¿Estabilidad transitoria?

"Veranito cambiario": hasta cuándo puede durar y cuáles son los riesgos del dólar planchado

Los dólares paralelos bajaron casi $400 desde el pico de julio. Las razones detrás de la apreciación del peso. El rol del blanqueo de capitales y la incidencia del cepo cambiario.

Pablo Wende: “El peligro que hay en el corto plazo es que el tipo de cambio se siga apreciando” Foto: Freepik

Tras marcar un récord nominal de $1.500 a mediados de julio, el dólar en todas sus versiones emprendió un sendero bajista que culminó en la zona de $1.100 en los primeros días de diciembre. Con una brecha que cedió a un nivel por debajo de 10%, el “veranito cambiario” suscita interrogantes acerca de su duración y los riesgos que sobrevuelan a un tipo de cambio “planchado”.

El último período de “pax cambiaria” en la era Milei se produjo entre fines de febrero y mediados de mayo. Es decir, se extendió por un lapso de dos meses y medio. En esta oportunidad, la caída de las variantes financieras del billete verde todavía no encontró un piso y se sostiene en base al flujo de divisas que generó el blanqueo de capitales y las liquidaciones récord del agro en octubre y noviembre, en un contexto de cepo.

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Veranito cambiario, dólar planchado y peso fuerte

No obstante, el equipo económico encabezado por Luis Caputo todavía no da pistas respecto a una fecha concreta para la salida del cepo cambiario, más allá de asegurar que tendrá lugar en algún momento de 2025. La gran pregunta es si será antes o después de las elecciones legislativas.

A propósito de los plazos temporales para desarmar el esquema actual, el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, instó al oficialismo a que la supresión de las restricciones se produzca con anterioridad a la celebración de los comicios. Sin embargo, aún no se cumplieron los requisitos esbozados por Milei y Caputo: tres meses de inflación menor a 2,5%, la reducción de la pauta devaluatoria a 1% y "resolver los stocks" heredados.

Mientras tanto, la administración libertaria goza de un ciclo de estabilidad en el frente cambiario. El blue perforó los $1.100 y se comercializa en $1.090; el MEP se mueve en la zona de los $1.075; y el contado con liquidación (CCL) cotiza a $1.105. En caso de tomar el MEP como referencia, la diferencia con el tipo de cambio oficial mayorista es de 5,9% y podría eliminarse de continuar en esta tendencia declinante de los segmentos paralelos.

De hecho, un informe de GMA Capital basado en estimaciones del Bank for International Settlements (BIS), reveló que el peso argentino se revalorizó 40% en términos reales entre diciembre de 2023 y octubre de 2024, encabezando el ranking a nivel mundial.

El segundo lugar quedó para Turquía, cuya lira se apreció 16,5%, seguida de Malasia con 8,5% y Sudáfrica con 8,1%. Por el contrario, Brasil, el principal socio comercial de la Argentina, devaluó más de 13% en los primeros 10 meses del año. Además, el tipo de cambio real multilateral (TCRM), una variable que mide la competitividad de la economía, se ubica en valores mínimos desde 2015 y cada vez más cerca de los niveles de fines de 2001.

"Según los manuales, esta situación no es inocua para el sector externo. Por caso, en septiembre, y por cuarto mes consecutivo, el saldo de cuenta corriente cambiaria arrojó un valor negativo. Esta vez fue por US$ 700 millones, acumulando una salida de divisas por US$ 3.636 millones en el tercer trimestre, con un tipo de cambio promedio de $1.080 por dólar a precios de hoy", destaca el reporte.

La mirada de los economistas sobre el "veranito cambiario"

En diálogo con PERFIL, el analista económico Christian Buteler consideró que el dólar está atrasado de forma "artificial" ya que no hay un ingreso masivo de capitales que haga caer a la divisa estadounidense. A la vez, sostiene el entrevistado, "hay un dólar encepado con restricciones en lo financiero".

“Un desequilibrio cambiario se puede sostener en el tiempo. Se necesitan dólares y estos entraron con el blanqueo. Ahí hay un colchón para poder financiar el dólar barato un tiempo más. Ni hablar si logran volver al mercado internacional de crédito y, con eso, fondearse o renovar la deuda que vence", explicó Buteler respecto a la durabilidad del "veranito".

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Así y todo, el consultor alertó que cuando el tipo de cambio se atrasa, encarece la producción de bienes y abarata las importaciones, una dinámica que termina impactando de lleno en la balanza comercial y, por ende, en el nivel de actividad económica.

"Si importar es más barato que producir en la Argentina, se va a ver afectado el nivel de actividad económica por menor empleo y menor producción. De esta manera, se puede llegar a matar los brotes verdes de la industria y volver a caer en recesión", ilustró. Por eso pidió “igualdad de condiciones” para que la producción pueda competir con el extranjero.

A la hora de evaluar cuánto tiempo puede extenderse la paz cambiaria, el director asociado de EcoGo, Sebastián Menescaldi, planteó que con las condiciones económicas actuales, "hasta que dure el cepo" que impide la libre circulación de capitales en la economía.

"Recién luego de ello podremos comprobar si este tipo de cambio es el adecuado o correcto a la estructura económica y productividad o si necesario un salto adicional", subrayó Menescaldi en referencia a qué ocurrirá con el nivel del dólar una vez que se desanuden las ataduras vigentes.

Por su parte, el director de C&T Asesores Económicos, Camilo Tiscornia, opinó que "está apareciendo el flujo que permite mantener este tipo de cambio pero empiezan a haber más factores de demanda como el turismo", que consume más dólares de los que genera.

En cuanto a los puntos flacos de la apreciación del peso, Tiscornia indicó que "mete mucha presión competitiva a varias empresas y eso puede complicar". "Los riesgos tienen que ver con que el tipo de cambio quede muy bajo, empresas cierren, se pierdan puestos de trabajo y en algún momento haya una corrección violenta como las que históricamente han aparecido en la Argentina", sumó.

Bajo su perspectiva, el superávit de las cuentas públicas ayudará a mitigar una eventual ajuste del dólar después de liberado el cepo cambiario. "La probabilidad de una corrección fuerte del oficial en este momento es bastante baja", ponderó.

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Por último, el economista jefe de Libertad y Progreso, Eugenio Marí, opinó que "desde el 2018 que Argentina venía sosteniendo un tipo de cambio real que era alto en términos históricos" porque los ciudadanos convivían "con un proceso inflacionario que se aceleraba los argentinos nos sacábamos los pesos de encima y comprábamos divisas, haciendo subir su poder adquisitivo".

"Al mismo tiempo, este proceso permitía esconder debajo de la alfombra las ineficiencias regulatorias y productivas pagando salarios bajos en dólares. Ahora, con la inflación bajando y con buenas perspectivas en lo fiscal, es lógico que este proceso se revierta y, en consecuencia, que el tipo de cambio real se aprecie. Además, las reformas para eliminar regulaciones y distorsiones en la economía ayudan a mejorar la productividad", determinó.

A su juicio, tanto el impulso de la producción en Vaca Muerta como el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) operarán como fuentes de ingreso de divisas que morigerarán la salida de moneda extranjera por la dinamización de las importaciones.

"Todo esto configura un escenario donde el tipo de cambio de equilibrio es claramente más bajo que el que vimos los últimos años. Lo que es la contracara de salarios en moneda dura más altos. Esto nos pone ante el desafío de dejar de esconder los problemas de competitividad y empezar a solucionarlos; un esfuerzo que debe venir del sector público pero también del privado", concluyó.

 

MFN