Falta de divisas

Por la guerra comercial de Estados Unidos, Argentina perdería el superávit comercial

Se estimaba que el país obtuviera un saldo positivo por alrededor de US$ 15 mil millones en su balanza de comercio exterior en 2025. Sin embargo, los aranceles colocados por el presidente estadounidense, Donald Trump, a sus principales socios llevarán a la economía mundial a una recesión. Esta situación se verá potenciada dentro de Argentina por la apreciación cambiaria y la apertura comercial llevada a cabo por el actual gobierno, que provocarán un aluvión de importaciones.

Más importaciones. El nuevo contexto provocará una falta de dólares, necesarios para sostener la política cambiaria. Foto: AFP

La guerra comercial desatada entre Estados Unidos y sus principales socios está acelerando la posibilidad de una recesión económica global, esto afectaría a la Argentina, que podría verse complicada para obtener dólares “genuinos”, aquellos provenientes del comercio internacional. Hasta incluso perder el superávit previsto en la balanza comercial para este año, que se estimaba en hasta un saldo positivo de alrededor de US$ 15 mil millones, US$ 4 mil millones menos que el registrado en 2024.

Estados Unidos es un gran importador de bienes de consumo, en caso de que la guerra comercial continúe su escalada, las empresas estadounidenses deberían importar algunos productos y/o cantidades de otros países para sustituir parcialmente importaciones chinas que se encarecerían. Y por su parte, China buscaría nuevos mercados, o aumentar los despachos, para colocar los productos que deje de importar el país norteamericano.  

En ese contexto, Jorge Berciano, especialista en comercio exterior y miembro de la consultora Unexar, comentó a PERFIL que “Argentina, respecto de China, debería poner atención a las exportaciones de este gigante que seguramente serán más agresivas (precio, plazos de pago) que lo habitual para tratar de colocar el excedente no importado por Estados Unidos. También podrían lesionar (aún más) a los fabricantes argentinos de manufacturas industriales, sumado a esto el atraso cambiario argentino, las exportaciones chinas son una potencial amenaza a la industria argentina”.

Y agregó: “Respecto de Estados Unidos, Argentina es el proveedor número 64 (US$ 5.134 millones y representa el 0,2% de las importaciones estadounidenses) detrás de los sudamericanos Brasil (17), Chile (32) y Perú (41). Poco más del 60% de las exportaciones argentinas a EE.UU. en 2024 fueron aceites crudos de petróleo, mosto de uva 7%, miel 3%, limones y derivados 4%, ninguna manufactura industrial.

Los productos que las empresas norteamericanas saldrán a buscar al mundo (para sustituir el encarecimiento de los productos chinos) son básicamente manufacturas industriales, y Argentina muy difícilmente pueda proveerlos por varios motivos, entre otros, precio (sensiblemente más caros), cantidad y plazo de entrega. Salvo algún nicho de producto, Argentina difícilmente pueda aprovechar esta circunstancia de mercado”.

A su vez, la vigencia de los aranceles en el marco de una guerra comercial entre Estados Unidos y China lleva a un enfriamiento de la economía global, según los especialistas. “Este contexto internacional llevará a una depresión económica global y el debate ahora es la magnitud de esa depresión. En ese marco, en términos de la política comercial en Argentina peligra el mantenimiento del superávit por dos motivos. Uno, el hecho de el retraso cambiario, es decir, estamos caros. Y segundo, la depresión global que hace que de nuestros tres principales destinos de nuestras exportaciones nos llegan nubarrones negros”, sostuvo a este medio Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior Siglo XXI.

En ese sentido, Ponce subrayó el impacto de la posible recesión global en las relaciones comerciales del país con sus principales socios. En el caso de Brasil, principal destino de las exportaciones argentinas, los productos brasileños se encuentran baratos e ingresan al mercado argentino, a su vez que Argentina está cara en dólares, por lo cual el país vecino compra menos productos argentinos. “Además estamos compitiendo en algunos de nuestros mercados de exportación con la producción brasileña que nos desplaza de esos mercados. Por lo tanto, el primer destino de nuestras exportaciones que, paradójicamente, es el principal de las manufacturas de origen industrial (el 80% va a Brasil) se ve afectado”, añadió el consultor en comercio exterior.

De acuerdo con un estudio de la consultora Abeceb, este año cerraría con un déficit en la balanza comercial con Brasil por alrededor de US$ 4 mil millones, producto del aumento de las importaciones debido a “la recuperación de la actividad económica luego de dos años recesivos en el que el crecimiento se perfila para superar el 5% anual” que se verán potenciadas además por la apreciación cambiaria y la apertura comercial. En ese sentido, en enero ya comenzó a vislumbrarse un aumento de la importación, de un 24,6% interanual.

“Del lado brasileño, dos factores contrapuestos moverán el flujo bilateral: primero, se espera una desaceleración económica en Brasil (que pasaría de crecer  3,5% en 2024 a 2% este año) que llevaría a una moderación de las compras del exterior, en un contexto de persistencia de preocupaciones sobre el frente fiscal que impactan negativamente en la inversión, y mayores tasas de interés, ante una inflación persistentemente alta, impactando en el consumo”, remarcó la entidad presidida por Dante Sica.

“El segundo destino de nuestras exportaciones es China. Además de tomar represalias en términos de arancelar también algunas importaciones que se hacen en el país asiático desde los Estados Unidos, ha enfriado su demanda, por lo tanto nos va a comprar menos. Es decir, nosotros vamos a tener pérdida de nuestras exportaciones en cantidad y en precio. El tercer destino de nuestras exportaciones es Estados Unidos, obviamente que si está fijando aranceles y nosotros estamos caros, vamos a tener una afectación allí también. Por lo tanto, el horizonte de nuestra balanza comercial ya viene dificultoso solo hablando de los bienes, ni hablemos si además agregamos a los servicios”, agregó Ponce.

“Con el peso sobrevaluado (o el dólar subvaluado) aumentan las importaciones, disminuyen las exportaciones, por ende disminuye el superávit comercial”, sumó Berciano, que coincide en que este año peligra la balanza comercial positiva. De acuerdo con estimaciones de Marcelo Elizondo, consultor y presidente del Comité Argentino en la International Chamber of Commerce, Argentina contaría con un sobrante de alrededor de US$ 15 mil millones en su cuenta comercial, cuando en 2024 esa cifra cerró en casi US$ 19 mil millones. Sin embargo, estas proyecciones se hicieron antes de que Trump iniciara la suba de aranceles y debido a la guerra comercial desatada el país resulte con un déficit comercial este año.