mundial de uzbekistán

El futsal le da otra chance a Lucuix

Gran DT. Tuvo que dejar de jugar por una lesión. Mañana dirigirá a la Selección en la final. Foto: prensa afa

La selección argentina de futsal enfrentará mañana a Brasil en la final del Mundial de Uzbekistán y podrá lograr su segunda conquista intercontinental de la mano de Matías Lucuix, el entrenador a quien una lesión obligó a retirarse en el apogeo de su carrera y que fue parte del campeonato del mundo conseguido en Colombia 2016.

Nacido el 20 de noviembre de 1985 en Buenos Aires, Lucuix pasó por Tigre y River, club del cual es hincha, y fue citado a la selección argentina, el lugar que lo impulsó a jugar en Europa tras ser medalla de plata en los Juegos Panamericanos 2007.

Lucuix está considerado como el mejor exponente del futsal argentino. Tenía una elegancia distintiva, técnica, habilidad, gol, panorama, inteligencia, mentalidad ganadora y, como si fuera poco, capacidad de ser ambidiestro a la hora de definir de cara al arco. Un distinto.

El Caja Segovia de España fue su primera experiencia en Europa, donde arribó en 2007 y mostró todo su potencial durante cuatro años hasta su llegada, en 2011, al Inter Movistar, uno de los mejores equipos del futsal español.

Con 26 años, se preparaba para disputar el Mundial de Tailandia 2012, donde era la figura indiscutida de Argentina y la ilusión del equipo de alcanzar el podio por primera vez. Pero el partido ante Australia significó un antes y un después en su carrera deportiva: sufrió una triple fractura. Le tuvieron que colocar 20 tornillos y 2 placas.

El golpe fue devastador para Lucuix pero el llamado de Giustozzi, el por aquel entonces entrenador de la selección argentina de fútbol sala, lo volvió a reinsertar en este deporte.

Como parte del cuerpo técnico de la Albiceleste, en 2016 conquistó la primera Copa del Mundo para la selección argentina.

Dos años después, a Lucuix le llegó la gran oportunidad de hacerse cargo de la Selección tras la ida de Giustozzi. Mañana tendrá la gran chance de ganar la segunda Copa del Mundo para la historia del futsal argentino, nada más y nada menos que ante Brasil.