Clásico de la semana: "Maestro de ceremonias", de Chesterton
Una recopilación de artículos de literatura imperdible del gran periodista y escritor británico.
G.K. Chesterton (1874 – 1936) es un explorador de la vida que hay detrás del arte. El arte por sí mismo le interesa más bien poco si no permite revelar el corazón que lo hace latir. En esa preocupación Borges vio la lección de un maestro, y emuló su modo de enfrentarse con los libros y los hechos vitales (aunque no los propios) en su modalidad gélida. Del pensamiento anti inglés que florece constantemente en Chesterton, su mejor alumno argentino no cosechó nada. Tampoco puede decirse que se la haya clavado la astilla justicialista del autor de lo cuentos del Padre Brown, afilada una y otra vez cuando reseña con simpatía “la carestía cristiana” de Dickens, o cuando celebra el pensamiento de Matthew Arnold sobre el carácter europeo de Inglaterra pero le reprocha ser republicano sin ser demócrata porque calificó a los trabajadores ingleses como simple populacho: “Se equivocaba. No son el populacho, son la humanidad. Y quien no ama al pueblo no ama la humanidad”.
Las materias que forman la prosa sólida de Chesterton, como esculpidas por la fuerza de las ideas, son la socioliteratura y la psicoliteratura. No hay literatura sin sociedad ni sujeto. Por cualquier lado que se la mire se dará con su factor principal: el que le da identidad de ciencia humana.
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El mismo da una pista sobre su propia grandeza, cuando refiriéndose a Thackeray, uno de sus ídolos, dice que éste contiene “la paradoja de lo que, en las letras, es la perfección de la obra: es exclusivo y a la vez universal”. El universo y las exclusividades mediante las cuales se manifiesta forman la actividad chestertoniana, conocida en las pampas como borgismo.
Apasionados por la sabiduría envolvente de Chesterton, y por la tentación de seguirlo casi a ciegas (si miramos hacia atrás seguramete veremos en estos párrafos “algo” de sus enseñanzas), nos hemos olvidado de contar que estamos hablando de “Maestro de ceremonias” (EMECE, 2006), una recopilación de artículos de literatura publicados por primera vez en inglés en 1950 con el título “G. K. C. as M.C.”. El sentido clásico del M.C. era el del Master of ceremonies, un cargo protocolar en las monarquías civiles o religiosas que imponía el orden del rito. Hoy se les llama M.C. a los raperos como Eminem, Snoop Dog o 50 Cent, es decir a los cantantes que nos entretienen con sus payadas en slang, y sobre los que no debería decirse que no tienen nada de Chesterton, rapero gráfico del barrio de Batersea y aficionado a la observación de los suburbios de Londres donde despunta el “interés en nuestro propio vecindario”.
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De los artículos reunidos en “Maestro de ceremionia”, todos excepcionales -y todos universales-, donde Chesterton no renuncia ni siquiera al lujo de hablar de sus propio libros (un lujo modesto porque a “El hombre que fue jueves” la califica de novela “mala”), sobresalen aún por encima de la elevadísima altura general sus párrafos sobre el “Libro de Job”. Allí insiste sobre la idea de que todas las cosas bellas del mundo son una creación de anónimos: “El libro de Job ha crecido poco a poco, del mismo modo que ha crecido la Abadía de Westminster”. El autor de ambos se llama Humanidad.