arte y ciencia

Dos cuadros, uno de Tintoretto y otro de Picasso, a salvo por la ignorancia

El Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti atribuyó a Tintoretto, el gran artista veneciano, uno de los cuadros de su colección, tras un proceso de investigación en el que han participado historiadores y científicos. Muy lejos, en Capri, Italia, un cuadro descubierto por un chatarrero en el sótano de una villa hace seis décadas es en realidad, una obra del artista español Pablo Picasso y, según los expertos, podría venderse por millones.

Arte. Investigadores del Conicet analizan el Tintoretto. Foto: gtza. conicet

Estimado lector, ¿acaso buscó algún tesoro entre los trastos familiares desperdigados en sótanos, bohardillas, galpones, tanto en propiedades heredadas o espacios descartados por sufrir un abandono irreversible? No me refiero a cajas fuertes, arcones o alhajeros, objetos algo secretos donde lo valioso puede aparecer desde el olvido. Hablamos de obras de arte ignoradas. Seguramente, luego de leer esta nota, entre y hoy y mañana destinará su tiempo a una cacería íntima, tal vez apurada y ansiosa.

Italia, 1962, isla de Capri. Luigi Lo Rosso tiene por oficio la compra y venta de trastos viejos. En nuestra lengua sería como un “botellero” que, con megáfono sobre el techo de su camioneta, hoy medra por Recoleta, Buenos Aires. Un cliente le encarga que despeje el sótano de cierta villa. Entre los objetos encuentra una tela pintada, algo extraña, llamativa. Se la lleva para enmarcarla y regalársela a su esposa que, aunque no le agrada, cuelga el cuadro en la pared del living de la casa ubicada en Pompeya. La firma en el ángulo superior izquierdo no les dice nada: Picasso.

Pasan los años, llegan los hijos, y cuando el mayor, Andrea Lo Rosso, comienza sus estudios una tía le regala cierta enciclopedia sobre arte. Allí el joven detecta la firma que se encuentra en el cuadro del living, le avisa a los padres, pero la madre desestima la autoría amenazando con sacar de la casa semejante imagen porque es horrible.

Hace más de diez años, Andrea contacta al autoproclamado investigador de arte italiano Mauricio Seracini, cuyo mediático perfil y obsesión con Leonardo Da Vinci, donde fracasa desmentido por la ciencia, en nada ayuda. Tiempo después da intervención a la Fundación Arcadia que, de manera preventiva, sugiere el depósito de la obra en una bóveda de Milán. Y con ella comienzan los estudios para determinar la autenticidad, de los que surge su origen: la mujer retratada es la amante de Pablo Picasso, Dora Maar, en una versión cercana a 1936 cuando ambos visitaron Capri.

La noticia es que Cinzia Altieri, miembro de la comisión científica de Arcadia, confirmó que la firma es de Pablo Pica-sso, así el cuadro se estima en un valor inicial de US$ 6,5 millones. No ocurre lo mismo con la Fundación Picasso de Málaga que ya se resistió a la homologación, algo que Arcadia tratará de obtener. Es que uno de los cuadros de Picasso sobre Maar se vendió por US$ 95,2 millones en 2006 a través de Sotheby’s de Nueva York y que para la época fue el segundo precio más alto pagado en una subasta, lo que hace suponer a los expertos que el retrato que permaneció anónimo en Pompeya se acerque a dicha cifra.

De manera casi simultánea, cercana a nuestros autóctonos botelleros, esta semana trascendió que una obra olvidada en el depósito del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti (La Plata, Buenos Aires) es del pintor veneciano Tintoretto (1518-1594). Y no solo eso, parece que –el tiempo y la ciencia lo dirán– también había allí un cuadro de Francisco Goya. La obra en cuestión (óleo sobre tela, 140 por 118 cm), es el retrato del militar veneciano Melchior Michael (1489-1572), procurador de San Marcos.

El equipo interdisciplinario de la Universidad Nacional de La Plata-Conicet, acaba de publicar el paper científico de la investigación sobre la pintura en la revista Journal of Molecular Structure. El trabajo implicó las Facultades de Ciencias Exactas y Naturales, Bellas Artes y el Museo platense, a expensas de cuyo director, Federico Ruvituso, comenzó la investigación.

La reconstrucción histórica de los investigadores implica el camino del Tintoretto hasta La Plata: fue una donación de Sara Wilkinson de Santamarina y Marsengo, quien compró el cuadro en París al galerista Charles Sedelmeyer; la donación incluyó el supuesto Goya y cuatro obras más. En una nota publicada por el diario español El País, Javier Lorca cita la autobiografía de Emilio Pettoruti (1892-1971): “Entre éstas había dos cuadros donados por no recuerdo quién, uno que se atribuía a Tintoretto y otro que se decía de Goya, dos cuadros mediocres que descubriría un miope a cien metros de distancia; los clasifiqué, por hacerlo de algún modo, como pertenecientes respectivamente a las escuelas de Tintoretto y de Goya.”

De 1930 a 1952, Pettoruti fue el director del Museo de Bellas Artes de La Plata, viajando por el mundo para comprar arte para el mismo, mientras exhibía su propia obra. Pero antes, hacia 1913, viaja becado a Florencia, Italia, con el objetivo de estudiar arte clásico. Lejos de ello, se relaciona con el futurismo, también con el cubismo, y como queda demostrado en la práctica, no estudió arte clásico en absoluto; en sus palabras, fue un miope en la materia.

Es más, Pettoruti nunca se ocupó de conocer quién era la donante, Sara, cuyo retrato se encuentra en el Museo Nacional de Bellas Artes desde 1934 bajo el título Retrato de la señora S. W. de S., pintado por el artista vasco Ignacio Zuloaga y Zabaleta, y que por su tamaño –196 x 127,4 cm– resultaba más que notorio.

En sí, ocurrieron dos ignorancias benéficas. La de la esposa del botellero y la del pintor argentino devenido funcionario de un museo. En cuanto al Tintoretto, su valuación es lo que resta confirmar y puede estimarse en US$ 2 millones en una subasta. El otro misterio a develar es la autoría del Goya donado por la viuda de José Santamarina (hijo de uno de los mayores terratenientes del país), cuyo valor puede ser mucho mayor. Entonces, ¿algún familiar tuvo vínculos con terratenientes coleccionistas de arte? Con la foto de un cuadro olvidado puede buscar en internet si refiere a un artista valioso…