Alimentos, otra vez por encima del índice general de precios
La inflación de mayo fue menor a la esperada, pero el rubro alimentos se ubicó nuevamente –y después de varios meses– por encima del índice de inflación. El aumento de algunas exportaciones y de los costos de producción siguen impulsando el incremento de bienes básicos, a pesar de que el consumo sigue cayendo. En mayo las ventas minoristas cayeron 7,3% interanual.
El aumento de algunas exportaciones y de las tarifas sigue impulsando hacia arriba los precios de algunos productos básicos, a pesar de que el consumo continúe cayendo.
La inflación de mayo fue del 4,2%, la menor tasa desde abril de 2022. Pero el rubro alimentos y bebidas escaló por encima del promedio (4,8%) después de varios meses de ubicarse por debajo. Es la primera vez que esto ocurre desde el salto de diciembre, cuando el dato general del 25,5% era menor al de los alimentos, que aumentaron un 29,7%.
El consumo de alimentos y bebidas cayó un 9,4% en mayo con respecto al mismo mes de 2023, según los datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), y acumuló una baja del 20,9% durante los primeros cinco meses de 2024.
Si bien es cierto que las ventas minoristas vienen experimentando una caída desde mayo de 2022, esas caídas interanuales no llegaron a los dos dígitos hasta diciembre de 2023. Fue entonces cuando se produjo un pico del 13,7% interanual, que se fue acentuando en enero (-28,5%), febrero (-25,5%), y que continuó registrando bajas en marzo (-12,6%), abril (-7,3%) y mayo (-7,3%).
Pese a la caída del consumo, que se sintió fuerte en productos de primera necesidad, la inflación en alimentos volvió a estar por encima del promedio.
En el caso del pan de mesa, por ejemplo, el incremento mensual de mayo fue del 5,6%. En lo que va del año la variación fue del 115,6%, mientras en términos interanuales el porcentaje llegó al 359,5%. “Yo no sé cómo miden la inflación, pero en lo que respecta a nuestra inflación, en el último bimestre la luz nos aumentó un 150% y en el último mes el gas nos aumentó entre un 130% y un 140%”, explicó a PERFIL Diego Rubio, representante de la Cámara de Industriales Panaderos. “Si lo tomamos de diciembre a hoy, el gas nos aumentó un 800% y la luz un 200%. En el caso de la harina, un 40% este último mes. Nosotros trasladamos un 10% de ese costo al mostrador”. Las ventas, en cambio, siguen en picada. “El consumo baja al nivel del resto de los alimentos. En el primer trimestre en el orden del 20%”, concluyó.
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) elaboró un informe con los datos del Indec, en el que señaló que entre los productos que más aumentaron están, por cuarto mes consecutivo, “artículos lácteos (seis productos entre los primeros 20, con un incremento promedio del 6,3%), frutas y verduras (cinco productos entre los primeros 20, con un incremento promedio del 23,6%), productos de almacén (tres productos entre los primeros 20, con un incremento promedio del 5,8%), productos derivados de trigo (tres productos entre los primeros 20, con un incremento promedio del 5,1%), bebidas (dos productos entre los primeros 20, con un incremento promedio del 4,8%), y un producto de carnes y derivados, con un incremento del 5,2%”.
Entre los lácteos el que más aumentó fue la manteca: un 9,5%, muy por encima del nivel general. En el caso específico de este producto, explicó a PERFIL Jorge Giraudo, director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, esto se debe al incremento en la producción de alimentos con alto contenido en grasa para el mercado externo. “En la medida en que se hacen más productos enteros, el producto entero se lleva la grasa con la que se hace la manteca. Se genera muy poco excedente de grasa, ya que hay menos productos descremados. La leche en polvo que se exporta, que es nuestro principal producto de exportación, es entera. Por ende hay poca generación de manteca y se transforma en un bien escaso, y lógicamente ante un bien escaso los precios suben”.
Sin embargo, agregó también Giraudo, respecto a la caída en las ventas locales en los últimos meses, el consumo se recompone. “Los precios empezaron a descomprimirse, incluso en moneda constante algunos precios están bajando y están convergiendo con los incrementos salariales, y por eso empieza a tonificarse más el consumo”. En mayo la leche en sachet aumentó el 3,4% y la leche en polvo un 2,8%.
En el caso de las carnes y derivados, la suba en general fue menor a la inflación: del 2,5%. Solamente la carne picada se ubicó por encima, con un incremento del 5,2%. Los demás cortes que mide mensualmente el Indec tuvieron variaciones menores a la inflación, e incluso en el caso del asado no se registró variación.
“El sector está en una situación compleja, tan compleja como la semana pasada, con sólo una pequeña diferencia y es que el consumo per cápita seguramente en este mes aumentó algún par de kilos, pero no porque se haya reactivado la actividad ni porque se haya reactivado el consumo, sino porque la carne vacuna sigue incrementándose por debajo del índice de precios al consumidor, y esto de alguna manera alienta al consumidor”, explicó Miguel Schiariti, de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), a PERFIL. “Los precios en el mercado de Liniers están realmente deprimidos, y, a pesar de que todavía no sale una cantidad importante de animales del corral, los precios se mantienen muy estables, sólo se pagan mejores precios para algún lote muy especial”.
A pesar del repunte, agregó el representante de Ciccra, “el consumo sigue muy deprimido en el mercado interno, y las exportaciones han aumentado muy levemente, y con precios estabilizados en la gran mayoría de los mercados”. Por el lado del mercado externo, “se produjo un aumento importante de ventas a los Estados Unidos, dado que está en un periodo de recomposición de su stock ganadero y esto hace que necesite comprar más carne en el exterior”, concluyó.
El consumo de alimentos y bebidas cayó un 9,4% interanual en mayo
“En algunos casos lo que pasa es que la caída de consumo se sopesa en parte con el incremento de costos”, explicó a PERFIL el economista Hernán Letcher, director de CEPA. “Si hay aumento de tarifas terminan yendo al costo. Los precios no son lo suficientemente flexibles en Argentina como para que, si cae la demanda, bajen los precios”.
En el caso de la carne, la incidencia de las exportaciones en los precios internos no tiene el impacto que puede tener en otros, como los lácteos. “Eso es por una razón, que es que el tipo de cambio está planchado. Si se disparara el tipo de cambio tendrías un incremento de precios”, sintetizó.