EL IMPACTO EN LOS PRÓXIMOS MESES

La inflación núcleo crece por encima del índice general

Durante los primeros meses de 2024, cuando la inflación núcleo –la que mide la variación de precios sin tomar en cuenta estacionalidad o regulados– se ubicó por debajo de la inflación, el Gobierno insistía en mirar este indicador como una importante señal de lo que podría venir. Desde octubre, sin embargo, este número se ubica por encima de la variación general de precios. Economistas explican qué significa.

Inflación general y núcleo durante el último año Foto: Perfil

Cuando el Indec publicó la inflación de febrero de 2024 (13,2%), Javier Milei afirmó que los números de marzo serían más alentadores, porque la inflación núcleo estaba en torno al 8%. Al mes siguiente ese número fue del 9,4% y la inflación general del 11%. Desde ese momento, y por varios meses, el Gobierno resaltó que la núcleo –que toma el índice de precios al consumidor (IPC) sin considerar los aumentos por estacionalidad o valores regulados– era un buen indicador de lo que pasaría después. 

De enero a septiembre esta medición se ubicó por debajo del índice. Fue precisamente el dato de septiembre el último que resaltó Milei en su cuenta de X: “3,5% inflación IPC General. 3,3% IPC Núcleo. Viva la Libertad Carajo”, escribió. Después, aunque celebró la baja general, no volvió a mencionarla. En diciembre de 2024, de acuerdo al último informe oficial, la inflación general fue del 2,7% y la núcleo del 3,2%. 

El dato no necesariamente es indicador de lo que pasará después, aunque puede marcar una tendencia. “La inflación núcleo muestra los niveles promedio que podría haber durante el año de continuar todo así”, explicó a PERFIL Florencia Fiorentin, investigadora y economista jefa en EPyCA Consultores. “Por eso se aplicó la política de bajar la tasa de devaluación y la de bajar el aumento de las tarifas a un nivel por debajo del IPC”, agregó. “En gran parte la baja de la inflación depende de una baja del aumento de la división Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (regulados) que están siempre por encima del promedio”, afirmó la economista.

“En principio este dato es un indicio de que hay que cambiar la política económica para continuar con el descenso”, esgrimió. Si las cosas se mantienen como están, opinó, la inflación acumulada de este año podría llegar al 25%, lejos del 18% que calculó el oficialismo cuando presentó el Presupuesto para 2025.

El último informe de FIEL estimó que para 2025 “se anticipa una profundización del proceso de desinflación, acumulando a fin de año una variación de precios del 28,1%”. 

“La inflación núcleo se mantiene algo por encima de la general porque está afectada por los sectores que más crecen de precio”, detalló a este medio el economista Orlando Ferreres. Pero desde su consultora estiman que “eso se irá agotando en este año 2025 y calculamos un 25% de inflación entre enero y diciembre”.

Para Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso, “el proceso de desinflación no se encuentra en riesgo. Si se analiza lo ocurrido entre mayo y agosto de 2024, se puede ver que incluso con una aceleración de la inflación núcleo del 3,7% al 4,1%, el sendero descendente de la inflación se mantuvo firme”. La Fundación estima una inflación del 2% para enero. “La reducción del ritmo del crawling peg a partir de febrero también contribuirá a moderar el aumento de los precios de los bienes transables, estableciendo un piso de inflación más bajo para los próximos meses”, cerró el especialista. El 14 de enero el Banco Central informó que a partir de febrero el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial pasaría del 2% al 1% mensual.

“El gobierno hablaba de la inflación núcleo porque la inflación núcleo es sin regulados y sin estacionales: podríamos decir que es una especie de inflación derivada de las operaciones de oferta y demanda”, explicó a este medio el economista Hernán Letcher. “El problema es que el propio gobierno había dicho que iba a bajar la tasa de devaluación al 1% cuando converja la variación del tipo de cambio del 2% con la inflación núcleo. Pero este mes fue del 3,2%”, agregó. “La decisión de bajar el crawling peg al 1% es una muestra de que el gobierno aspiraba a una inflación más baja, no logró eso y está manoteando el ancla inflacionaria que le dio resultado hasta ahora, que es básicamente el tipo de cambio”. A eso “le agregaría la de los salarios, porque hace un par de meses no homologan acuerdos paritarios por encima de la inflación”.

Letcher agregó que la discusión sobre la inflación de los próximos meses debe darse en torno a responder a la pregunta de “a costa de qué” se produce la baja. “Hasta ahora bajaron la inflación a costa de apreciación cambiaria y a costa de los salarios, y vuelven a hacer lo mismo para cumplir esa meta de inflación. Lo que pretende hacer el gobierno es profundizar en ese sentido y el mercado así lo interpreta”. Por eso, concluyó, “se abren dos grandes dudas: la primera es qué pasará con los salarios en un contexto donde se los utiliza para bajar la inflación, y la segunda es, si se continúa por la senda de la apreciación cambiaria, qué impacto va a tener en la industria y cómo se va a sostener, porque hasta ahora lo sostienen con dólares del blanqueo, que son dólares de la gente”.

Respecto a los números del descenso de la inflación, el economista Martín Kalos explicó: “leo que ‘la inflación de 2024 fue del 117,8%’. Pero eso tiene un problema: usando los datos del Indec, la inflación de todo 2024 fue del 220%”. Agregó que, si bien 117,8% es la inflación interanual con la cual termina el año 2024, “si uno quiere saber cuál fue la inflación de 2024 tiene que ver qué pasó a lo largo de 12 meses, comparado con los 12 meses previos. Es lo mismo que se hace con cualquier otra variable, como el PBI”, resaltó. 

“El dato de 117,8% es correcto, pero también es correcto el de 220%. Ambos datos muestran cosas distintas: 117,8% es la inflación interanual al terminar 2024, 220% es la inflación promedio del año 2024”, sintetizó. Estos datos resultan importantes a la hora de compararlos con la evolución de otros indicadores, como los salarios.