Fondos frescos

Acuerdo con el FMI: por qué el Gobierno jura que esta vez es diferente y qué opinan los analistas

Tras la publicación del DNU, el oficialismo diferenció el nuevo entendimiento de los 22 que firmó la Argentina desde la década del 50. Adónde se destinarán los recursos que ingresen. La mirada de los economistas.

Expectativa. El oficialismo espera lograr un nuevo acuerdo con fondos frescos. Foto: NA

Luego de meses de negociaciones frenéticas, el Gobierno de Javier Milei publicó el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que establece un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si bien todavía faltan conocer aspectos relevantes, como la cifra que desembolsará el organismo multilateral, referentes del oficialismo juraron que esta vez es diferente a otras veces. Economistas de distintas corrientes encontraron similitudes y diferencias respecto a la firma de tratados previos.

En principio, el Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés) durará hasta 2035, contemplará un período de gracia de cuatro años y medio para el pago de intereses y permitirá patear los vencimientos. Además, parte de los recursos se destinarán a saldar una millonaria deuda del Tesoro con el Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Acuerdo con el FMI y fondos frescos: ¿un pasamanos positivo o un endeudamiento riesgoso?

Cabe destacar que la Argentina es el principal deudor del prestamista de última instancia. En efecto, los pasivos argentinos representaban el 28,3% del stock de préstamos por US$ 144.900 millones seguidos por Ucrania (10,1%) y Egipto (7,7%) al cierre de 2024. Aún no se conocen los detalles de cuánto se incrementará la deuda total con el FMI, que hoy supera los US$ 41.000 millones.

Para el ministro de Economía, Luis Caputo, el nuevo entendimiento con el organismo multilateral es inédito en la historia argentina, a pesar de que se firmaron 22 pactos desde la década del 50. Bajo su perspectiva, es la primera vez que se rubrica un acuerdo con el objetivo de "reparar el daño que la política le ha provocado a los ciudadanos vía el abuso del gasto público y consecuente déficit fiscal". 

"Habiendo terminado en el 2024 con el déficit fiscal y cuasi fiscal heredados, este nuevo Acuerdo permitirá solucionar el problema de los stocks (déficits acumulados del pasado), que derivaron en la apropiación de las reservas del Banco Central vía deuda del Tesoro Nacional”, interpretó.

¿El nuevo acuerdo con el FMI es diferente al resto?

Una de las principales diferencias con los 22 compromisos anteriores firmados con el Fondo es el contexto macroeconómico. La administración libertaria ajustó por encima de las metas propuestas por el prestamista de última instancia y consiguió superávits gemelos durante el primer año de gestión.

La aplicación de la motosierra y la licuadora sobre el gasto público a lo largo de 2024 facilitó las negociaciones con el FMI, cuyas recetas contemplan una serie de recortes en las partidas presupuestarias del Estado nacional para revertir el rojo de las cuentas públicas. A partir de ese sobrecumplimiento los objetivos, se sentaron las bases del actual programa.

En diálogo con PERFIL, el jefe de Research de Romano Group, Salvador Vitelli, sostuvo que el Acuerdo de Facilidades Extendidas actual es similar en condiciones al rubricado por el exministro de Economía Martín Guzmán en 2022: extensión de una década y período de gracia de 4 años.

Sin embargo, Vitelli consideró que la principal desemejanza tiene que ver con la coyuntura macroeconómica del país. Específicamente, en lo vinculado con el equilibrio presupuestario y la reducción de la inflación, explicada —en parte— por el fin de la emisión de pesos para financiar los déficits del Tesoro.

"Este apunta a un reacomodamiento de la deuda del Tesoro y una recapitalización del BCRA. El que se realizó en 2022 no iba en ese sentido. A priori, eso permitiría ir flexibilizando el cepo y también ir solucionando una de las grandes inquietudes que tiene la Argentina en cuanto a la materia cambiaria. Un fortalecimiento del patrimonio del BCRA es bienvenido en la medida que las condiciones crediticias se vayan flexibilizando y la Argentina tenga acceso al crédito", expresó.

En caso de aprobarse el documento que Milei envió al Congreso de la Nación, implicaría una postergación de vencimientos de pagos de intereses por US$ 13.000 millones hasta el fin del mandato del libertario: US$ 2.000 millones en 2025; US$ 4.000 millones en 2026 y US$ 7.000 millones en 2027.

A su turno, el analista financiero Christian Buteler consignó que una diferencia sustancial es el destino que se le dará a los fondos frescos del organismo: "Una parte va a renegociar la deuda y otra para cancelar deuda con el Banco Central. Una vez que se resuelva, los fondos quedarán a disposición de la entidad y hay que ver qué uso les dará". 

No obstante, Buteler abrió una ventana de dudas respecto al uso que se le dará a los dólares que recalen en las arcas de la autoridad monetaria. "Si hoy vemos cómo usa los dólares el BCRA para atrasar el tipo de cambio y que la brecha no se amplíe, no encuentro muchas diferencias con otras veces", juzgó.

Para qué se utilizarán los fondos del FMI

Por su parte, el director ejecutivo de Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, evaluó que este acuerdo se distingue del resto porque "no está siendo tomado para financiar al Estado de alguna u otra forma, ya que ingresa más plata de la que gasta, con lo cual no hay necesidad de tomar más deuda al estar con superávit".

"Una parte entra para pagarle al propio FMI y, a la vez, ingresan recursos frescos que había en otras ocasiones, pero esta vez se van a destinar a cancelar deuda que tiene el BCRA, pero que es del Tesoro. Al final del día, no hay un aumento de la deuda pública. Esto ayuda a que por fin haya un BCRA con reservas propias y ser mínimamente solvente, lo que le falta a este banco central para tener un dígito de inflación anual", acotó.

Más allá de repagarle al Fondo, el equipo económico busca utilizar los recursos para recomprar y cancelar las Letras Intransferibles que el Tesoro le colocó al Banco Central en las últimas dos décadas. Esta dinámica, que se profundizó durante los gobiernos kirchneristas, consistía en el canje de reservas líquidas por instrumentos con nulo valor de mercado y baja tasa de interés. De esta manera, el Tesoro se hacía de dólares para pagar vencimientos y, en contrapartida, se debilitaba el patrimonio del BCRA.

Según calcularon los analistas de GMA Capital, las Letras Intransferibles tenían un valor técnico que rondaba los US$ 67.000 millones a principios de 2024. No obstante, a partir de un cambio en el criterio de valuación adoptado por el Central, hoy totalizan US$ 23.000 millones. Parte de los dólares del FMI se orientarán a la cancelación parcial de esa abultada cifra.

 

MFN/ML