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Los Pumas: triunfo histórico y dramático ante los Springboks

29-28. El Seleccionado logró lo imposible y ahora le queda el último partido en Sudáfrica. Foto: cedoc

Pocos minutos después de iniciar el partido murió Julián Parodi, compañero de este diario. Algo de su fuerza debe de haber insuflado en los Pumas, de otro modo no se explica. 

Imbatibles en el scrum, letales en la carrera, infalibles en la patada, los Springboks perdieron 29 a 28 en el estadio Madres de Ciudades de la ciudad de Santiago del Estero. El rugby tiene eso: la visión superficial del resultado da una idea bastante cabal de lo ocurrido en el campo de juego, y eso fue lo que ocurrió, ni más ni menos. Con un final digno de un film de terror, y un comienzo que no fue menos terrorífico, los campeones del mundo cayeron ante los argentinos.

Los Pumas empezaron perdiendo 0-17 luego de los tries de Aphele Fassi y Jesse Kriel, y las conversiones de Handre Pollard, el sudafricano letal. Pero algo ocurrió, y a los 26 minutos de juego el marcador se había dado vuelta, pasando a 19-17 gracias a las intervenciones eficaces de Mateo Carreras, Pablo Matera y Joel Sclavi, más las conversiones de Tomás Albornoz.

Con un trie de Albornoz, convertido por él mismo, los argentinos lograron poner el marcador en 26-17. Pero pocos minutos después una corrida de Cobus Reinach llevó los tantos a 26-22. 

En el segundo tiempo comenzó el film de terror del que hablaba antes: los sudafricanos pasaron al frente 26-28 con dos penales convertidos por Pollard y Manie Libbok. Penal para Argentina, convertido por Albornoz, y faltando pocos minutos para el final el sudafricano Kurt Lee Arendse erró el penal decisivo, el que habría coronado campeones del Rugby Championship de este año. Todos volvimos a respirar, o tal vez empezamos a respirar en ese preciso momento.

Ahora queda esperar el sábado que viene en el Mbombela Stadium, en la ciudad de Nelspruit, en Sudáfrica. Si los chicos de Contepomi ganan, se coronan campeones. Parodi seguirá haciendo fuerza, esté donde esté.