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Las claves del Paraguay de Gustavo Alfaro: solidez en la cancha y compromiso afuera

Cuando llegó en agosto el técnico argentino, la selección guaraní había sumado solo cinco puntos en seis fechas (dos empates y una victoria). En estas cinco jornadas que dirigió Alfaro, se mantiene invicto, les ganó a Brasil y Argentina, y acumula 11 unidades de 15. La “tecla justa” que apretó en su estadía en Asunción: consolidar un grupo que desee representar a su país y ajustar piezas para afianzar el esquema defensivo del equipo. “Es una relación muy linda con ellos y la gente del predio. Lleva mucho tiempo construir algo sólido”, dijo.

Liderazgo. El entrenador argentino cambió la imagen de la selección paraguaya, que ya está sexta y en zona de clasificación. Foto: afp

Lo primero que se puede decir sobre el planteo y sobre el triunfo de Paraguay contra Argentina, tiene que ver más con la albañilería que con el fútbol: la humedad, o sea lo que representa Argentina según Gustavo Alfaro, no se filtró en la doble pared paraguaya que construyó el técnico argentino, siempre proclive a las citas y metáforas en las conferencias de prensa.

La línea de cuatro defensores –Alonso, Alderete, Gómez y Velázquez– funcionó a tal punto que prácticamente anuló el potencial de ataque que tiene la selección campeona del mundo.

“Argentina es la humedad. La humedad por algún lugar se filtra. Si vos tenés una pared rajada, la humedad te aflora. Y Argentina es la humedad. Entonces, si Argentina te descubre las rajaduras, y si vos esas rajaduras no las tenés bien cubiertas, por ahí Argentina se te filtra”, había comparado Alfaro un día antes del partido. El entrenador sabía que para ganarle al equipo de Lionel Scaloni, lo principal era impermeabilizar la defensa. 

El técnico supo construir en menos de seis meses, una versión de la selección paraguaya que sorprende tanto adentro como afuera de ese país. Cuando asumió, a mediados de agosto, Paraguay había sumado cinco puntos en seis fechas (dos empates y una victoria). En estas cinco fechas que dirigió Alfaro, el seleccionado guaraní aún no perdió y acumuló 11 unidades, con el agregado de que venció a Brasil y Argentina, y empató en su debut contra Uruguay en Montevideo. Contundente.

El entrenador explicó cuál fue la clave para que la Selección de Paraguay pudiera ganarle a Argentina y crecer en la tabla de posiciones de la Eliminatoria, al punto de que ahora está en zona de clasificación al próximo Mundial: “Nosotros analizamos rendimientos, no resultados, y en ese sentido pensé que, si tocábamos la tecla justa y no le fallamos a los jugadores, sin prometer cosas que no podemos cumplir, sin exigir más de la cuenta, dar antes de recibir y si tenemos la capacidad de dejar de lado los intereses personales por un escudo, una bandera, un himno, van uno atrás del otro”. Lo político y lo humano por sobre lo táctico. 

Aunque lo táctico y lo grupal también está presente en este ciclo, que arrancó luego de la estrepitosa eliminación en la Copa América con Daniel Garnero en el banco (perdió los tres partidos que jugó). “Argentina es difícil. Nos metieron el gol, miro a mis colaboradores, me dijeron que estaba habilitado y dije “pucha, empezamos perdiendo”, pero miré a los jugadores y entre ellos se tranquilizaban. Lo mismo contra Venezuela, pero empezamos perdiendo contra el campeón del mundo. Sabíamos que era difícil, pero teníamos con qué y lo consiguieron”, completó.

La consolidación del grupo es uno de los aspectos que Alfaro destacó sobre este presente de Paraguay. De hecho, admitió que sentirá la ausencia de sus jugadores hasta marzo, cuando regrese la ventana de Eliminatorias: “Los extraño cuando se me van. El martes se van y hasta marzo no los veo más, y es una relación muy linda con ellos y la gente del predio. Esto es muy lindo y lleva mucho tiempo construir algo sólido”.

 

Las patadas paraguayas

Las mejores selecciones de Paraguay y los mejores equipos de Gustavo Alfaro tienen un denominador común: su dureza física, que muchas veces incluyó alguna patada de más. 

Contra Argentina, el representante de esa escuela fue Omar Alderete. El defensor central, que hace dupla con Gustavo Gómez (posiblemente, uno de los mejores centrales del continente), cometió dos infracciones casi consecutivas sobre Lionel Messi en el primer tiempo del partido, lo que generó el enojo y la reacción del capitán argentino. En la primera ocasión, fue amonestado por el árbitro Anderson Daronco, luego de voltear deliberadamente al argentino saliendo del círculo central. Minutos después, cortó un avance de la Pulga sobre la derecha. ¿Correspondía la segunda amarilla? Probablemente. De hecho, los futbolistas argentinos reclamaron eso. Pero no sucedió.

Y más tarde, en el segundo tiempo, Alderete convirtió para sellar el histórico triunfo guaraní sobre la selección campeona del mundo.