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Inflación: se espera que el índice perfore el 2% a partir de abril y complica los planes del Gobierno de una variación anual del 18%

Para cumplir con lo esperado por el oficialismo, el IPC debe ser del 1,4% promedio mensual. La mira puesta en el segmento de servicios, que traccionaron el índice general en los últimos meses y aún con actualizaciones pendientes. La baja del crawling peg como ancla inflacionaria.

. Foto: Redes

La dinámica de la inflación continuará este año con su sendero descendente, pero a una velocidad menor a la deseada por el Gobierno. Mientras se espera que el IPC de enero se ubique alrededor del 2,3%, los analistas estiman que recién a partir de abril el índice podría perforar el 2%. Así, complicaría los planes del oficialismo de lograr un 18% para todo el 2025, lo que implicaría una suba de precios promedio mensual en torno al 1,4%. Todavía quedan actualizaciones pendientes en el rubro de servicios, que es el segmento que viene traccionando el índice general en los últimos meses. A su vez, la reducción del crawling peg al 1% prevista para comienzos de febrero ayudaría, aunque su impacto incide sobre todo por el lado de los bienes. 

“La baja de la inflación hasta ahora respondió en gran medida a un ancla cambiaria, un ajuste del gasto y una contracción monetaria fuerte. Sin embargo, hacia adelante hay factores que podrían frenar la velocidad de esa baja: la inercia inflacionaria, el rezago en precios regulados y el impacto de una demanda reprimida en sectores clave. Si bien la inflación seguirá bajando, el ritmo de desaceleración será más lento”, comentó a PERFIL Leo Anzalone, economista y director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC).

“Vemos una inflación a la baja, pero con una tendencia no lineal, con alzas y bajas en el camino respecto al dato del mes anterior, y un IPC consolidándose debajo del nivel del 2% a partir de abril. Como también sucede, a otros niveles, en otros países avanzados y emergentes, la inflación de los servicios se ha vuelto más difícil de poder estabilizar y hacer converger al ritmo de la de los bienes”, aportó a este medio Ramiro Tosi, economista de Suramericana Vision y exsubsecretario de Financiamiento. 

En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que elabora el Banco Central (BCRA), las principales consultoras privadas proyectaron los siguientes niveles para el IPC general: enero 2,5%, febrero 2,3%, marzo 2,3%, abril 2%, mayo 1,9%, junio 1,8%. Por lo cual habría que esperar hasta el quinto mes del año para que la inflación perfore el 2%. Sin embargo, algunos datos y estimaciones preliminares de varias consultoras estiman que el primer mes del año cerraría en torno al 2,3%. 

A su vez, los economistas sostienen que si la inflación núcleo sigue por encima del 3%, como ocurrió en diciembre que se ubicó en el 3,2% (0,5 puntos porcentuales por encima del índice general), será difícil ver un IPC por debajo del 2% en el corto plazo y de forma sostenida. En ese sentido, el sector servicios es clave porque es el segmento que viene traccionando el índice general, además de que responde más a la indexación y a la recomposición salarial, lo que hace que se desacelere con mayor rezago. Además, aún quedan ajustes pendientes en tarifas y regulados

En cuanto a este último punto, según consignó Ámbito Financiero, el Gobierno convocó a una audiencia pública para definir las tarifas de electricidad de los próximos años. La Secretaría de Energía confirmó que los aumentos anuales para los usuarios finales no superarán el 10%. Así, la medida que comenzaría a implementarse a partir del primero de abril va en línea con la necesidad del oficialismo de demorar el impacto tarifario en la inflación, en medio de un año electoral, y con el objetivo de converger a fin de año hacia una inflación anual del 18%, de acuerdo a lo planteado en el Presupuesto 2025 que finalmente no se presentó al Congreso. Cabe recordar que en 2024 las tarifas registraron un incremento del 268%, contra una inflación que fue del 118%, en el marco del proceso de normalización de precios del sector con ajustes de subsidios. 

“En un escenario optimista, la inflación mensual podría perforar el 2% en el segundo semestre, pero no de forma sostenida hasta que se consolide una estabilización más estructural”, expresó Anzalone. 

La inflación fue de 2,7% en diciembre y cerró 2024 con un aumento de 117,8%, según el INDEC

La reducción del crawling peg como ancla inflacionaria

Por otro lado, tras conocerse la inflación de diciembre de 2024, que arrojó un 2,7%, el Gobierno decidió bajar el ritmo del crawling peg del 2 al 1%, buscando que funcione como ancla inflacionaria, sobre todo porque impacta directamente en los bienes más que sobre los servicios; pero con la consecuencia de agravar la situación de apreciación cambiaria, que hace perder competitividad a varios sectores de la economía al hacer subir sus costos medidos en dólares. 

Según el comunicado oficial elaborado por el BCRA, la decisión de reducir el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial se fundamenta en la consolidación de una trayectoria inflacionaria más estable, confirmada tanto por datos de alta frecuencia como por expectativas relevadas en el mercado. “El ajuste del tipo de cambio continúa sirviendo como ancla complementaria a las expectativas de inflación”, detalló el texto de la autoridad monetaria.

En diciembre pasado, los bienes incrementaron un 1,9% y los servicios un 4,4%, por lo cual estos últimos vienen traccionando la variación general. Los analistas sostienen que, si bien incide sobre todo en el rubro de bienes, la baja del crawling peg ayuda a que la inflación continúe en su proceso de desaceleración, aunque no es la única variable a monitorear. 

“En los últimos tres meses la inflación de bienes (66% de la canasta del IPC) ha sido del 1,9% (cerca del nivel actual del crawl) mientras que los servicios (33% de la canasta del IPC) lo hacen al 4,3%. Por lo tanto, si los bienes convergen, como es esperable, al nuevo ritmo del crawl del 1% a partir de febrero, la inflación de bienes convergería al 0,7% y con el actual ritmo de los servicios el índice general daría entre un 2 y un 2,5%. Ergo, el Gobierno tiene que decidir si ‘retrasa’ o ‘atempera’ los ajustes de precios pendientes de servicios públicos y la actualización impositiva de los combustibles (ambos tienen impacto fiscal). Pero también hay un componente de servicios no regulados (educación, telecomunicaciones, turismo) que dependerán del ritmo de ajuste de los salarios en las paritarias 2025”, explicó Tosi.

Tras la baja del crawling peg al 1%, el mercado espera la baja de tasa del Banco Central

“Reducir el crawling peg al 1% ayuda mucho, pero no es lo único. Sirve para reforzar la señal de desinflación y acotar la expectativa de devaluación, pero su impacto en el IPC depende de qué tan alineados estén los precios relativos. Con tarifas y salarios aún en proceso de ajuste, el traspaso a precios puede ser menos directo. Aun así, es un factor que contribuye al anclaje nominal y a moderar la inercia”, continuó Anzalone.

El objetivo del Gobierno de una inflación del 18% anual luce desafiante 

Según los analistas, lograr un 18% anual implica un sendero de inflación exigente. Para alcanzarlo, la inflación mensual debería promediar 1,4% todo el año, lo que luce desafiante si el IPC rompe el 2% recién a partir de abril, y dado que el traspaso de los aumentos de tarifas y salarios todavía no se completó.

Además, hay factores estacionales y ajustes en la economía que pueden mantener el IPC por encima de ese nivel en los próximos meses. “Si la baja del 2% se demora, la meta del 18% se vuelve más difícil de cumplir sin una política monetaria y fiscal aún más restrictiva”, dijo Anzalone. 

“El 18% es más un deseo de consolidar las expectativas de inflación a la baja, que una realidad con chances de concretar. Estimamos desde Suramericana Vision un rango que puede estar entre un 22 y un 25%, que permitiría llevar a la tasa de inflación anual a su nivel más bajo desde 2017, algo que el Gobierno podrá utilizar en términos electorales en octubre”, concluyó Tosi.

 

GM/ML