Marc Stanley deja la embajada de Estados Unidos con un récord que no tuvo ningún antecesor
Marc Stanley cerró la primera misión diplomática de su vida. Elegido por Joe Biden sin ser profesional de carrera, Argentina fue su debut como embajador. Hace unos días, dejó el cargo.
La imagen que ilustra esta página quizá sea una de las que mejor representa a Marc Stanley, quien fue hasta el reciente 17 de enero, el embajador de Estados Unidos en la Argentina.
A medio vestir, Marc Stanley posa en la puerta del camarín número uno del Teatro Colón. Esa noche de noviembre de 2023, su embajada celebró el primer coliseo argentino, el bicentenario de las relaciones entre ambos países. Hubo concierto, algo más de show, y el embajador como anfitrión hizo uso de ese mítico escenario nacional, de las bambalinas, y del camarín que tuvo ocupantes famosos de la música internacional.
En la recta final de su misión diplomática, Marc Stanley enardeció a los anti-woke
Y en un punto, en el debut que para Marc Stanley representó estar al frente de la embajada de su país en Argentina, ese juego de “actuar” como diplomático tuvo también mucho de ensayos y camarines. Aunque a veces, desatendió las indicaciones de quienes lo asesoraron. En este recorrido de tres años, él se convirtió en el primer embajador de todos lo que su país envió a la Argentina, en haber conocido veintitrés provincias.
Marc Stanley hizo debutar al embajador que MIlei eligió para EE.UU. aunque no tiene el placet.
Un hecho que para Stanley resulta importante porque él mismo lo destaca en su video de despedida. Por eso, sin ser un cosplay, el álbum de fotos de su gestión lo encuentra luciendo más outfits que los que Patricia Bullrich acumula en su historial como montonera, menemista, aliancista, macrista, y mileísta. Y Stanley también asistió a dos momentos políticos históricos de la Argentina reciente: la derrota de Mauricio Macri tras el fracaso de su gestión presidencial; un regreso que resultó como se esperaba con la dupla Fernández-Kirchner, y la llegada de Javier Milei al Gobierno.
Con él, si bien le falló a Marc Stanley en dos pedidos que éste le hizo durante la recta final de las elecciones en Estados Unidos, el ahora exembajador aprovechó mucho mejor que otros colegas europeos, el regreso de las “relaciones carnales recargadas” para acelerar reuniones y viajes de funcionarios norteamericanos a la Argentina para cerrar acuerdos, sobre todo, en áreas estratégicas como todo el rubro militar y el tecnológico.
Porque ante todo Marc Stanley es un funcionario que defiende los intereses de Estados Unidos y, como hizo en la celebración 2024 de la fecha patria de su país, para el público general, dio ese tipo de discursos cuyas frases finales buscan provocar sonrisas, un poco de emotividad algo cursi, y dar marco a lo festivo. Minutos antes, solamente delante de los delegados de la compañías norteamericanas con intereses en Argentina, Marc Stanley subió a escena con otro aplomo y con “Sé que hay que nivelar la cancha...”, comenzó un discurso que deja en claro cuál es la función de los embajadores para con las empresas de su país.
Esa noche no hubo camarín, pero sin la opulencia arquitectónica del Teatro Colón, Marc Stanley dio dos actuaciones y con dos libretos diferentes, el teatral, en castellano; el corporativo, en inglés. Misión cumplida.
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