Advierten que podrían desperdiciarse hasta 100 millones de kilos de fruta
Productores de Río Negro señalaron que en el primer trimestre del año, si las condiciones no mejoran, podrían verse obligados a no cosechar la producción de peras y manzanas, ya que el costo de hacerlo superaría lo que las grandes empresas exportadoras ofrecen por kilo. Por ahora, y a causa de la caída del consumo en 2024, se está vendiendo el remanente que quedó en cámaras de frío, pero, producto del aumento de las tarifas, los costos también se incrementaron.
La combinación de un dólar “planchado”, caída del consumo, sobreoferta, aumento de costos, impuestos que no bajan y disminución de las exportaciones de frutas como la manzana y la pera generaron un contexto que los productores frutícolas consideran “de emergencia”. Ahora, evalúan si conviene cosechar lo previsto para el primer trimestre de 2025: los costos de hacerlo superan el precio que los exportadores están dispuestos a pagar por kilo, por lo que es posible que la fruta quede en las plantaciones y se pudra. Eso implicaría, a su vez, la desaparición de cientos de pequeños productores y pondría en riesgo miles de puestos de trabajo.
“Acá se está evaluando si levantar la cosecha o no. Hace 15 años que no había una oferta tan baja, ha aumentado todo el doble, y se está ofreciendo lo mismo por un kilo de fruta: 200, 300 pesos”, explicó a PERFIL Edgar Artero, productor frutícola de Río Negro. “En definitiva, se van a tirar más o menos unos 80 o 100 millones de kilos de comida acá, en el Alto Valle. Va a quedar en el árbol, después se descompone y se cae”, agregó. “Hacía rato que no pasábamos por una situación tan mala, y las empresas que se dedican a exportar todavía no han pagado lo del año pasado”, detalló.
“Lo peor es que va a quedar la fruta tirada. Es una vergüenza que nadie haga nada a nivel provincial, municipal o nacional. En todos lados va quedando comida tirada en el campo, en vez de aprovecharla. Y nadie hace una gestión. En un país como Argentina tirar comida es pecaminoso”, lamentó el productor.
La caída en el consumo durante 2024 (las ventas minoristas acumularon una baja del 10% respecto a 2023 según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa –CAME–) generó una sobreoferta: los productos que se acumularon se conservan en cámaras de frío, un servicio por el que el productor paga cada vez más por el aumento de las tarifas de electricidad.
“La manzana que se está consumiendo ahora es la que se está sacando del frío”, detalló Artero. “Si el comprador viene y te la paga (con suerte) $500, de esos $500 pesos $250 tenés que pagarle a quien te conserva la fruta. En el caso de las peras las sacan del frío y se vende para la industria, que la tritura para hacer pulpa, por lo que te pagan $150 el kilo. Es decir que el productor tiene que poner de su bolsillo para conservarlas” y va a pérdida.
Por otro lado, el costo de los combustibles y la mano de obra aumentó, pero por la sobreoferta los precios se mantienen bajos.
“Este año arranca complejo porque 2024 terminó muy mal”, agregó Martín Borocci, productor de Allen, Río Negro. El final del último cuatrimestre de 2024 fue tan malo que esos precios que quedaron como de referencia para el inicio de la temporada 2025 ya arrancan demasiado abajo, teniendo en cuenta que el 2024 todavía fue un año con inflación alta”, argumentó. “En esta actividad tiene mucha incidencia el costo de la mano de obra intensiva y ese sector de empleo fue uno de los que más aumentos tuvo”.
A eso se le suma que “el tipo de cambio se ancló y no se bajó en nada la presión tributaria”, añadió el productor. La falta de inversión y de créditos, explicó, vienen desde hace varios años, pero ahora tampoco existe la decisión política de revertir la situación.
Por último, Borocci explicó que “la fruta siempre es la variable de ajuste” ya que “los exportadores cubren sus costos y su rentabilidad”.
Pablo Diomedi es productor de tercera generación en Allen y Fernández Oro, en la provincia de Río Negro. “Somos de los pocos productores pequeños que todavía subsistimos”, comentó a PERFIL. “Se están dando todas las condiciones para la tormenta perfecta: estamos a días de comenzar la cosecha de variedades de pera, el personal que viene del norte (unos 15 mil trabajadores de Tucumán) ya está llegando, están arribando los colectivos, y nos encontramos con que no sabemos qué vamos a hacer con la fruta, porque tenemos por un lado un mercado interno que está totalmente retraído y por otro lado las exportaciones, que con un dólar pisado y una devaluación de Brasil, que es uno de los principales consumidores nuestros, tampoco tiene demanda”, afirmó.
“Tenemos la fruta, tenemos la gente, tenemos todo, pero no sabemos qué vamos a hacer”, agregó el productor.
De acuerdo con el último informe de CAME, si bien en el periodo comprendido entre los meses de diciembre de 2023 y noviembre de 2024 las exportaciones de las economías regionales crecieron en términos generales respecto al mismo periodo comprendido entre 2022 y 2023, en el sector frutícola (manzanas, peras y membrillos) las ventas al exterior disminuyeron: un 12,2% en dólares y un 24,6% si se mide en toneladas.
“El valor que está recibiendo el productor está muy por debajo del costo de producción”. El costo de producción, explicó Diomedi, está determinado por la Secretaría de Fruticultura de la provincia de Río Negro, el INTA y la Universidad del Comahue.
En este contexto, reclamó, “no vemos ningún tipo de respuesta de los gobiernos. El gobierno nacional es un gobierno que yo voté. Pero realmente veo que están desconociendo totalmente cuál es la realidad del sector”, cerró el productor.
Los costos de producción superan el precio que los exportadores están dispuestos a pagar
Enrique Marini es otro de los pequeños productores que sobrevive: tiene 5 hectáreas en Fernández Oro. “Los productores que están quedando son de 15, 18, 20, 25 hectáreas. Es muy raro que haya un productor de 5 o 6 hectáreas en el Valle. Y si hay, son contados. Ahora le está llegando el agua al cuello al productor de 18 y 20 hectáreas también. Los otros productores desaparecieron”, comentó a este medio. “Lo que produzco no me da para vivir ni para poder pagar a un empleado. Más este año, que va a ser con unos valores muy bajos. La provincia lo único que te ofrece son créditos que un productor chico como yo no puede pagar. Lo que les interesa es el tema de los loteos y el petróleo, que avanzan mientras la producción se viene abajo”, sintetizó.