OPINION

¿Qué le espera el Bitcoin y a las criptomonedas en el 2025?

Más allá de dónde vaya a estabilizar su precio en los próximos meses, el hecho de que el bitcoin haya roto la barrera psicológica de los 100.000 dólares y llegado a las seis cifras marca un cambio de época definitivo. Todo el contexto me lleva a acelerar a fondo en cuanto a ese sentimiento bullish del mercado cripto.

Bitcoin Rises As Rally Resumes on Trump Optimism Foto: Bloomberg

Siempre tuve una mirada y una actitud muy bullish hacia Bitcoin y las criptomonedas. Sobre todo hacia Bitcoin. Pero nunca había visto un escenario que refuerce tanto ese convencimiento como el que tuvimos durante 2024, con oportunidades y expectativas rotundas y una variedad de hechos encadenados que –por fin– terminaron de procesar este cambio global en la mirada de las personas, las empresas y los estados acerca de su economía, las finanzas y el dinero.

Bienvenidos al futuro: este año se confirmó el sueño de Satoshi Nakamoto de tener una forma de dinero electrónico global, masiva, sin restricciones ni intermediarios centrales. Y eso sentó las bases para que podamos proyectar un 2025 impresionante para el mercado, que podría tomar un volumen y una fuerza nunca vistos. Bitcoin existe desde 2009 y ha tenido avances año a año, pero en este 2024 tuvo un crecimiento cercano al 146% hasta llegar a los más de 108.260 dólares que marcó como máximo histórico, outperformeando a casi todos los principales activos y metales preciosos del mundo.

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Más allá de dónde vaya a estabilizar su precio en los próximos meses, el hecho de que haya roto la barrera psicológica de los 100.000 dólares y llegado a las seis cifras marca un cambio de época definitivo. Era inevitable, pero para que se diera tenían que terminar de darse algunos factores.

Lo que viene en 2025 para las criptomonedas: los cuatro jinetes de la mayor remontada cripto

Los datos muestran que las cuatro grandes narrativas, los cuatro jinetes de esta remontada cripto, fueron Bitcoin, las demás redes de capa 1 (incluyendo a Ethereum y Solana), las memecoins y los tokens relacionados con IA. Estoy convencido de que estos mismos winners de 2024 seguirán desarrollándose a lo largo de 2025, año en el que también veremos un nuevo boom en cuanto a tokenización de activos del mundo real (por lo que espero el crecimiento del ecosistema de tokens relacionados con RWA), a redes físicas descentralizadas (DePIN) y a un ámbito que durante 2024 se fue reactivando y que está listo para dar el salto: el criptogaming.

En cuanto a Bitcoin, uno de los gestos más significativos para evaluar el tiempo que estamos viviendo es que de pronto la proyección de los 150.000 dólares por bitcoin para 2025 hasta parece ser conservadora. Eso que parecía tan lejano a comienzos de 2024, cuando Bitcoin necesitaba un aumento de más del 240%. Hoy, con el precio por encima de los 98.000 dólares, bastaría con una crecida de aproximadamente 50%. Ya desde mediados de año hay proyecciones para 2025 que están entre los 250.000 y los 400.000 dólares por Bitcoin. Hoy pueden sonar bastante altos como objetivos, pero de repetir el comportamiento de precio que tuvo durante los últimos doce meses, Bitcoin alcanzaría consistentemente el nivel de los 250.000.

¿A cuánto puede llegar el bitcoin en 2025?

Creo que un precio de entre 150.000 y 250.000 dólares por bitcoin es lo más probable para el pico de este ciclo. Pero si la principal criptomoneda del mercado sigue a este ritmo, creo que pronto voy a tener que rever mis proyecciones. Mientras que, según las especulaciones que se están dando, podemos pensar en Ethereum con aumentos significativos hasta los 5000 o 7000 dólares por ETH, o de Solana en algún punto entre los 700 y los 1000 dólares por SOL.

Si 2025 termina siendo un año franco de altcoin season y Bitcoin empieza a lateralizar durante un período largo, igualmente el crecimiento que le depara al ecosistema cripto es espectacular. Porque ya los rendimientos que está dando Bitcoin lo son, y gran parte de ese dinero luego empieza a circular por el mercado, hacia las principales redes L1 y los tokens de utilidad de DeFi, y luego a las alts de menor capitalización. Las oportunidades se van dando en continuado en el contexto de un bull market.

Por otro lado, la proliferación de más ETF spot de Ethereum, de Solana y eventualmente de otras criptos también va a llevar a una aceleración en la adopción corporativa, con más empresas e instituciones financieras usando criptomonedas ya sea como inversión o incluso para sus nóminas de pago. En este no hay que dejar de prestar atención a las stablecoins, que si bien no tienen una volatilidad que asegure ganancias, sí ofrecen previsibilidad como medio de pago y además brinda rendimientos pasivos.

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El bull market siempre deriva también en un boom a nivel de las tecnologías y posibilidades que ofrecen las blockchains y las redes descentralizadas. El aumento en el uso y en el comercio de tokens lleva indefectiblemente a tener que mejorar la escalabilidad y la eficiencia de las redes, lo que al mismo tiempo provoca no solamente constantes actualizaciones en las redes líderes, sino que también favorece el surgimiento de nuevas redes, protocolos y servicios con el foco puesto en algún tipo de resolución al "trilema" que se da entre costos, velocidad y seguridad.

El 2025, también un gran año para las redes de infraestructura física descentralizada

En ese sentido, espero también un gran año para las redes de infraestructura física descentralizada (DePin), con la evolución de la "internet de las cosas", la hiperconectividad y la interoperabilidad como bandera. El boom de la tokenización y de las inteligencias artificiales sin dudas va a hacer fuerza para adelante en todo este sector. De hecho la integración creciente entre IA y cripto podría generar saltos enormes en el ecosistema.

Otra gran área de este ciclo creo que va a ser la de los activos del mundo real tokenizados, una nueva forma de herramientas financieras que lleven liquidez, divisibilidad y escalabilidad a activos reales como un inmueble, las acciones de una empresa tradicional, una mina de un metal precioso o un cultivo a escala.

Tampoco hay que desatender dos espacios ya clásicos del ecosistema, con lo son DeFi y los NFT. Los protocolos de finanzas descentralizadas son cruciales tanto en bear como en bull market. Sobre todo cuando se desatan las alt seasons y los usuarios e inversores empiezan a aumentar su volumen de operaciones, swaps, envíos, depósitos en staking o aportes a pools de liquidez. En cuanto a los NFT, vimos surgir exitosas colecciones sobre todo en Solana, tal vez la red emblema del nuevo paradigma en este último año y medio, con sus memecoins y series de NFT.

Ahora bien, toda esta situación en el mercado ejerce presión hacia afuera del ecosistema. Las personas y las empresas hicieron su opción por Bitcoin y las criptomonedas. Los gobiernos y las empresas también están empezando a hacerlo. Y eso lleva a la necesidad de un marco regulatorio global más claro, que pueda proteger a los usuarios particulares y corporativos pero sin generar asfixia sobre los desarrolladores e innovadores, sobre las empresas que prestan servicios y ofrecen productos de forma legal y segura. Estados Unidos seguramente vaya a estar a la vanguardia de esto, pero tampoco hay que desatender lo que pueda pasar en Argentina y en varios países de América y de Europa, con la implementación completa del Reglamento de Mercados de Criptoactivos, todavía pendiente.

Lo mejor está por venir en el mercado de los criptoactivos

Como sea, la tecnología ya venía hablando por sí sola desde hace 15 años, ofreciendo una alternativa concreta a los grandes problemas financieros de las personas y las instituciones. Y durante 2024, el mercado volvió a hablar: esta vez bien fuerte. Desde la pandemia, nos fuimos acostumbrando a que cripto, además de tener su lógica propia, también salga de a ratos a pricear la realidad, a ponerle precio a ciertas noticias o eventos. Guerras, elecciones. Como índice de información, las criptomonedas también son cada vez más tomadas en cuenta.

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Todo el contexto me lleva a acelerar a fondo en cuanto a ese sentimiento bullish del que hablaba al comienzo. Las señales explotan por todos lados: máximos históricos de precios y de hash rate, una innovación sin precedentes en la historia humana, un contexto donde las criptos aparecen como una alternativa cada vez más necesaria, entre la inflación global y el aislamiento por conflictos geopolíticos. De hecho, los reportes más recientes de Chainalysis señalan una adopción récord y dentro de ese contexto global de crecimiento, tenemos a Argentina ubicada como el 15º país en adopción, por encima por ejemplo de Canadá, Tailandia o China. Además, otros tres países latinoamericanos, como Brasil, Venezuela y México, son parte de este Top 15.

Una realidad que confirma los sueños de Satoshi Nakamoto y de todos los que hace tantos años nos sumamos a esta aventura. Sin ir más lejos, nuestra empresa ya pasó tres halvings de Bitcoin y lleva más de 11 años en la industria. Es punta de lanza también en la aplicación de Crypto as a Service en la región, ofreciendo todo tipo de integraciones e implementaciones para que las empresas puedan incorporar cripto a sus operaciones, ya sea mediante APIs o widgets para la compra-venta y la transferencia de tokens, o a partir de rampas fiat para compañías que quieran ofrecer cripto con pagos en moneda local.

Desde que fundamos la compañía en 2013 hemos vivido todo tipo de momentos, pero ninguno como este fin de 2024, que dejó cargada una cantidad enorme de combustible en el mercado como para tener un 2025 explosivo. Como siempre en cripto, lo mejor está por venir.

CEO y cofundador de Ripio.