Las frutas chilenas, imán de inversiones y embajadoras del país

Gracias a su incorporación a los mercados y cadenas de valor globales, Chile es hoy el primer exportador de fruta fresca del hemisferio sur, el segundo de América Latina después de México, y el quinto a nivel mundial.

Imagen ilustrativa Foto: Bloomberg

Semanas atrás se publicó que la productora tucumana de limones San Miguel recibiría una inversión de la empresa sudafricana African Pioneer Group (APG). Sin dudas una buena noticia que puede interpretarse como señal del potencial de crecimiento de la industria frutícola. Y también de que jugadores internacionales empiezan a observar con interés a sectores exportadores de Argentina.

El caso sirve para ilustrar aspectos de una dinámica similar pero más profunda, que viene desarrollándose en nuestro vecino trasandino, Chile, desde hace bastante tiempo. Quizás haya enseñanzas para rescatar de esa experiencia, y cuestiones que Argentina pudiera considerar para capitalizar al máximo las oportunidades de inversión.

En primer lugar, hay que decir que tanto las condiciones de estabilidad de la economía, como una política de apertura plasmada en un sinnúmero de Acuerdos Económico-Comerciales (AEC) le han permitido a Chile convertirse en una plataforma de negocios atractiva para inversores extranjeros en diversas industrias de base exportadora. Entre ellas la de alimentos, y como subsector significativo, la frutícola.

Gracias a su incorporación a los mercados y cadenas de valor globales, Chile es hoy el primer exportador de fruta fresca del hemisferio sur, el segundo de América Latina después de México, y el quinto a nivel mundial. En 2023 exportó un total de 3,2 millones de toneladas de fruta en todas sus variantes (fresca, conserva, deshidratada, jugos, entre otras), por más de US$ 8.000 millones.

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Siendo manzanas, uvas de mesa, arándanos, ciruelas y cerezas, las especies más destacadas en lo que respecta a fruta fresca.

El caso de las cerezas merece un párrafo aparte. Desde la firma del TLC con China en 2006 se inició en Chile un ciclo virtuoso que derivó en un auténtico boom de exportaciones de esta fruta. Las hectáreas cultivadas crecieron de manera exponencial, pasando de unas 8,000 en 2006 a más de 60,000 en 2023. Las cerezas son un producto codiciado en China como símbolo de confraternidad familiar.

Tienen por costumbre regalarlas a su círculo más cercano, en especial durante el periodo del año nuevo. La consecuencia obvia es que consumen una cantidad impresionante de cerezas. Y Chile logró establecerse como el principal proveedor. Cerca de 380,000 toneladas en 2023, por un valor superior a los US$ 1,800 millones. Internacionalización.

Pero las frutas ya no pueden ser consideradas un commodity, señalan los expertos. Conseguir resultados de esta magnitud requiere mucho trabajo y esfuerzo.

Cada una de las etapas del proceso de producción y comercialización, desde la siembra misma, la selección, el empaque, la cosecha, la trazabilidad, es fundamental si se pretende acceder y permanecer en los mercados más exigentes y competitivos, como es el caso de China.

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Los productores chilenos han aprendido que deben contar no sólo con escala suficiente para abastecer la demanda, sino también disponer de otros activos, como acceso a tecnología de punta, big data, e inteligencia artificial. Los TLC y la colaboración público – privada a todo nivel también son esenciales.

Instituciones como ProChile, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Fedefruta y ASOEX cumplen un rol importantísimo en este círculo virtuoso. Y es allí donde entra a tallar esa otra gran tendencia que se ha dado en Chile en el último tiempo, y que quizás pueda empezar a asomar en Argentina: el desembarco de grandes jugadores globales que invierten o compran empresas frutícolas. Los casos abundan.

En 2022, Frutura, una gran comercializadora estadounidense, adquirió Subsole, la principal exportadora de uvas de mesa del pais. Hancock Natural Resources Group (HNRG) ya había ingresado en David del Curto (propiedad de accionistas de Fallabela) en 2021, y el fondo de pensiones canadiense PSP Investments, en Hortifrut. Pero quizás el caso más significativo es el de Verfrut, adquirida en 2023 por Unifrutti por un valor total de compañía de US$ 680 millones, incluyendo deuda. Unifrutti es a su vez propiedad de ADQ, fondo soberano de Abu Dhabi que invierte alrededor del mundo con el objetivo de asegurar la provisión de alimentos a su pais, Emiratos Árabes Unidos.

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Que importa más del 90% de todo lo que consume en ese rubro. Para dimensionar la envergadura de ADQ, en 2020 compró el 45% de Louis Dreyfus, uno de los cuatro gigantes del agro -junto con Cargill, ADM y Bunge - a nivel mundial. Todas estas empresas ven a Chile como un lugar atractivo para hacer negocios. Las razones que justifican estas inversiones son variadas, pero ellos mismos las resumen en: ‘ubicación geográfica’ a contra estación del hemisferio norte, ‘buena infraestructura disponible’, posibilidad de ‘diversificar el portafolio de inversión’, ‘seguridad jurídica y estabilidad de reglas de juego’, ‘variedad de especies gracias al clima y las tierras’.

Y desde luego los TLC que Chile tiene en vigencia con países que representan casi 90% del PBI mundial. Algo que les permite acceder a esos mercados en condiciones muy favorables. Lo que es más relevante, no sólo las empresas adquiridas y sus dueños se benefician; el sector y la economía en su conjunto se potencian.

Cuando estos actores globales invierten en Chile, se multiplican las oportunidades para los pequeños y medianos productores locales. Incorporan tecnología, adoptan buenas prácticas de negocios, y se convierten en proveedores de estas empresas. Quienes luego se encargan de la comercialización internacional a través de las cadenas de valor de las que forman parte. David del Curto, por caso, ya trabajaba con unos 90 productores chilenos, cuyas frutas se venden a 150 clientes en Europa, Asía y Norteamérica.

Ahora, gracias a estos acuerdos y a las redes que se van consolidando a partir de los mismos, las frutas chilenas llegan cada vez a más rincones del mundo. Transformándose en las mejores embajadoras del pais, como sucede desde hace años ya con las cerezas en China.