Guerras no convencionales

Nuevas magnitudes del campo de batalla

Los conflictos armados ya no se limitan al campo de batalla. Las narrativas también son armas que se utilizan contra las sociedades de los enemigos.

. Foto: Cedoc Perfil

El 7 de octubre se cumplió un año de los ataques del grupo Hamas sobre Israel. Como consecuencia de ese desastre, Israel decidió llevar adelante acciones militares tendientes a eliminar los líderes y miembros del grupo terrorista. Para cumplir con esa posición, Israel atacó Gaza, el Líbano, Siria, e Irán. Esta ofensiva pone al descubierto la ficción débil de la soberanía de las naciones. El gobierno israelí pide a la población libanesa, por ejemplo, la desocupación de zonas pobladas, con el fin de embestir puntos claves. La bandera que se enarbola para la acometida es la defensa democrática, con el objeto de asumir el espacio representativo de bastión de Occidente en la región. Bastión ideológico de la democracia y la libertad. Con esas consignas, el gobierno israelí avanza. 

El 30 de septiembre, Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, se dirigió al pueblo de Irán en un discurso que se transmitió a través de un video. Calificó al pueblo como sojuzgado por el régimen iraní, régimen que defiende el Líbano y Gaza, régimen que lleva a los pueblos a la guerra, manifestó. Alertó al noble pueblo de Persia sobre los gobernantes que lo llevan al abismo gastando millones de dólares mientras incendian Medio Oriente (así fueron sus palabras). En lugar de invertir ese dinero en el desarrollo de la vida cotidiana, en la educación, en la salud, en turismo, en innovación tecnológica se invierte en la guerra nuclear, comentaba. Imaginen, siguió narrando, imaginen cómo sería esa vida cuando los líderes se preocupen por su futuro. La alocución hizo hincapié en la idea de libertad,“cuando Irán sea libre los pueblos antiguos judíos y persas estarán en paz, sentenció. El terror que el régimen expande en los cinco continentes (y aquí claramente se ubicó como portavoz del mundo) será desmantelado. El discurso opuso a la gente brillante de Irán frente a los fanáticos teócratas, enfatizando que el pueblo iraní se merece lo mejor. El primer ministro terminó el video proclamando que Israel los apoya. 

Yo termino de escuchar la alocución, el alegato, y pienso en el poema de la poeta Mariné Petrossian: ¡Hay guerra, armenios!/ Una gran guerra ha comenzado en el mundo./ Y nuestra patria está en el centro de esa lucha./ La paz está lejos, armenios,/ no deberíamos poner nuestra esperanza en ella./ Esta pelea va a durar un largo tiempo/ y cambiará el mapa del mundo./ Y si no queremos que nuestro país/ desaparezca de nuevo de los mapas del mundo,/ debemos aprender a vivir/ con las reglas de una gran guerra./ Es difícil, no es fácil,/ pero tenemos que hacerlo.” Poema del año 2023 que pone el foco sobre la noción de Gran Guerra. 

Ahora bien, la era digital produjo un cambio en la doctrina militar occidental: la Guerra de Cuarta Generación donde los medios se convierten en un arma operativa tan o más poderosa que las divisiones armadas. De modo tal que las distinciones entre el área civil y militar desaparece ante lo que se ha dado en llamar: guerras híbridas, conformadas por la revolución de colores y las guerras no convencionales. La guerra híbrida es el caos administrado que puede tomar el modo de Revolución de Colores, aquellas promovidas por Occidente sobre territorios euroasiáticos provocando desestabilizaciones a través de mensajes antigubernamentales. A través del uso de la lengua, las imágenes y la información se intenta seducir a la población para que, indignada, haga caer al régimen que la gobierna a través de una desobediencia política en masa. Desde una guerra en red y centrada en la red, la Revolución de Colores abre el paso a una guerra no convencional para actuar como un multiplicador de fuerzas. Este tipo de combate no está centrado en tanques, soldados, y líneas de batalla definidas, sino que su trazo es no lineal y caótico. El objetivo táctico es improvisar ataques imprevisibles dispersando la ofensiva. 

Israel ataca con medios usuales de guerra tradicional, pero también con modelos de guerra no convencional. El discurso del 30 de septiembre dirigido a la población iraní es un claro ejemplo de lucha híbrida. Además del tratamiento a la población iraní como no merecedora de su gobierno hay que considerar la producción de agujeros negros alrededor del blanco central (Irán). La creación de zonas de alta inestabilidad cerca de las regiones fronterizas, en este caso: Siria, Líbano, pretenden aislar al blanco con el fin de atacarlo en su núcleo. 

Hamas, por su parte, tampoco utilizó medios convencionales de lucha. La guerrilla, el sabotaje y el terrorismo son formas de guerra irregular que avanzan sobre civiles desatendiendo a la oficialidad de la milicia armada. La guerra no convencional se basa en actividades conducidas para visibilizar un movimiento de resistencia con el propósito de coaccionar o derribar un gobierno. No ocurre sin tensiones previas, es la continuación de un conflicto ya existente dentro de la sociedad. 

Por ejemplo, La Revolución de Colores fue el otro nombre del la Revolución de Terciopelo que derrocara al régimen en Armenia en el año 2018. Así asumió el primer ministro que realizó un viraje en su posición política tomando una postura prooccidental. En el año 2020 una guerra entre Armenia y Azerbaiyán provocó la pérdida de territorios y el desplazamiento forzado de la población armenia. En enero del año 2024 oficialmente se disuelve la República de Artsaj cuyas tierras, ya despobladas de gente armenia, pasaron a manos azeríes. Revolución de Colores, luego guerra tradicional, más elementos de guerra híbrida. 

Vuelvo al poema de Mariné Petrossian: “esta pelea va durar un largo tiempo/ y cambiará el mapa del mundo”. Quizás habrá que inventar nuevas formas de diseñar las geografías, no ya desde el nombre de naciones cuyas soberanías son el resabio de designaciones caducas y sin efecto. Si un Estado puede bombardear a otro alegando que no ataca al Estado sino a un grupo terrorista, o bien, los estados vuelven a definirse, o bien llamamos las cosas por su nombre. La hegemonía de Occidente empuja sus fronteras hasta acercarse a sus límites: Rusia, Irán, China. Parecería que las demás naciones están descriptas por el verso de Petrossian: “y nuestra patria está en el centro de esa lucha”.

* Escritora.