Soto pidió perdón a la familia de Catalina Gutiérrez: "Yo soy un homicida pero no un femicida"
Describió cómo fue “el hecho”, nunca mencionó la palabra “crimen”. Sobre el instante del ataque dijo: “Se me apagó la tele”. Este miércoles, 19 de marzo, será la jornada conclusiva de alegatos y también el tribunal dará a conocer el veredicto.
Néstor Aguilar Soto, el único acusado por el femicidio de Catalina Gutiérrez, rompió el silencio, pidió perdón a la familia de la víctima y buscó desligarse de la agravante por violencia de género. Lo hizo en el penúltimo día del juicio que culminará este miércoles, 19 de marzo, en una extensa jornada que incluirá alegatos, última palabra y la sentencia. El fallo del tribunal, integrado por jurados populares, se conocerá a última hora.
Llamativamente, a lo largo de su relato, nunca mencionó la palabra "crimen" y habló de "el hecho".
"Yo soy responsable de que ella no esté acá", dijo en el comienzo de su declaración, tras pedir "perdón a la familia" y "a Catalina".
También se definió "homicida", pero señaló "no soy un femicida", en coincidencia con la posición de su defensora, Angela Burgos, quien tiene la expectativa de quitar el agravante por violencia de género.
Un relato estremecedor
Soto recordó que la jornada del crimen, “fue un día normal”. Describió lo que hizo desde que desayunó hasta la tarde, cuando Catalina pasó a buscarlo para ir a jugar al bowling con un grupo de amigos.
Hubo una discusión y ahí entró a detallar lo ocurrido, luego de decir que ella le pegó una cachetada y él reaccionó.
“En un momento ella está en el piso y me agarra el cuello. Que me toquen el cuello me ponía muy nervioso, cuando me apretó fuerte la nuez, ahí ´se me apagó el tele´. Ahí arranca la locura, le agarro las manos a Caty, con mucha presión, muy fuerte”, relató.
Y continuó: “No me cayó la ficha porque en ningún momento paró ese estado de emoción. Y cuando suelto suelto a Cata, lo primero que hago es escuchar si estaba si estaba viva. Noto que no, me empiezo a agarrar la cabeza, me pongo nervioso, entro a caminar, subo al dúplex, bajo, me pasó por la cabeza, ¿qué qué hago?”
“Nunca antes llegué a sentir algo parecido a lo que sentí ese día -subrayó; no hay una emoción que yo les pueda decir que es similar a lo que yo sentí ese día".
"Me pasó por la cabeza matarme. Agarrar el auto y chocar. Se me pasaban por la cabeza un montón de cosas. No sabía a quién llamar, cómo explicarle, qué decir”, relató sobre el instante siguiente al crimen.
NÉSTOR SOTO. En la penúltima audiencia del juicio declaró y respondió preguntas.
Luego contó que arriba de la heladera vio un frasco de alcohol y pensó prenderse fuego.
“Me senté, estuve como 10 minutos así. Ahí es cuando digo, la llevo a la casa; no estaba hablando de mi amiga, estaba hablando de un cuerpo”, aseveró. “Levanto a Caty y la subo al auto. No entendía nada. Arranco, estaba en un auto ajeno, quiero ir para zona sur”, señaló al indicar que intentó primero colocarla sobre una cinta para arrastrarla.
“Si me preguntasen hoy, ¿estabas consciente de lo que estabas haciendo?" No lo sé”, advirtió.
Terminó a dos cuadras de su departamento. Sobre ese momento recordó: “Dije no aguanto más, no quería manejar más, no quería saber nada, me quería matar. Paré. Agarro el el alcohol, tiro en el piso y comienzo a tirármelo pensando ´así exploto´”.
“Agarro un fósforo, lo tiro al piso, se empieza a prender despacito y pero no, me dieron los huevos”, describió.
“Cerré la puerta -continuó- no sabía dónde estaba. Vi Google Maps en el celu y caminé a casa; después del hecho que acababa de hacer, volví sabiendo que me esperaba estar en la cárcel”.
Néstor Soto contó que se cambió la ropa en el departamento y que Ezequiel “Zaza”, el novio de Catalina, lo pasó a buscar. “Estaba nervioso y llorando. Yo era el único que sabía la verdad. Lloraba desconsoladamente”, recordó.
“Tenía que fingir -señaló- tenía una sensación asquerosa de sentirme un mentiroso. Cuando llego a la comisaría, veo a la mamá, el papá, la hermana, las amigas”. Dijo que tampoco en ese momento tuvo coraje para enfrentarlos y contarles lo que había hecho.
“Me acuerdo que Eleonora se acerca y me da un abrazo como consolándome . Me daba asco porque yo sabía que era el causante de esto. Me sentía sucio, asqueroso, me sentía una m*****”, afirmó.
Luego retomó el relato cuando dos policías lo apartaron: “Cuando vienen dos oficiales , frente a ellos no aguanté más. Empecé a decir todo, exploté llorando”.
Aguilar Soto contó que llegó a preguntarse “en qué momento estoy en la cárcel por un homicidio” y luego continuó: “Extraño mi vida normal, estudiar, estar con mis amigos”.
Se definió como “un homicida pero no un femicida", en su estrategia defensiva para evitar el agravante previsto en el artículo 80 inciso 11 del Código Penal (femicidio).
También te puede interesar
-
En medio de tanta incertidumbre política, a Milei le crecieron los enanos
-
Nueva encuesta: cae fuerte la imagen de Milei y asoma como “opción” Laje en Córdoba
-
Nueva desregulación: el Gobierno liberó la importación de autopartes
-
El dólar blue en Córdoba: a cuánto cotiza este martes 18 de marzo
-
Prevención del delito por WhatsApp: cómo funciona Cordobeses en Alerta en la ciudad
-
Tras un mes de negociaciones, la UEPC acepta la oferta salarial del Gobierno provincial
-
Marcelo Capello: "El acuerdo con el FMI aliviará reservas, pero podría implicar alguna suba del tipo de cambio"
-
Luis Picat: “No hay que devaluar, el problema es la carga impositiva y la falta de inversión”
-
Luis Juez: “El PRO se ha convertido en un partido vecinal, hay una pelea caníbal por CABA”