. Esto requiere de mucha observación y habilidad por parte del profesional que facilita la dinámica. Para muchas personas es un gran desafío sentir que, al menos en este contexto, solo cuentan con los elementos más básicos de la comunicación para coordinar en conjunto.
 

Adrián Luna

¿Cómo se trabaja para que un grupo, que se relaciona laboralmente, se anime a una actividad más corporal? Sobre todo, en la gente más grande…

Esto es muy interesante, recuerdo que estando en Europa pocos días antes de tener una dinámica, recibí el llamado de la gerente de una de las empresas algo preocupada porque no se imaginaba como podía suceder “eso de bailar Tango con compañeros de trabajo”, y diciéndome que en ese país la gente era “distinta”. Ante eso, mi respuesta fue primero agradecer la honestidad por plantearlo y reconocí que es un temor muy válido pero lo cierto es que la participación siempre es voluntaria y el objetivo de la dinámica de tango no es que salgan de ahí siendo bailarines ni tampoco el hacer un show con saltos acrobáticos, sino que la idea es poder divertirse mientras se coordinan acciones en un espacio común y con reglas claras. Eso es todo. 

Por otro lado, creo que todavía hay un estereotipo muy arraigado y que todos compartimos un poco, donde nos parece que para bailar Tango tenemos usar medias de red, o llevar el sombrero “requintado” como hace 100 años en los arrabales algo que definitivamente no es así.
 

¿Dónde se lleva a cabo esta experiencia? ¿En las oficinas donde se trabaja? ¿Al aire libre? 

En tanto tengamos disponible un piso liso y sin obstáculos, es una actividad que puede darse tanto en lugares cerrados como a cielo abierto. Por ejemplo, la experiencia outdoor con MIAP – Message in a Photo – en Países Bajos, nos demostró lo útil de este tipo de dinámicas como “Icebreaker” permitiendo que personas que no se conocían pudieran romper el hielo de una forma divertida y comenzar a coordinar diferentes tipos de acciones en un espacio de aprendizaje compartido.

 

Es cierto que el cerebro no tiene compartimentos, pero ¿cómo fue esa primera vez que uniste tus dos conocimientos, el tango y el Coach Ontológico, para descubrir este método de mejoramiento en team building?

En realidad, yo comienzo bailando tango, lo hago desde el año 1996 y dados los obstáculos que tuve que superar en mi camino con el tango decidí encontrar una carrera que me permita combinar mis dos pasiones para poder ofrecer una mirada integradora del Tango y facilitar su aprendizaje. 

En el 2014 comencé la carrera de Coaching Ontológico con el propósito específico de fusionar los beneficios de ambas disciplinas en las cuales, me parece, que todavía hay mucho espacio de investigación y desarrollo. Afortunadamente y usando tu analogía, creo que encontré una forma de trabajo extraordinaria donde sí o sí, es necesario utilizar “los dos hemisferios cerebrales” al mismo tiempo. Este es el punto clave ya que a veces nuestra actividad cotidiana tiene claramente separados los momentos de pensamiento lineal / racional de los momentos que estamos en actividad física o de carácter artístico.

El aprendizaje del Tango danza puede ser lineal / racional hasta alcanzar cierto nivel, pero tarde o temprano encontraremos un obstáculo, que no se distingue de forma clara. Es por eso que ya no alcanza con “mirar y copiar” al maestro. Es en este punto donde hay un alto valor agregado aportado desde el Coaching Ontológico ya que aquí no es una cuestión de aconsejar lo que es mejor sino de trabajar sobre los aspectos sutiles, los valores y creencias que cada uno tiene a través de la reflexión y los desafíos que le propone el profesional del coaching.

 

¿Tuviste experiencias en otros países en los que se hayan interesado en este método?

Sí, en abril de 2016 recibimos la invitación para llevar a Ámsterdam nuestra primera versión del workshop: “Tango as a mirror”. Durante esos 15 días de abril la aceptación fue extraordinaria así que nos invitaron para volver ese mismo año con el mismo taller. Esta vez en septiembre y por un mes donde entre los eventos en los que participamos, nos pidieron también dar una conferencia en la Universidad de Negocios Nyenrode para compartir nuestra experiencia y hablar del Tango como metáfora en el mundo de los negocios. Luego de nuestra exposición el Profesor Paul de Blot, nos envió una fantástica devolución.  

 

¿Y qué decía la carta?

Una parte señalaba: “El sorprendente baile de tango de Adrián Luna fue una revelación de la riqueza del tango argentino para expresar la dinámica de una organización. Nos dejó ver y sentir la vida humana de una organización, no por una interpretación racional sino por un sentimiento interior de la intuición espiritual de su corazón. Fue la experiencia de una meditación espiritual sobre la riqueza interior de una buena gestión humana, y estamos muy agradecidos por esta experiencia tanguera desde Argentina. También me di cuenta de que la danza es también una expresión cultural característica del sistema de valores de un país. Introducir la danza en la educación gerencial es también una riqueza en la comprensión cultural de cada uno. Estamos muy agradecidos por su contribución espiritual a nuestras conferencias sobre gestión”. Paul de Blot SJ Prof. Universidad de Negocios Nyenrode

 

“El Tango como espejo” sería la versión no corporativa, ¿De qué se trata esta propuesta?

Es una versión para grupos de personas mixtas, pero sin un objetivo de Team building. En este caso proponemos “El Tango como espejo” haciendo referencia a los distintos aspectos de nuestra vida y personalidad que se “reflejan” en un contexto tan amigable como lo es un Taller inicial de Tango. 

 

Contaste sobre los beneficios del método en una empresa, pero qué sucedería si esto se une entre distintas organizaciones…

Esto también es posible ya que muchas organizaciones necesitan procesos efectivos para coordinar acciones con entidades distintas cuyas reglas y estándares no siempre coinciden. Recuerdo que tuvimos una experiencia extraordinaria trabajando sobre la integración de dos empresas cuyos equipos trabajan sinérgicamente ofreciendo servicios complementarios a nivel internacional: la productora “Mestiere Cinema” y su trabajo en conjunto con la productora de eventos “R&NT”, ambas en Venecia, Italia.
 

¿Para estas enseñanzas, viajas solo?, ¿Alguien te acompaña? 

Este concepto lo fuimos desarrollando con mi novia, Mora Noel Sánchez, a lo largo del tiempo, ella es bailarina desde los 6 años y baila tango desde los 9, entonces como bailarina de distintas danzas le aporta sensibilidad en la lectura corporal y la suma de nuestras experiencias nos permitió conjugar diferentes miradas y buscar mejorar aquellas cosas que durante nuestro aprendizaje fueron también puntos de dolor. Mora tiene un estudio de Danzas en Parque Patricios, es un lugar lleno de arte e historia y fue declarado Sitio de Interés cultural por la legislatura Porteña en 2015.
 

La experiencia de aprender tango en el trabajo, en el exterior, debe generar ganas de conocer la Argentina, ¿sucede que te dicen de venir al país?

Sí, siempre y de alguna manera también es parte del objetivo nuestro sembrar esa semilla en el corazón de los participantes de otras naciones.  Las experiencias son literalmente sensoriales y sobre todo con el aspecto cultural muy presente. Por ejemplo, durante los breaks en los workshops, tenemos equipos de mate, dulce de leche y alfajores argentinos mientras se proyectan algunos clips de video con películas nacionales, o de bailarines famosos. 

Somos también conscientes de que las “reglas de juego” para visitar Argentina no siempre son claras, sin embargo, creo que tenemos un potencial enorme de mejora y el material cultural y humano necesario para llevarlo a cabo. 

 

¿Cómo ves al tango de acá a los próximos 20 años? 

Creo que el Tango es el activo cultural más importante que tenemos los argentinos y que a medida que progresamos como comunidad iremos empezando a tomarlo más en serio. Me refiero a poder desarrollar toda una industria, sustentable, con infraestructura y con servicios profesionales que permitan ser una clara oferta para el mercado externo, e interno, en términos de valor. 

Mora y yo creemos que una clase de Tango grupal puede ser una de las plataformas de aprendizaje y desarrollo de equipos más completas y desafiantes que podamos encontrar en la actualidad, así que estamos felices y orgullosos de ser parte de este movimiento.