Retenciones, clima y precios internacionales: qué espera el agro cordobés para 2025
Los especialistas anticipan un año con aristas similares al 2024. Cuál es la rentabilidad esperada por hectárea y qué precios internacionales se prevén para los próximos meses. Qué puede suceder con los derechos a la exportación que pesan sobre el agro y que se han convertido en el principal obstáculo para el sector.
El sector agropecuario se enfrenta a un panorama complejo pero lleno de desafíos de cara a 2025. Las lluvias de las últimas semanas renovaron la ilusión en un sector que viene golpeado, principalmente por los valores planchados del dólar y los precios de las commodities a nivel internacional que no tuvieron un gran año.
Las retenciones siguen siendo uno de los temas centrales para el campo, que considera ser víctima de una presión impositiva asfixiante que reduce al límite la competitividad y la rentabilidad de los productores. Punto a Punto publicó un Dossier especial sobre agro en el que dialogó con referentes y especialistas en materia agropecuaria, quienes definieron la actual coyuntura del agro y las perspectivas para el corto y mediano plazo.
En ese sentido, Franco Artusso, economista del Ieral de Fundación Mediterránea viene estudiando variables vinculadas al campo desde hace varios años. El profesional explicó que los precios de la soja, el maíz y el trigo son bajos si se los analiza dentro de una perspectiva histórica de 25 campañas.
Artusso comentó que “los precios que se esperan para la 2024/2025 vienen bajos. El precio futuro está dando 370 dólares la tonelada, en el caso del maíz el precio esperado está en 170 dólares la tonelada y un 25% debajo de la media. En tanto que el trigo da 218 dólares la tonelada, un 20% debajo de la media. Los valores son muy similares a los de la campaña 23/24”, precisó.
El economista añadió que debido a la mejora del clima y la llegada de las lluvias del mes de octubre “se generó un registro de bastante agua en el perfil, mejor que a fines de octubre de 2023. Se habla de un fenómeno Niña moderada para el verano, pero es buena la humedad del suelo en relación al mismo mes del año pasado. Con rendimientos normales y tomando las distintas proyecciones, se podrían alcanzar 133 millones de toneladas sumando todos los cultivos”,
Artusso agregó lo que significarían para el país esas proyecciones. “En 2025 podrían entrar más o menos 30 mil millones de dólares netos por la exportación de soja, cereales (trigo maíz, sorgo, cebada), maní y girasol. En comparación con el 2024 nos dieron 29.000, lo cual implicaría mil millones más”, puntualizó.
Rentabilidad
El especialista del Ieral explicó que, siempre hablando de campos propios, no alquilados, en la zona núcleo está previsto que para el 2025 los márgenes de un campo de 500 hectáreas se ubicaría alrededor de los 300 dólares por hectárea, después de impuestos. En tanto que en la zona extra pampeana, los valores estarán en el orden de los 120 dólares por hectárea.
En la misma línea se expresó Gonzalo Agusto, jefe de economistas de la Bolsa de Cereales de Córdoba. “Las últimas lluvias cambiaron el humor del agro porque ya se puede sembrar. Venimos de años secos y la chicharrita marcó la campaña pasada. Cuando uno ve los precios, principalmente de la soja, tenemos una abundante oferta. Estados Unidos cosecha con volúmenes récord, mientras que en Brasil pasa algo parecido por lo que hay un mercado holgado en términos de oferta”, indicó.
“Los precios se ubican en los niveles más bajos de los últimos 5 años, con pocas perspectivas de que suban. Son números ajustados en soja y en maíz da un poco mejor, pero el tema de la chicharrita estuvo muy presente y hay miedo de que caiga en un millón la cantidad de hectáreas sembradas”, añadió.
Retenciones, ese gran obstáculo
Los derechos a la exportación que pesan sobre el agro se han convertido en el principal obstáculo para el sector. “La mayoría de los agentes económicos esperan que los derechos de exportación se eliminen o al menos bajen. Sin embargo, el presidente Milei dijo que bajará impuestos recién cuando haya un aumento del superávit”, completó Agusto.
Por su parte, el ministro de Bioagroindustria de Córdoba, Sergio Busso, comentó que el 2024 terminará mejor de lo que empezó “porque la macroeconomía está ordenando algunas reglas de juego estable, permanentes”.
Sin embargo, se lamentó de que el sector siga padeciendo estructuralmente el peso de las retenciones. “Eso no ha cambiado mucho, salvo en algunas producciones como la lechería y economías regionales, entre otras, pero sigue pesando en los granos, principalmente soja y en todo el negocio agropecuario. No se avizora ninguna baja en ese sentido, lo que impide el crecimiento. Brasil duplicó los valores en la última década por no tener retenciones”, graficó.
“Si estructuralmente no se sacan las retenciones, al campo se le complicará para innovar, meter genética y cambiar herramientas: todo es bastante dificultoso. Las retenciones llevan más de 20 años que están instaladas y parecen un capricho recaudatorio. Es plata que hoy no la tienen los productores en su bolsillo y en algún momento eso tiene que cambiar”, cerró Busso.
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