Juegos Olímpicos París 2024

Nadie habla de fracaso, pero en las delegaciones se impone la decepción

Al margen del oro del 'Maligno' Torres y algunos casos puntuales, los resultados cosechados en la capital francesa por los deportistas argentinos reflejan más bajos que altos.

Golpe a la ilusión. El equipo de vóley apenas logró ganar un set en tres partidos. Foto: afp

Se subió a la bicicleta sabiendo que lo único que debía hacer era llevar acabo lo planificado. La noche anterior, luego de haber logrado vencer su mayor miedo que era quedarse afuera de la final, con su entrenador Pablo Biffarelli hablaron en la soledad de la Villa Olímpica sobre la clave para poder aspirar a cumplir el sueño que había nacido cuando vio a un chico tirando trucos en una plaza de Cordoba: ser campeón olímpico.

En esa charla poco se habló de técnica de carrera. Tampoco de trucos o estrategia. En esa habitación del edificio que alberga a la delegación albiceleste en estos Juegos Olímpicos de París 2024 solo se habló de una cosa: el disfrute. Minutos después del oro, José “Maligno” Torres le confiesa a PERFIL el significado de la charla: “Remarcamos mucho que el miedo de la fase de clasificación era muy grande porque, al promediarse las dos pasadas un error tiraba todo a la basura. Por eso solo hablamos del disfrute, de tirar todo lo que habíamos practicado en todo este tiempo. Ser conscientes del lugar en el que estábamos”.

José "Maligno" Torres, con la dorada

Pero el disfrute de la delegación argentina tras la primera semana en París tiene pocos puntos de conexión con el oro del Maligno. Salvo el hockey con Las Leonas, y en menor medida con Los Leones, los diplomas de Julián Gutiérrez (tiro) y Matías Del Olio (skate), los resultados cosechados en la capital francesa reflejan más bajos que altos en la delegación argentina.

“Lamentablemente somos un país que dependió siempre de las camadas. Y en varios deportes estamos en un recambio que nos aleja de los primeros planos”, dice un entrenador de un deporte en la zona mixta. Y al analizar los rendimientos hay doy fines de ciclos muy claros: el del vóley, que solo ganó un set en tres partidos y ya no contará con sus dos principales figuras como Luciano De Cecco y Facundo Conte (quienes ya no jugarán en la Selección), y el hándbol.

El bicicletero que construyó la bici con la que el Maligno ganó el oro

En el caso del equipo de Guillermo Milano la realidad la dice Federico Pizzarro tras la derrota de ayer ante Francia: “El piso de este equipo es muy alto. Nos acostumbramos a jugar en los Juegos Olímpicos y eso habla bien de este grupo. Pero para dar otro paso más arriba nos falta bastante más por crecer”.

Otro sabor amargo fue el del rugby, uno de los candidatos máximos a conseguir medalla en la previa por la extraordinaria temporada que los coronó como el campeón del circuito mundial de Seven. El entrenador Santiago Gómez Cora no puso ninguna excusa al 7º puesto final: “Los detalles en un torneo con ocho equipos posibles de medalla son todo y en este torneo no pudimos estar finos. El cansancio de la temporada se notó porque los tres mejores no pudieron conseguir medalla”.

Nadie habla de fracaso puertas para adentro. Sí de decepciones. Pudo haber mejores resultados individuales y se esperaba mejores actuaciones colectivas, sobre todo del fútbol, pero en definitiva la realidad del deporte argentino es la que se reflejó en estos nueve días. Un Maligno que rompió los esquemas y le dio una alegría inesperada e inmensa en las calles de París.

* Desde Paris.