opinión

“¿Qué les pasa a River y Boca?

Incertidumbre. Boca fue goleado por Tigre en el debut de Gago, y River, por Mineiro. Foto: afp

Un viejo periodista de El Gráfico solía decir que nunca había que poner “Perdió River” (o Boca). Si River (o Boca) ganaban, mucho mejor, los títulos, según la importancia y el resultado del partido, iban desde un sencillo “Ganó River” (o Boca), pasando por un “Gran victoria”, llegando a hipérboles como “Inolvidable” o “Histórico”. Pero, ¿qué pasaba si River (o Boca) perdía? ¿Qué hincha de River (o Boca) compraría la revista para revivir la derrota? Por eso estaba terminantemente prohibido poner “Perdió River” (o Boca). ¿Entonces? Había que buscar alguna figura retórica que, usando esa derrota, generara impacto. Por ejemplo: “¿A dónde va River? (o Boca), pasando por “River (o Boca) en su peor momento”, llegando al terminante “Crisis en River (o Boca)”.

Pues bien, ¿qué podríamos decir nosotros, aquí y ahora, de los actuales River y Boca? Uno, Boca, le ganó a Gimnasia por penales en la Copa Argentina, después de comerse 3 contra el paupérrimo Tigre el fin de semana pasado. El otro, River, fue goleado 3 a 0 por Mineiro en Brasil, en la semifinal de la Copa Libertadores, y espera poco menos que un milagro para clasificar (¡Me imagino lo que sería la tapa de El Gráfico, si la revista existiera aún, si River llegase a lograrlo!). Y además, a River le va tan mal como a Boca en el campeonato local (igualmente, no es lo mismo quedar eliminado en la semifinal de la Copa Libertadores que ni siquiera jugarla, como Boca).

Los dos equipos están en crisis. Crisis que costó cambios de técnicos en tiempos recientes (o muy recientes, como en Boca). Entonces, ¿qué titulo poner? Tal ver un simple: “¿Qué les pasa a River y Boca?”. Creo saber, o tener una vaga idea, qué le pasa a Boca. Pero no logro entender qué le sucede a River. Lo primero: va quedando claro que el problema no era (solo) Demichelis. Salvo que el martes River pase, o en una levantada histórica gane 3 a 0 y pierda por penales, de ahí para abajo, la semifinal rondaría el papelón. Papelón con Gallardo. Pero veo el plantel que tiene River (ahora con Pezzella, y con el siempre lesionado –incluso en la selección– Acuña) y no entiendo por qué juega tan mal. Con Demichelis y con Gallardo. 2 de los 3 goles de Mineiro vinieron de errores puntuales de los defensores. El mediocampo no marca ni juega, y adelante no hacen goles. Y Milito le dio un baile táctico a Gallardo, con fama (bien ganada) de saber jugar los partidos con eliminación directa. Curioso todo (aunque “curioso” es una palabra demasiado intelectual, no creo que fuese tapa de El Gráfico).

Boca, con Gago o quién sea, tiene mucho menos plantel que River. Hay muchos que juegan por el apellido. Y otros que, pese al apellido, ya empezaron a salir. Es difícil evaluar a Gago por 2 partidos. Pero podemos proponer una diferencia entre tener un “estilo” o un “gusto” táctico, y el liso y llano dogmatismo. Lo primero (más allá precisamente de mi gusto personal, muy diferente al Gago enamorado de jugar con dos extremos, con poca capacidad de retorno) es válido. Ahora, si Gago cae en el dogmatismo táctico, sumado a un plantel bastante pobretón, a Boca no le esperaría demasiada mejoría. Ahora le toca Vélez en semifinales, el mejor del fútbol argentino. ¿Ganará el tercer partido consecutivo por penales?