Día del tango

¿Paul Lasserre o José Gardes? Qué dicen los libros sobre el progenitor de Carlos Gardel

El Morocho del Abasto se crió con su madre Berta, pero del padre se supo poco y nada hasta que Armando Defino y su viuda dieron pistas y un nombre. Sin embargo, una descendiente del cantor reveló un secreto familiar que se mantuvo en silencio durante décadas.

Carlos Gardel. Foto: CEDOC

La vida de Carlos Gardel tiene muchas cuestiones que quedaron sin resolverse, entre el mito y la fábula. Cada anécdota o dato es contado según la conveniencia de quien lo revele, sea el propio “Mudo”, alguno de sus múltiples biógrafos o los llamados “uruguayistas”, quizá los más fabuladores de todos los que se animaron a hablar del Zorzal Criollo y su historia, que comenzó en Toulouse, Francia, el 11 de diciembre de 1890. Y como el mismo día pero de 1899 nació don Julio De Caro, se usó la coincidencia para instaurar el Día del Tango en la Argentina.

Uno de los misterios que Carlos Gardel mantuvo durante su vida, fue la identidad de su padre. Fue su administrador, Armando Defino quien se refirió en su libro (póstumo) “Carlos Gardel, la verdad de una vida”, a la aparición en Buenos Aires del progenitor de Gardel, pero sin definir su identidad.

El libro de Armando Defino

Defino cuenta que alguna vez, el hombre en cuestion quiso ponerse en contacto con él y con la abnegada doña Berta. “Un día me contó que después de la primera guerra europea, cuando Carlitos ya tenía fama, vino su padre a Buenos Aires a ofrecerles su nombre, a lo que respondió que ya no dependía de ella, y que lo consultaría con su hijo”, relata el libro del administrador de Gardel, y continúa. “Al decirle a Carlos, éste le contestó: ‘Mirá, viejita, yo ya no lo necesito. Vos podés hacer lo que quieras’. Cuando volvió en busca de la contestación, dijo doña Berta: ‘… le respondí que no teníamos nada que hablar”, escribe en su libro.

Quien fue más allá de eso fue su viuda, Adela B. de Defino, quien publicó el libro de memorias tras la muerte de su esposo y aceptó dar un nombre, en una entrevista periodística al diario Crónica, un 24 de junio de 1965, cuando se cumplían 30 años del fatal accidente de aviación de Medellín que terminó con la vida de Carlos Gardel. “Este se llamaba Paul Laserre y pertenecía a una familia adinerada de la ciudad de Toulouse”, revelaba Adela en aquella nota.

La nota donde Adela de Defino revela el nombre del progenitor de Carlos Gardel.

A partir de entonces, se reconoció siempre a Laerre (o Lasserre) como el padre, o mejor dicho, el progenitor de Gardel. Al punto que los autores Georges Galopa/ Monique Ruffié y Juan Carlos Esteban, le dedicaron una extensa investigación en Francia para contar la vida y aportar documentación sobre este hombre, “El padre de Gardel”, publicada en Buenos Aires en 2012, en la que relatan que se trata de un hombre nacido el 1 de agosto de 1866 y va contando parte de su historia a través de los censos, arma el árbol genealógico de la familia Laserre y reconstruye su prontuario policial.

Paul Lasserre.

Si bien Laserre figura como “litógrafo” y el propio Gardel en alguna entrevista dijo que su padre estaba vinculado a una imprenta, en el libro de Galopa y otros autores se cuenta que el progenitor del Zorzal Criollo y Berta se conocieron porque ella trabajaba en un taller de planchado de la mamá de Laserre.

Pero lejos de aquello de “familia adinerada”, según esta investigación, Lasserre llevaba seis meses preso al momento en que Berta y su pequeño Charles Romuald embarcaron hacia la Reina del Plata en febrero de 1893.

Lasserre volvió a Toulouse cuando recuperó su libertad y se casó con Marie Anne Broyer, el 29 de septiembre de 1898, y murió el 20 de noviembre de 1921.

Dona Berta Gardes.

Las fake news de los uruguayistas sobre Carlos Gardel

La “tesis uruguayista”, o mejor dicho, las fake news uruguayistas, toman por válidos datos que Gardel fraguó para poder viajar a Francia sin ser considerado desertor, inventó una larga historia para justificar que el cantor nació en Tacuarembó entre 1883 y 1887, algo que Defino explica en su libro claramente que no es así, y aclara también las razones que llevaron al cantor a conseguir documentación que lo ubicaba naciendo en Uruguay, cosa que el propio Gardel desmintió en su testamento.

Según las fake news uruguayas, el progenitor de Carlos Gardel sería hijo natural de Carlos Félix Escayola Medina y Carlos Gardel no sería Carlos Gardel sino su hermano Carlos Gardel. Un disparate que hasta la justicia argentina desestimó, cuando quienes armaron esa historia pretendieron hacerle un ADN a los restos del cantor y una jueza decidió que no había la más mínima prueba que justificara semejante movida.

El pacto de silencio familiar de los Gardes que rompió una descendiente

Pero hay otra versión de esta historia, que si bien fue publicada en un libro que tuvo dos ediciones, no está lo suficientemente difundida y no parece tener demasiadas fisuras. Es la que relata Elena Irene Gardes en “Carlos Gardel y la raíz de mi genealogía”.

El libro de Elena Gardes.

Según el relato de esta mujer, en 1967 hubo una reunión de primos hermanos de Gardel, donde discutieron detalles y secretos familiares transmitidos por los mayores de generación en generación y todos fueron coincidentes. Elena Gardes es nieta de un primo de doña Berta, y fue su abuelo, Eduardo, quien le transmitió la historia.

Como sus padres se separaron, a los 9 años Berta fue a vivir a casa de sus tíos, Luis Gardes y Lucía Grégoire, que tenían tres hijos: José, de seis años, Pedro, de 4 y el mencionado Eduardo, de pocos meses. “En la larga convivencia de Berthe y sus primos, un sentimiento de amor profundo, recíproco y secreto nació entre ella y José, no obstante ser él un poco menor que ella” cuenta Irene Gardes en su libro.

José Gardes y su esposa María Luisa.

Pero no solo Berta y José eran primos hermanos, sino que él había ingresado en la vida monástica, alentado, seguramente, por su madre y por Charles, su tío sacerdote, que según se cuenta (aunque no pudo comprobarse), habría llegado a ser obispo de Nueva York.

“A pesar de los votos de castidad a los que José estaba sujeto, le resultaba imposible contener los deseos e impulsos de su corazón, que le hacían bullir la sangre en sus venas por causa del amor correspondido de su amada Berthe y cuyas consecuencias fueron evidentes a los ojos de sus tíos”, continúa el relato de Gardes.

El fruto del amor de Berta y José Gardes

“Berta esperaba un hijo, y ante la vergüenza que ello implicaba para la familia Gardes, la crítica y los prejuicios de los vecinos de esa pequeña aldea, hicieron que la excluyeran del grupo familiar, considerándola indigna de seguir perteneciendo a la familia y llevar el mismo apellido”, asegura el libro de Gardes.

José Gardes y su esposa María Luisa con sus hijos, Luis, Juanita, Anita, José, Esteban y Maruca, todos medio hermanos de Gardel, según el relato de Elena Gardes.

Para “borrar la vergüenza”, Lucía Grégoire decidió viajar a la Argentina, sin Berthe, José ni Eduardo. La joven embarazada se fue de Saint Geniez d’Olt donde vivían, a Toulose, su ciudad de origen, donde nacería nuestro Gardel. Y el “culpable” del amor prohibido fue desterrado a Asia y luego a Africa para pagar por sus pecados. Tanto el sacerdote como Eduardo, llegaron a la Argentina un par de años después que su familia, destino que, como todos sabemos, fue también el elegido por la joven Berta con su hijito.

José purgó hasta donde pudo el castigo de la iglesia por su “falta” hasta que se animó a renunciar a los votos sacerdotales. Culminó sus estudios en Burdeos y volvió a Toulouse para buscar a su amada. Su intención era casarse con ella y reconocer al hijo. Enterado de que estaban en Buenos Aires, cruzó el Atlántico persiguiendo su sueño, pero chocó una y otra vez con la negativa de su madre, que nunca aceptó la situación.

Por qué la repatriación de los restos de Gardel a Buenos Aires tardó más de 6 meses

“El drama vivido por José y Berta se debió a la tenaz oposición de mi bisabuela Lucía a formalizar el matrimonio. Ilusión, fantasía y fracaso de José, que por obediencia, amor y temor a su madre, no se atrevió a concretar sus anhelos de constituir una familia con quien había compartido casi toda su adolescencia”, completa Gardes en su libro, que luego detalla la vida del ex sacerdote en nuestro país, como se convirtió en un importante educador que formó su familia y tuvo sus hijos dentro del “orden” que imponía su madre. 

¿Cuánto habría cambiado la vida de nuestro Carlos Gardel si su progenitor hubiese saltado la prohibición de su madre y hubiese acompañado a su amada Berta en el nacimiento y crianza del pequeño Charles Romuald? Quizá nos habríamos perdido su arte, mezcla rara de cantante exquisito, audaz innovador que se animó a mil géneros, arrabalero, pícaro criollo y mil virtudes más. Quizá nunca habría sido el Zorzal criollo, el Morocho del Abasto, el emblema del género por excelencia de la música de la ciudad de Buenos Aires.

Aclaración final sobre el progenitor de Carlos Gardel de Georges Galopa

Luego de publicada esta nota, se comunicó uno de los autores del libro "El padre de Gardel" con este cronista para hacer una aclaración, que cito textual: "puedo afirmar (...) que la téoría de la señora Elena Irène Gardes es falsa, ya que en el arból genealógico de su familia, el vínculo con la familia  de Doña Berta, mencionado por Elena Gardes no existe, ya que los genitores de los "presuntos hermanos' de su arból genealógico son diferentes. Además, Doña Berta, se fue en 1875 con su madre, su hermano y su padrastro a  Venezuela  y volvió a Francia en 1882,  (tenía 17 anõs).  Ella se quedó en Burdeos con su familia (esta mencionada en el censo de Burdeos de 1886, y tenía 21 anos). Esta romance con un sacerdote no podía existir"