La Unión Industrial Argentina cierra el año con una feroz interna y se calienta la renovación en el 2025
La conducción de la entidad más poderosa del país limitó el poder del departamento Joven y designó a las nuevas autoridades, sin atender la tradición electoral. Hay alerta por un éxodo de empresas díscolas, enfrentadas con las grandes fábricas; o por una tensa convivencia, justo en un año electoral.
Las empresas que tributan en la Unión Industrial Argentina (UIA) lograron sobrevivir, a duras penas, a la feroz recesión que el Gobierno de Javier Milei aprovechó para bajar drásticamente la inflación; pero no pudieron esquivar la furibunda interna que se desató en el cierre del 2024 entre la conducción histórica de la entidad centenaria con los integrantes de la hiperactiva UIA Joven. Con acusaciones cruzadas, la mesa chica de la conducción fabril decidió patear el tablero de la comandancia juvenil y designar a dedo a la nueva cúpula, con el objetivo de darle dedicación exclusiva a la formación dirigencial y los planes de futuro lejano.
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El crecimiento de la rama juvenil, tanto en integrantes, como en injerencia de temas que rodean la realidad de las fábricas, agrandó la desconfianza de los representantes de las grandes empresas industriales, quienes habían logrado reducir la multiplicidad de analistas e instalar a un puñado de voceros de la entidad, así sea en su función oficialista u opositora del gobierno de turno, según el diseño de las cabezas comandantes. “Había mucho personalismo”, se quejaron. Del otro lado de la moneda, para muchos sectores y regiones postergados en el manejo político de la gremial-empresaria, la disonancia subalterna se convirtió en una “faro de resistencia” ante un recambio de autoridades que promete jubilar a viejos caciques díscolos.
Lo que resuena en los pasillos de la sede central de la UIA, ubicada en Avenida de Mayo al 1.100, es el eventual portazo que puedan dar las empresas afectadas por la barrida de la conducción juvenil. La alternativa no es menor: convivir con una interna en constante erupción, ahora sin control de los pasos que puedan dar los dirigentes que, hasta el momento, debían dar precisiones y pedir permiso ante los pasos que pensaban dar. La jugada abrió un panorama inusitado, que podría poner en jaque o haber resuelto un dolor de cabeza a la nueva conducción, que se prepara para asumir a mediados del año próximo. No habrá espacio para medias tintas. Todo hace prever que el bonaerense Martín Rappallini sería el próximo jefe de los industriales.
Una Navidad con fuegos artificiales vía Zoom
La maniobra de descabezamiento de la UIA Joven se había activado hace, al menos, un mes atrás. Los generales que representan a poderosas empresas como Techint, Ledesma, automotrices y algunas territoriales habían avanzado en una intentona por conseguir el respaldo de todo el Comité Ejecutivo para disolver el formato de conducción juvenil y emparejarlo con el resto de los departamentos técnicos. Un pedido de postergación para “consultar” con las bases dilató para después de la Conferencia Industrial la definición, aunque la mesa chica logró el visto bueno para concentrar el poder decisorio en manos del presidente, Daniel Funes de Rioja, y de su secretario, Eduardo Nougués.
El viernes pasado, desde la Presidencia salió un mail con la designación de María Furtado (ejecutiva de Quilmes, representante de la poderosa cámara alimenticia COPAL y vicepresidente joven de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires —UIPBA—) como flamante presidenta de UIA Joven. Junto a ella, fueron anunciados un representante de los metalúrgicos de Adimra y otro de la territorial Neuquén, clave en el desarrollo económico-productivo por el peso de los hidrocarburos en Vaca Muerta.
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Fuentes juveniles, consultadas por PERFIL, alertaron que “el cambio de modalidad para la elección de autoridades rompió con la institucionalidad que marcaba el código de convivencia que regía en la UIA Joven”. La acusación apuntó a la decisión de la mesa chica de desconocer la propuesta que la saliente presidenta, Marysol Rodríguez (Sinteplast), le acercó a Funes de Rioja. Hasta el momento, era uso y costumbre el visto bueno. A las 12 de ese viernes se realizó una reunión por la plataforma Zoom para explicar la nueva disposición, en donde se multiplicaron los agradecimientos por la federalización de la organización, como una forma de elogiar a la organización desmantelada. En la cúpula saliente entienden que “ese capital es clave para lo que viene”.
Argumentos del presente y dudas del futuro
Fuentes de la conducción de la UIA, consultadas por PERFIL, aseguraron que “el objetivo de su creación (UIA Joven) fue siempre la formación de dirigentes gremiales industriales”, alertaron que “en los últimos tiempos ya era una organización dentro de la organización”, y señalaron que “eso no pasa en ningún lado”. Con esta movida, los jefes de la entidad lograron que la organización juvenil “pase a estar dentro de la estructura formal de la UIA”. “No podés, en una institución con enorme representatividad, como la UIA, tener dos agendas paralelas, aunque sean coincidentes”, justificaron.
El temor es por lo que viene. Mientras que en la conducción perjuran que en la actualidad “hay miembros del Comité Ejecutivo y de la Junta Directiva que empezaron ahí, y así va a seguir siendo”; entre los jóvenes, lejos de asumirlo como un golpe, aseguraron que “este es el inicio de un movimiento que no podrá pararse”. Lo que no está claro todavía es si la pelea será puertas adentro o habrá un éxodo de empresas que replique la crisis que se generó en 2012, con la ruptura del acuerdo que el organismo había alcanzado años atrás con la Unión Argentina de Jóvenes Empresarios (UNAJE). En aquel momento, la creación de la UIA Joven había servido como puerta de escape. Hoy el espacio juvenil cuenta con dueños de empresas de alto calibre y promete ser más que un simple dolor de cabeza.
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“Ellos creen que ganaron una pelea. No entienden que sólo lograron fortalecer a una generación que ya no se esconde en las viejas estructuras”, disparó una filosa fuente juvenil. Del otro lado advirtieron que “existe una multiplicidad de nuevos dirigentes en distintos puntos del país que están en condiciones de asumir los cargos” que los díscolos rechazaron, en solidaridad con los herederos frustrados de una generación que se puso en pie de guerra.
ML
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