CALIDAD EDUCATIVA

Pruebas Aprender: se profundizaron las desigualdades y los bajos resultados

Al observar los datos de esos ocho años, los autores advierten que la brecha entre el porcentaje de estudiantes más pobres y más ricos que no logran aprendizajes mínimos es preocupante en el país y que ésto aumentó en lengua pero se redujo en matemática.

ESTANCAMIENTO. Los autores del informe sostienen que la educación argentina está estancada en el período analizado. Foto: CEDOC PERFIL

En el marco del XVII Foro de Calidad y Equidad Educativa esta semana se presentó el informe ‘¿Qué aprendimos de Aprender?’ sobre los resultados de esas pruebas entre 2016 y 2023. 

Lo más preocupante del análisis –en estos ocho años– es que los resultados siguen mostrando bajos niveles de aprendizaje y una enorme brecha entre los estudiantes de acuerdo a su nivel socioeconómico. Esto significa que el porcentaje de estudiantes en los niveles más bajos aumentó en casi todas las materias y años desde 2016, dando cuenta no sólo de la calidad si no de la inequidad en la educación. Mientras que, el de alumnos que alcanza los niveles más altos, disminuyó. En lo que refiere a lengua, uno de cada 10 alcanzó esos niveles en secundaria, pero en matemática apenas es uno cada mil. Incluso hay provincias en donde ninguno de sus estudiantes logró el nivel más alto.

Asimismo, los porcentajes de estudiantes con bajos desempeños todavía no volvieron a los niveles prepandemia y, en varios casos, superan las cifras registradas en 2016.

“En casi todo estamos estancados (niveles de bajo desempeño en primaria y en secundaria) y en lo único que hubo movimiento es en que son menos lo que llegan al nivel más alto de matemática en secundaria”, afirmó Alejandro Ganimian, profesor asociado visitante de la Escuela de Graduados en Educación de la Universidad de Harvard y uno de los autores del informe. 

Del análisis también se desprende que casi la mitad de los estudiantes de primaria no alcanzan el nivel mínimo de lectura. Un 40% están en los dos niveles más bajos y hace ocho años que se mantiene ese bajo desempeño. En matemática, un 50% de los estudiantes se ubicaron en los niveles más bajos, y en secundaria aumenta al 80%, sin mejoras en el período.

La proporción de estudiantes que no alcanza los niveles mínimos de aprendizaje aumentó en cuanto a materias y a años. Pero los cambios más grandes se produjeron durante el comienzo de la pandemia, aunque esto también se deba a múltiples factores. En lo que concierne a lengua y matemática, el porcentaje de estudiantes en los niveles más bajos, no ha recuperado sus valores prepandémicos. Esto se debe porque quizás no se ha vuelto a evaluar a los estudiantes desde los incrementos en los niveles más bajos durante la pandemia. 

 

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La brecha por ámbito escolar también es grande y se amplía en cuanto al análisis de matemática en la secundaria. Sin embargo, la diferencia en cuanto a nivel socioeconómico es más extrema al aumentar en lengua, pero disminuye en matemática. Los autores sugieren que es allí donde deben concentrarse los esfuerzos para asegurar que todos los estudiantes del país puedan alcanzar los niveles mínimos de aprendizaje.  Aseguran que un estudiante de una escuela pública de extrema vulnerabilidad enfrenta un abismo de oportunidades frente a uno de un colegio bilingüe de clase alta.

Aunque advierten que ese estudiante de clase alta, en comparación con la educación en otros países, está por debajo de la media. Los mejores educados del país no tienen una educación de calidad a nivel mundial, según los resultados de las pruebas Aprender de los últimos ocho años.  

 

Fortalecer la cultura de la evaluación

Las pruebas Aprender se realizan todos los años, sólo que alternan entre la evaluación censal de primaria y la de secundaria –en 5° o 6° año, según la jurisdicción–. 

Lo primero que se desprende del estudio es que la evaluación ha mejorado la frecuencia y se ha consolidado, pero también pone en evidencia que la cobertura en la secundaria sigue siendo un problema que impacta en la representatividad de la muestra y en la posibilidad de realizar estudios a largo plazo. 

En la escuela primaria, las pruebas fueron mejorando su cobertura en cuanto a la cantidad de estudiantes evaluados, pero en secundaria, uno de cada cuatro estudiantes no participa. 

El informe asegura que para consolidar las pruebas, se debería determinar por adelantado la frecuencia, materias, grados (o años) que se medirán, para mejorar la previsibilidad. Al mismo tiempo sugieren repensar los indicadores para evitar el foco exclusivo sobre los aspectos más negativos y ampliar el rango de indicadores que se discuten en los medios y en la sociedad civil. En cuanto a lo técnico, proponen revisar aspectos para entender por qué difieren de las evaluaciones internacionales en las que el mejor de los estudiantes argentinos no compite a nivel mundial. “Los alumnos más privilegiados de Argentina se desempeñan en estándares similares a los más pobres de países como Estados Unidos o Escandinavia”. 

Por último, recomiendan fortalecer las capacidades de evaluación de las provincias, para diversificar la información con la que cuentan y reducir su dependencia del gobierno nacional.

 

Sobre los autores

El informe fue realizado por la Asociación Civil Educar 2050 y Argentinos por la Educación. Da cuenta del desempeño de las 24 jurisdicciones argentinas en las evaluaciones en estos ocho años.  Los autores son Alejandro Ganimian y Verónica Mesalles sobre los datos publicados por la Secretaría de Educación Nacional.